Cuando el reloj marcó la hora, la tercera plaga comenzó en el tiempo perfecto: la crisis de Ucrania llevó al mundo al borde de la guerra el 26 de noviembre de 2018. En este artículo, examinaremos más de cerca algunas de las breves palabras que la Biblia usa para describir esta plaga:
El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre. (Apocalipsis 16:4)
Las advertencias del libro de Apocalipsis están aumentando en intensidad, y en ese sentido el simbolismo de la tercera plaga se basa en el de la tercera trompeta, que también trataba especialmente de los ríos y las fuentes de las aguas:
El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. (Apocalipsis 8:10)
¿Qué podría representar el simbolismo de las “aguas”? Las aguas en la Biblia están explícitamente definidas como pueblos:
Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas. (Apocalipsis 17:15)
Esta es una clave bien conocida para la interpretación de la profecía, pero en este caso estamos tratando con un tipo específico de aguas, es decir, ríos y fuentes. Aquellos que entienden el cumplimiento histórico de Apocalipsis 12 están parcialmente en el camino hacia el entendimiento de lo que significan los ríos y las fuentes de las aguas en este contexto. En particular, nos referimos al siguiente versículo:
La serpiente lanzó entonces de su boca agua como si fuera un torrente con el fin de anegar a la mujer. Pero la tierra acudió en ayuda de la mujer: abrió su boca y absorbió el torrente que había salido de la boca del dragón. (Apocalipsis 12:15-16 BLPH)
El cumplimiento de esa profecía fue registrado hace mucho tiempo en los libros de historia. El pueblo de Dios que quería adorarlo libre y fielmente según los dictados de una conciencia obediente a la Santa Biblia huyó de las condiciones despóticas del Viejo Mundo (especialmente de Europa) para forjar una vida nueva y libre en el Nuevo Mundo donde ni el papa ni la monarquía podrían oprimirlos. (Eso fue en los años 1500-1700 ¡cuando todavía había un lugar a donde huir!) La “tierra” en la profecía representa el Nuevo Mundo escasamente poblado (seco) que “absorbió” a los “pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas” que inundaron sus costas en los años siguientes, dando lugar al “mosaico cultural” o al “crisol de razas” que es América.
Hoy en día nuevamente hay personas “inundando” las fronteras de los Estados Unidos, pero ya no es el caso que la tierra las esté absorbiendo. Por el contrario, están siendo repelidas en lugar de bienvenidas. Sin embargo, a pesar de todo, la imagen de personas inundando una nación como un “torrente” es muy gráfica, como también la gente de Europa ha experimentado en muchos lugares en los últimos años debido a la migración islámica.
Si el simbolismo del “torrente” de Apocalipsis 12:15 ya no es lo suficientemente claro, la Biblia lo hace absolutamente inconfundible al conectar las aguas que son “pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas” con el “torrente” que siguió a la mujer. Dice que las aguas fueron tras ella “como un torrente”, lo que significa que el torrente son también las aguas: es el mismo símbolo, pero expresado en una forma diferente.
La palabra griega traducida como “torrente” significa en realidad “río” como se encuentra en la versión Reina Valera 1960.
G4215
potamós; prob. de un der. del alt. de 4095 (comp. 4224); una corriente, arroyo o riachuelo (como bebible), i.e. agua corriente: —río.
¿Ven lo que la Biblia está haciendo aquí? El torrente describe la forma en que se comportan las aguas. La profecía habla de las aguas (pueblos) como un rio en movimiento (migratorio), que es una caracterización perfecta de la migración humana y la afluencia de personas (al Nuevo Mundo, en ese caso).
Aplicando este conocimiento a la profecía de la tercera plaga, es fácil entender que los “ríos” hablan de un patrón de migración humana. Así como los ríos desembocan en el mar, la migración humana resulta en un “mar” de personas. Así es exactamente como fue poblada Europa a lo largo de la prehistoria. Múltiples migraciones ocurrieron durante un largo período de tiempo, resultando en última instancia en los diferentes grupos de personas que caracterizan a Europa.
Hablar de las poblaciones del mundo en los términos proféticos de los flujos migratorios es especialmente apropiado porque era el propósito de Dios que la humanidad se multiplicara y llenara la tierra.
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. (Génesis 1:28)
Dios no llama la atención a las líneas raciales, sino a los grandes patrones de migración que han facilitado la propagación de la humanidad alrededor del mundo en cumplimiento de Su mandato a la humanidad. Las teorías raciales sobre quiénes son los 144.000 o quiénes son las tribus del antiguo Israel hoy en día son una desviación del verdadero evangelio.
donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. (Colosenses 3:11)
Sin embargo, ¿qué tiene que ver la crisis de Ucrania con el resto de Europa y la tercera plaga? El texto bíblico de la tercera plaga no sólo habla de los ríos, sino también de las “fuentes de las aguas”.
Cada símbolo en el texto es importante, pero ahora debería ser muy fácil entender lo que significan las fuentes de las aguas. Si el agua fluyendo simboliza la migración de los pueblos, entonces los orígenes o fuentes de las aguas deben referirse a la ubicación de donde todos estos pueblos migratorios fluyeron. Aquí es donde Ucrania comienza a convertirse en un lugar muy interesante para el cumplimiento de la tercera plaga. Citando la página de Wikipedia sobre las migraciones indoeuropeas:
Las migraciones indoeuropeas se refieren a las migraciones que ocurrieron cuando los primeros hablantes de lenguas indoeuropeas se expandieron por Europa y Asia.
Lo que se sabe de estas migraciones se basa en datos lingüísticos, arqueológicos, antropológicos y genéticos. La lingüística describe las similitudes entre varias lenguas y los cambios de estas lenguas a lo largo de la historia. Según investigaciones arqueológicas, las lenguas indoeuropeas y su cultura se dispersaron en varias etapas, desde el Urheimat de los protoindoeuropeos en la estepa póntica, hasta Europa occidental y central y el sur de Asia. Investigaciones genéticas recientes ayudan a entender las relaciones históricas entre varias culturas a lo largo de la historia.
Las estepas de Ucrania alrededor del Mar Negro son el origen mismo de las corrientes de personas que antiguamente fluyeron hacia Europa y la poblaron. La investigación se basa en factores culturales que incluyen especialmente los lenguajes, por lo que la Biblia se refiere a las “lenguas” de los pueblos, lo que indica que la zona del Ponto (Mar Negro) de Ucrania es la fuente del que brotaron los ríos para poblar Europa. Así, el simbolismo de la tercera plaga (que se derrama sobre las fuentes de las aguas) apunta claramente a la ubicación geográfica del incidente que la cumple: ¡donde se reavivó el conflicto entre Rusia y Ucrania!
Esto es similar en concepto a cómo la Biblia identificó el papel de Irán en la tercera trompeta. En la tercera trompeta, la señal celestial de la lámpara encendida cayó sobre un tercio de los ríos y sobre las fuentes. Esto llevó a la confirmación del Golfo Pérsico como la antigua ubicación del Jardín del Edén. Ese estudio identificó los cuatro ríos del Edén, uno de los cuales es ahora sólo un lecho seco, esa es la razón por la que la “estrella” similar a una lámpara cayó simbólicamente sobre sólo un tercio de los ríos (restantes).
Esto tiene un significado profundo también con respecto a la tercera plaga, porque la plaga completa la advertencia de la trompeta; la plaga afecta al resto de los ríos y fuentes que no fueron tocadas por la trompeta. Analicémoslo muy claramente:
4 ríos del Edén: Pisón, Gihón, Hidekel y Éufrates.[1]
1 río (Pisón) se secó antes de los tiempos modernos, y quedaron el Gihón, el Hidekel y el Éufrates.
1 de los 3 restantes (Gihón) fue herido en la tercera trompeta, y quedaron el Hidekel y el Éufrates.
2 restantes son heridos en la tercera plaga.
El simbolismo de los ríos para la migración humana es excepcionalmente apropiado porque es precisamente el agua dulce que llevan los ríos lo que permite a los seres humanos sobrevivir, y en consecuencia las poblaciones de la antigüedad se expandieron naturalmente a lo largo de las líneas de los ríos. También es por eso que las fuentes de las aguas (manantiales) representan las cunas de la sociedad, de donde la gente emigró y se extendió, así como los ríos se extienden en brazos más pequeños y afluentes. Los mares—el Mar Negro y el Mar Caspio (así como el Golfo Pérsico) representan las interminables fuentes de agua que facilitaron la prosperidad de las poblaciones.
Esta es exactamente la razón por la que la estepa Póntica sirvió como una fuente de vida. Regada por el Mar Negro, que se alimenta en gran parte de arroyos de agua dulce y por lo tanto tiene agua comparativamente más dulce en sus capas superiores, esta región siempre ha estado bien equipada para mantener un manantial continuo de vida humana, y es por eso que se convirtió en un origen secundario, después del Edén.
Es fácil ver en la secuencia de la derecha que la expansión de la migración fue principalmente en dos direcciones: este y oeste. El artículo de donde proviene la imagen habla de las “contracorrientes” este-oeste e incluso utiliza términos muy similares a los de la Biblia para describir las migraciones. Así, hemos encontrado las dos corrientes migratorias restantes que debían ser afectadas por la tercera plaga, y su origen es precisamente la “fuente” del Póntico-Caspio donde se localiza el Mar de Azov, la extensión nororiental del Mar Negro.
Ahí es precisamente donde estalló la tercera plaga: Los barcos ucranianos estaban intentando navegar hacia el Mar de Azov cuando Rusia abrió fuego, capturó los barcos y tomó a la tripulación como rehenes. Esto salió instantáneamente en todas las noticias:
Rusia disparó contra buques de guerra ucranianos e hirió a algunos miembros de su tripulación, lo que marcó una dramática renovación de las tensiones entre los exvecinos soviéticos cerca de la península de Crimea que el presidente Vladimir Putin anexó hace cuatro años.
Ucrania dijo que los buques de guerra rusos abrieron fuego el domingo contra un grupo de sus buques militares en aguas neutrales que previamente habían intentado ingresar al Estrecho de Kerch. Seis hombres resultaron heridos cuando Rusia “disparó para matar”, mientras que tres barcos fueron capturados, según la Armada de Ucrania.
El Parlamento celebrará una sesión de emergencia este lunes a las 16:00 horas (tiempo de Ucrania) en Kiev para discutir si imponer la ley marcial.
La rapidez con la que las noticias dieron la vuelta al mundo es una indicación de la preocupación del mundo, recordando que Rusia y Ucrania son de hecho naciones en guerra entre sí, y es una situación volátil que de repente podría convertirse en la zona de ignición de un conflicto mundial con un formidable poder nuclear.
En la superficie, la referencia a la sangre podría parecer indicar un conflicto con fatalidades, pero ninguna persona u “hombre” son especificados en el texto bíblico; sólo se menciona la sangre, que podría simplemente referirse a las heridas de los marineros capturados.
Sin embargo, hay mucha más “sangre” involucrada en este conflicto que la que aparece a simple vista. No se trata tanto de las heridas de los pocos miembros de la tripulación, sino de la pérdida de líneas de sangre enteras en antiguas atrocidades cometidas por los rusos contra los ucranianos durante el régimen soviético. Hay una historia terrible en esta crisis, como menciona Wikipedia en las siguiente cita, y no es un buen augurio que muchos rusos (incluyendo a Putin) tengan sentimientos positivos hacia la era soviética...
Holodomor o Golodomor (en ucraniano, “matar de hambre”), también llamado Genocidio ucraniano u Holocausto ucraniano, es el nombre atribuido a la hambruna que asoló el territorio de la República Socialista Soviética de Ucrania, en la lucha por la colectivización de la tierra emprendida por la URSS, durante los años de 1932-1933, en la cual habrían muerto de hambre entre 1,5 y 10 millones de personas. …el Holodomor habría sido un acto intencional de exterminio desatado por el poder central soviético encabezado por Iósif Stalin, y en particular, contra la nacionalidad ucraniana… Según los críticos del régimen soviético si se tiene como referencia la definición jurídica de genocidio y numerosas evidencias, se verificaría la naturaleza genocida del Holodomor al haber fuertes indicios de haber sido una hambruna artificial creada por el régimen soviético… Hacia noviembre de 2011, la propia Ucrania y 22 gobiernos de otros países han denominado a las acciones del gobierno soviético como un acto de genocidio.
El Holodomor proporciona un telón de fondo escalofriante para la guerra que vemos hoy en día. Bajo el régimen comunista de Stalin, los rusos casi lograron destruir a todo un pueblo.
En 1953, en un discurso dado en Ciudad de Nueva York, [Dr. Raphael Lemkin] describió la “destrucción de la nación ucraniana” como el “ejemplo clásico del genocidio soviético”, continuando a indicar que “el ucraniano no es y nunca ha sido un ruso. Su cultura, su temperamento, su lengua, su religión, es todos diferente... para eliminar el nacionalismo (ucraniano)... la clase campesina ucraniana se sacrificó... un hambre era necesaria para el Soviet y por tanto consiguieron que pidiera... si el programa soviético tiene éxito completamente, si la intelectualidad, el sacerdote y el campesino se pueden eliminar [entonces] Ucrania estará tan muerta como si cada ucraniano se mató, ya que habrá perdido esa parte de ello que ha guardado y ha desarrollado su cultura, sus creencia, sus ideas comunes, que lo han dirigido y le han dado un alma, que, en resumen lo hizo una nación... Esto no es simplemente un caso del asesinato de masas. Es un caso de genocidio, de la destrucción, no de individuos sólo, pero de una cultura y una nación.”[2]
La hambruna provocada por el hombre afectó especialmente las inmediaciones que la Biblia señala con el simbolismo de los ríos y fuentes de agua, y esta zona (que cubre la mayor parte de Ucrania) sufrió horrores inimaginables que resultaron en la muerte de las mejores personas.
La supervivencia era una lucha moral además de física. Una doctora le escribía a una amiga, en junio de 1933: “aún no soy caníbal, pero no estoy segura de que cuando recibas esta carta no me haya convertido ya en una”. Las buenas personas morían antes. Morían los que se negaban a robar o a prostituirse. Morían los que daban comida a otros. Morían los que rehusaban comer cadáveres humanos. Morían los que no querían matar a otros hombres. Morían los padres que no querían caer en el canibalismo, y sus hijos morían después.
Rusia ha sido conocida a lo largo de la historia como uno de los mayores perseguidores de los cristianos, pero el número estimado de muertes por el Holodomor en ese corto período es abrumador. El expresidente ucraniano Viktor Yushchenko utilizó una cifra de 20 millones en su discurso de 2005 ante el Congreso de Estados Unidos, pero incluso las estimaciones más conservadoras hacen que el Holocausto nazi parezca menos horroroso.
El 85º aniversario del Holodomor se cumplió el sábado 24 de noviembre de 2018 en Ucrania, apenas dos días antes del incidente en el estrecho de Kerch. La Biblia es muy concisa al hablar de este lugar donde se originaron los muchos pueblos de Europa como convirtiéndose en sangre. Este es un duro recordatorio de que la sangre de las generaciones pasadas—desde la sangre de Abel—todavía clama por justicia y pronto será retribuida.
Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen. (Apocalipsis 16:5-6)
Desenmascararemos la sorprendente identidad del ángel de las aguas en un artículo posterior, pero es claro por el texto que, en el escenario del 26 de noviembre de 2018, él habla del terrible Holodomor y de cómo los rusos merecen ser puestos en su lugar en lo que respecta a la soberanía de Ucrania, que ya ha sido invadida por la anexión de Crimea por parte de Rusia y la subsiguiente construcción del puente que ahora utilizan para controlar el acceso a través del Estrecho de Kerch.
En ese sentido, Ucrania refleja el altar que habla a continuación en la tercera plaga.
También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos. (Apocalipsis 16:7)
Era el lugar del sacrificio donde los sacerdotes y la gente buena eran blanco especial de la hambruna inducida por los soviéticos, como la sangre de los santos y profetas que ha sido derramada sobre el altar del sacrificio a través de los siglos. Sus almas inocentes que murieron en el Holodomor reclaman retribución. Esto trae a nuestra mente el quinto sello, donde un llamado similar es hecho: para la venganza de la sangre de los mártires.
Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? (Apocalipsis 6:9-10)
Aunque el Holodomor es sólo un reflejo del martirio de los santos y profetas, el incidente en el Mar Negro y la pérdida de vidas en el Holodomor hacen eco de la pregunta de hasta cuándo quedarán impunes estas atrocidades.
Esa pregunta puede ser contestada simplemente mirando el reloj de Dios, que está haciendo tictac con exactitud divina. Según la línea de tiempo actual de los acontecimientos, la escalada de las hostilidades en el Estrecho de Kerch se desarrolló en el momento perfecto con las líneas del trono del reloj de las plagas. Los rusos abrieron fuego a las 8:55 p.m. hora local el domingo (17:55 GMT tiempo medio de Greenwich), la víspera del 26 de noviembre en la línea del trono de la tercera plaga del reloj de Dios. Al final del día, el Parlamento ucraniano votó por primera vez en su historia a favor de la implementación de la ley marcial. Este día crucial en la vida de la nación—con todas sus implicaciones que se extienden hacia el oeste—está marcado en el reloj de Dios y registrado en Su palabra como la tercera de las siete postreras plagas. La ley marcial fue votada para entrar en vigor el 28 de noviembre, dos días después del incidente, exactamente en la segunda línea del trono del reloj divino. Los acontecimientos no podrían haber cumplido el calendario y la descripción de la tercera plaga con mayor precisión.
La escalada de las hostilidades en el Mar de Azov amplifica las advertencias del Apocalipsis y señala el fin definitivo de este mundo. Sin embargo, ¡este es sólo un aspecto de la profecía de la tercera plaga! No importa que los protagonistas estén utilizando o incluso planificando el incidente como una herramienta política. El hecho es que los líderes mundiales están hablando abiertamente de la guerra mundial inminente, ya sea a través del papel de Europa y de la OTAN en defensa de Ucrania (y por tanto del Occidente) contra la invasión rusa, o de China en su respuesta a más aranceles. Con China al límite, que prácticamente no tiene otra opción que la guerra, Trump se ha aplacado finalmente en imponer nuevos aranceles sobre los productos chinos para dar cabida a las negociaciones, lo que significa que el último lote de aranceles de 200.000 millones de dólares todavía permanece en cumplimiento de la sexta trompeta.[3] Además (y aún más pertinente al tema de este artículo) los “mares” de Europa se están volviendo violentos, ya que las protestas en toda Francia ya se han extendido a Bélgica, convirtiéndose así en un problema internacional para Europa. ¿No es de extrañar que Dios señale los ríos y fuentes de las aguas europeas en la tercera plaga? Estas protestas se remontan al mercado petrolero, ya que esta plaga se basa en la anterior. Es notable que dos de cada tres personas en Francia apoyen las protestas, que han resultado en el daño de la Marianne, un símbolo de la República Francesa (la diosa de la “libertad” que lidera la rebelión contra Dios y Su Ley[4]), tentando al Presidente Macron a declarar el estado de emergencia en medio de los llamados a su renuncia. Los manifestantes tienen varias razones para protestar, reflejando una vez más los diversos intereses de los “pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas” que constituyen Europa. ¡Qué “bienvenida a casa” de la reunión del G20!
Las naciones están en angustia. Plaga tras plaga están cayendo, y pronto veremos el resultado de la locura del mundo. Sin embargo, incluso si la humanidad no se auto destruye en un holocausto nuclear, una cosa es segura: Jesús está viniendo, y este mundo se acabará, de una manera u otra. En artículos subsiguientes revelaremos muchas más maneras sorprendentes en las que la tercera plaga se está cumpliendo y lo que significa para el pueblo de Dios y para el mundo.
Una cosa es segura: ¡el reloj está avanzando!
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