En su red social,^[1] el presidente Trump, tras expresar un gran optimismo sobre negociar la paz entre Putin y Zelenskyy, comentó que el Papa “estaría muy interesado en ser el anfitrión de las negociaciones.” En esta actualización de El último acto del drama, consideramos lo que esto revela sobre el “Papa de la Paz”, León XIV.

Acabo de finalizar una llamada de dos horas con el presidente Vladimir Putin de Rusia. Creo que fue muy positiva. Rusia y Ucrania comenzarán de inmediato negociaciones hacia un alto al fuego y, más importante aún, hacia el FIN de la guerra. Las condiciones para ello serán negociadas entre ambas partes, como debe ser, ya que solo ellos conocen los detalles de una negociación que nadie más podría conocer. El tono y el espíritu de la conversación fueron excelentes. Si no lo hubieran sido, lo diría ahora, y no más adelante. Rusia quiere realizar un COMERCIO a gran escala con Estados Unidos cuando termine este catastrófico “baño de sangre”, y estoy de acuerdo. Hay una oportunidad enorme para que Rusia cree una gran cantidad de empleos y riqueza. Su potencial es ILIMITADO. Asimismo, Ucrania puede beneficiarse enormemente del comercio en el proceso de reconstrucción de su país. Las negociaciones entre Rusia y Ucrania comenzarán de inmediato. Así se lo he comunicado al presidente Volodymyr Zelenskyy de Ucrania, a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, al presidente Emmanuel Macron de Francia, a la primera ministra Giorgia Meloni de Italia, al canciller Friedrich Merz de Alemania y al presidente Alexander Stubb de Finlandia, durante una llamada conmigo justo después de mi conversación con el presidente Putin. El Vaticano, representado por el Papa, ha expresado que estaría muy interesado en ser el anfitrión de las negociaciones. ¡Que comience el proceso!

Trump parece estar posicionándose como una fuerza única para la paz —y para el comercio. Las naciones europeas fueron simplemente “informadas” de su iniciativa de diálogo con Putin, pero no incluidas en la planificación. Mientras ellas se enfocaban en un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, Trump abogaba por un “comercio a gran escala”.^[2] Esto podría indicar una tensión más profunda en las relaciones transatlánticas que la que ya han causado los aranceles. Podría ser una línea de fractura que anuncia un terremoto inminente, que culminará en la división de Babilonia durante la séptima copa de la ira.

Mientras tanto, la posibilidad de que el papa León XIV sea el anfitrión de las conversaciones de paz entre Putin y Zelenskyy dentro de la Ciudad del Vaticano marcaría un acontecimiento sin precedentes. Este papa está dando señales de que el Vaticano es un actor político activo, comprometido con la promoción de la paz.

Esto suena prometedor: la guerra es universalmente reconocida como algo maligno. Sin embargo, considera cómo esta institución, inactiva como fuerza política durante más de dos siglos, ahora está afirmando su influencia. La Biblia describe a esta entidad como el “cuerno pequeño” que creció hasta convertirse en la Iglesia Católica Romana, delineando su estrategia:

Y con su sagacidad [éxito] hará prosperar el engaño [fraude] en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y con paz destruirá a muchos; y contra el Príncipe de los príncipes se levantará; mas sin mano será quebrantado. (Daniel 8:25)

La traducción oscurece la primera línea. El hebreo original usa la palabra “inteligencia” en lugar de “sagacidad” e implica “éxito”. A través de negociaciones de paz exitosas, el “fraude” prosperará. Cansado de la guerra, el mundo anhela la paz y podría acoger las promesas fraudulentas del papado. Por medio de la paz, está llevando a muchos a la ruina. Este escenario se está desarrollando ante nuestros ojos. Presta atención a la advertencia de Dios: ¡no todo lo que parece paz es paz verdadera!

que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer que da a luz; y no escaparán. (1 Tesalonicenses 5:3)

Mira ahora El último acto del drama y descubre cuándo la paz significa, en realidad, Armagedón.