Por boca de dos o de tres testigos se decidirá todo asunto. (de 2 Corintios 13:1)

Siendo Fiel a Su Palabra, el Señor ha dado dirección para establecer asuntos importantes de vida y muerte con el testimonio de dos o tres testigos. En este artículo, veremos cómo Él sigue el mismo protocolo establecido en Su Palabra para proveer otro testigo confiable para testificar del tiempo de Su regreso, cuando Él juzgará al mundo.

Encontramos que este estudio es una maravillosa confirmación del marco de tiempo dado por la señal del Hijo del hombre cuando veremos a Jesús cara a cara y partamos de este mundo sin experimentar la muerte para vivir en Su presencia por toda la eternidad.

Los que han sido honrados a lo largo de la historia de ir al cielo sin experimentar la muerte se pueden contar con los dedos de una mano, pero hoy, el Señor promete que no será uno o dos, sino toda una generación que será arrebatada y la cual vendrá como Juan el Bautista en el Espíritu y el poder de Elías para enseñar la justicia a muchos y así preparar a un pueblo para encontrarse con el Señor cuando visite la tierra en el segundo advenimiento:

E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. (Lucas 1:17)

Juan el Bautista dijo que se le había dado una señal que revelaría cuando había venido El que bautizaría con el Espíritu Santo y con fuego:

También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquel me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ese es el que bautiza con el Espíritu Santo. (Juan 1:32-33)

Además, Juan relacionó ese bautismo con el fin del mundo, cuando el trigo será recogido en Su granero y la paja separada y quemada.

Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará. (Mateo 3:11-12)

Hemos visto cómo la reunión para la cosecha profética se ilustra actualmente en la señal del Hijo del hombre que muestra la escena del bautismo de Cristo mientras el cometa E3 atraviesa simbólicamente las constelaciones que representan las siete iglesias del Apocalipsis, reuniendo al remanente fiel que mira hacia arriba. Es a ellos a quienes el Padre revelará la hora del regreso del Señor. Como lamentó Jesús en Su primer advenimiento, quienes no conozcan el momento de Su visitación no tendrán paz, sino destrucción:

diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación. (Lucas 19:42-44)

Reuniendo a las águilas

Cuando los discípulos de Jesús escucharon el presagio de la destrucción del magnífico templo que Jesús profetizó se quedaron estupefactos y le preguntaron al respecto:

Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? (Mateo 24:3)

Suponiendo que un acontecimiento tan terrible debía coincidir con el fin del mundo, le preguntaron por la señal que precedería a Su regreso y, como suponían, a la destrucción del templo al mismo tiempo. Jesús procedió a responder a ambas preguntas en orden, concluyendo con las señales relacionadas con Su regreso y el fin del mundo. La señal de la venida de Jesús es la señal del Hijo del hombre, por lo que aplicamos lo que dijo sobre el fin en ese contexto. Por ejemplo, en el mismo capítulo, Jesús comparó Su venida con la trayectoria de un relámpago de oriente a occidente:

Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. (Mateo 24:27)

Aunque la palabra traducida “relámpago” se utiliza para referirse a los relámpagos durante una tormenta eléctrica, la palabra original tiene un significado más amplio. Considera cómo la usó Jesús cuando se refirió a la luz del cuerpo:

Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor. (Lucas 11:36)

La misma palabra se usa para referirse al brillo de una lámpara personal. Mientras que nosotros no somos más que pequeñas velas, Jesús es la gran luz del mundo entero, el sol. A esto se refiere Él aquí. Es el sol que sale del este e ilumina el cielo hasta el oeste. David explicó cómo debemos extender esta analogía a los cielos:

…En ellos [los cielos] puso tabernáculo para el sol; Y este, como esposo [Jesús] que sale de su tálamo [la casa de Dios, representada por Tauro], se alegra cual gigante para correr el camino. De un extremo de los cielos es su salida [saliendo de Tauro], y su curso hasta el término de ellos [volviendo a Tauro]; Y nada hay que se esconda de su calor. (Salmos 19:4b-6)

Así, en el contexto de los cielos, esperamos que el sol salga de Tauro y regrese allí después de recorrer todo el curso de los cielos circulares, de tal manera que ninguna parte quede oculta a su calor. En el marco de tiempo de la señal del Hijo del hombre, el sol sale de Tauro, la cámara del Señor, el 21/22 de junio de 2023. Al hacerlo, pasa a través de la mano de Orión, que está sentado sobre la nube de la señal del Hijo del hombre, activando así toda la señal como escribimos en el artículo El faro de la ira de Dios. El “relámpago” brilla hacia el oeste cuando el sol regresa a la constelación de Tauro desde la dirección opuesta el 14 de mayo de 2024, dentro de las dos semanas de la gran resurrección de los justos el 27 de mayo de 2024, mientras el sol está todavía en el templo.

Pero ¡mira de cerca lo que el Señor está presentando mientras el sol está en Tauro!

El planeta Venus representa a la iglesia, que llega a la puerta dorada (que significa la puerta del cielo) precisamente en el día de la resurrección el 27 de mayo de 2024. A ambos lados de Venus hay símbolos de la divinidad que la escoltan en su viaje celestial. El sol es el Esposo, Jesús, y el planeta Júpiter representa al Padre. Tanto Jesús como el Padre muestran Su aprobación a la Iglesia para abrirle la puerta y darle la bienvenida al cielo.

Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. (1 Tesalonicenses 4:16-17)

Esta señal de bienvenida celestial para la iglesia enfatiza la característica clave del reino de Dios que Cristo y Sus seguidores exhiben. Como animal de sacrificio, Tauro señala el rasgo del sacrificio. El pueblo de Dios ha guardado Sus mandamientos a pesar de las presiones circundantes para transigir, y ha elegido negarse a sí mismo el honor y el placer mundanos antes que desobedecer al Espíritu de Su ley.

Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. (Apocalipsis 22:14)

Tras esta escena en la puerta dorada de Tauro, los redimidos emprenden su viaje de siete días al mar de cristal, donde los santos serán coronados el 4 de junio de 2024. A continuación, otro importante enigma de Mateo 24 revela su solución en el firmamento.

Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas. (Mateo 24:28)

El cuerpo muerto está ilustrado por Tauro, un animal de sacrificio dividido. Las cuatro águilas allí reunidas son Venus y el sol en conjunción en los cuernos, y Júpiter y Mercurio en conjunción en el cuerpo. La primera pareja representa a la Iglesia (Venus) revestida de la luz de Cristo (el Sol). La segunda pareja representa al Padre (Júpiter) con Su mensajero (Mercurio). Venus y Mercurio representan dos grupos de redimidos: Respectivamente, son aquellos de todas las edades que mueren y son resucitados, y aquellos de la última generación que reciben el mensaje de tiempo de parte del Padre y nunca prueban la muerte.

Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. (1 Tesalonicenses 4:16-17)

Se les representa recibiendo autoridad de Jesús y del Padre porque lo han puesto todo sobre el altar (Tauro) y se les da la recompensa de la vida eterna en cuerpos nuevos y glorificados, representados como águilas. Esta ave representa la autoridad del Señor como Rey del cielo, y se promete que los vencedores reinarán con Él en Su trono mientras Él se sienta en el trono con Su Padre.^[1] Cuatro águilas se reúnen representando a los cuatro seres vivientes alrededor del trono de Dios que reflejan el carácter cuádruple de Jesús simbolizado por las caras de león, becerro, hombre y águila que cada uno posee.^[2] Estos cuatro rostros muestran el proceso de santificación al superar primero el pecado en la tierra (el león como rey de la tierra), para acoger después un carácter de sacrificio (el becerro). Con este carácter humilde, podemos entrar en Su descanso sabático^[3] y mantener el ADN que define nuestra identidad física a imagen de Dios (el hombre), en lugar de esforzarnos por manipular las reglas de nuestra existencia desafiando nuestra genética o Su diseño. Finalmente, la última etapa de la santificación es ser coronados en el cielo como ángeles (la cara de águila), ¡y esto es lo que se representa por fin el 4 de junio de 2024! Al ser como ángeles,^[4] los seres humanos redimidos reemplazan la tercera parte de la hueste del cielo que una vez se rebeló contra Dios.^[5] Cada palabra de Dios en los cielos tiene una profundidad de significado que es digno de nuestra meditación.

Emprendiendo el vuelo

Considerando que el milenio comienza con el regreso del Señor, nos podríamos preguntar, ¿Qué declaran los cielos 1.000 años después del final de la señal del Hijo del hombre? En La perdición del perseguidor anunciada, señalamos la señal celestial que retrata la atadura de Satanás por mil años con el cometa C/2023 A3 (Tsuchinshan-ATLAS) actuando como la cadena, el sol como la llave, y Virgo como el ángel.

Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; (Apocalipsis 20:1-2)

Al señalar a Virgo, esta revelación profética nos enseña que la Iglesia es el ángel que ata a Satanás durante los mil años. Ella es una virgen, que representa a la iglesia victoriosa que vence los ataques del enemigo de los últimos días y se le da el derecho de atarlo. La iglesia es tomada de la tierra que se encuentra en sus últimos respiros y Satanás no tiene a nadie para tentar, torturar o habitar. Entonces la iglesia reina con Cristo.

Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. (Apocalipsis 20:4)

Según el testimonio de la señal del Hijo del hombre, el milenio comenzará el 28 de mayo de 2024, cuando el cometa E3 golpee por segunda vez el péndulo de la constelación del Horologium. Esto marca cuando comienza el pisado del lagar de la ira de Dios, porque es el primer día sin la ciudad^[6]—el pueblo santo de la fe; la novia de Cristo. Como hemos explicado antes, la iglesia viajará siete días con el Señor al mar de cristal^[7] y siendo más rápido que la velocidad de la luz,^[8] el principio de dilatación del tiempo garantiza que en la tierra, transcurriría un tiempo mucho más largo, a saber, los mil años profetizados cuando Satanás sea atado en la tierra. Siete días después del 28 de mayo de 2024 es el 4 de junio de 2024. Este sería el tiempo percibido por los redimidos cuando los 144.000 llegarán al mar de cristal para recibir sus coronas, pero en la tierra habría pasado mil años, y sería el 4 de junio de 3024.

Con estas consideraciones, podríamos esperar una confirmación en el lienzo celestial con señales que reflejen con exactitud los acontecimientos profetizados después del milenio.

El mar de vidrio

Cuando adelantamos mil años desde el primer día de viaje, el 28 de mayo de 2024, hasta el 28 de mayo de 3024, podemos notar inmediatamente que exactamente en ese día, el sol, que representa a Jesús, el Esposo, entra en el recinto del santuario, que incluye a Tauro, el atrio interior, y a Orión, el santuario mismo.^[9] 

Esto nos trae a la memoria la visión de Ezequiel, cuando Dios le mostró un templo simbólico especial, y empezamos a comprender que lo que él vio está representado en el cielo:

Y la gloria de Jehová entró en la casa por la vía de la puerta que daba al oriente. Y me alzó el Espíritu y me llevó al atrio interior; y he aquí que la gloria de Jehová llenó la casa. (Ezequiel 43:4-5)

Esto es exactamente 1.000 años desde el rapto el 28 de mayo de 2024, para llevar a los redimidos al atrio del templo celestial. En otras palabras, cuando Jesús, el Esposo representado por el sol nos recibe para ir con Él a recorrer las estrellas, entramos en el patio del templo celestial, donde se encuentra la versión celestial del altar del sacrificio y el mar de bronce. Así, vemos un paralelismo en las dos escenas celestiales separadas por 1.000 años. Una visión profética de hace 180 años que nos es familiar indica que después de siete días,^[10] los santos llegan al mar de vidrio, donde tiene lugar la gran coronación el 3/4 de junio de 3024.

Juntos [los santos resucitados y los 144.000 santos vivientes] entramos en la nube y durante siete días fuimos ascendiendo al mar de vidrio,donde Jesús sacó coronas y nos las ciñó con su propia mano. Nos dió también arpas de oro y palmas de victoria. En el mar de vidrio, los 144.000 formaban un cuadrado perfecto. Algunas coronas eran muy brillantes y estaban cuajadas de estrellas, mientras que otras tenían muy pocas; y sin embargo, todos estaban perfectamente satisfechos con su corona. Iban vestidos con un resplandeciente manto blanco desde los hombros hasta los pies. Había ángeles en todo nuestro derredor mientras íbamos por el mar de vidrio hacia la puerta de la ciudad. Jesús levantó su brazo potente y glorioso y, posándolo en la perlina puerta, la hizo girar sobre sus relucientes goznes y nos dijo: “En mi sangre lavasteis vuestras ropas y estuvisteis firmes en mi verdad. Entrad.” Todos entramos, con el sentimiento de que teníamos perfecto derecho a estar en la ciudad. {PE 16.2}

Esta coronación en el mar de vidrio está bellamente representada precisamente después de ese viaje de 7 días en la noche que comienza el día hebreo del 3/4 de junio de 3024:

En Tauro (el atrio del santuario), vemos el sol (Jesús) en conjunción con Venus (la iglesia), y de repente se nos da una nueva revelación: ¡El mar de vidrio donde han llegado, está representado nada menos que por el hermoso mar azul que resplandece en la luz del cúmulo estelar de las Pléyades!^[11] He aquí el equivalente celestial al mar de bronce de Salomón, que había preparado y colocado en el patio del templo, apoyado sobre doce toros, al igual que Stellarium muestra las Pléyades descansando sobre las doce estrellas de Tauro.

Con la coronación en el marco de Tauro, se subraya el carácter sacrificial encarnado por la esposa triunfante. Su sacrificio por el Señor consistió en ratificar Su carácter (tal como lo describe Su ley), lo que los 144.000 hacen en estos últimos días, a pesar de la presión para recibir la marca, la imagen o el número de la bestia. Los 144.000 son descritos como sin falta e irreprensibles.^[12] Así como el sol deja a Aries, el cordero el 28 de mayo de 3024—siete días antes de que los santos lleguen al mar de vidrio, ellos están de pie con sus vestiduras purificadas en la sangre del Cordero antes de su travesía de siete días.

Las Pléyades, sin embargo, no sólo sirven como el mar de vidrio, donde se encuentran los redimidos, sino que proporcionan las estrellas de su corona. De hecho, se entiende que las Pléyades son en realidad dos objetos no relacionados en la misma línea de visión: la tenue nebulosa azul (correspondiendo al mar de vidrio) en realidad es completamente separada del cúmulo estelar de las Pléyades (la corona). Es simplemente una nube de polvo que pasa por delante, ¡y que las Pléyades iluminan desde atrás en una hermosa combinación resplandeciente!

La corona representada por el cúmulo de las Pléyades tiene un gran significado en relación con el papel que cumplen los 144.000. Observa lo que dice la Biblia sobre las Pléyades:

¿Podrás tú atar los lazos de las Pléyades, O desatarás las ligaduras de Orión? (Job 38:31)

La Biblia aquí conecta las Pléyades con lazos que deben ser atados como el trabajo del Espíritu Santo que ata la ley de Dios en el corazón. La Biblia señala a los 144.000 como aquellos que en última instancia se presentarán ante el Señor sin falta, por lo que esto se aplica especialmente a ellos. Habiendo aprendido el cántico del Cordero, sirven como maestros, enseñando la justicia a la multitud como se describe en Daniel 12.^[13] Las siguientes líneas captan las características de estos maestros con quienes están ligadas las dulces influencias de las Pléyades. Observa la referencia a las estrellas:

“El que tiene las siete estrellas en su diestra... dice estas cosas.” Apocalipsis 2:1. Estas palabras son dirigidas a los maestros de la iglesia, a aquellos a quienes Dios confió pesadas responsabilidades. Las dulces influencias que han de abundar en la iglesia están vinculadas estrechamente con los ministros de Dios, quienes deben revelar el amor de Cristo. Las estrellas del cielo están bajo su dirección. Las llena de luz; guía y dirige sus movimientos. Si no lo hiciera, llegarían a ser estrellas caídas. Así es con sus ministros. Son instrumentos en sus manos, y todo lo bueno que pueden hacer es realizado por medio del poder divino. Por medio de ellos se difunde la luz del Salvador, quien ha de ser su eficiencia. Si tan sólo miraran a él como él miraba al Padre, serían capacitados para hacer su obra. Cuando dependan de Dios, él les dará su esplendor para reflejarlo al mundo. {HAp 468.3}

¿Están las dulces influencias de las Pléyades ligadas a tu corazón, para mantenerte en Sus caminos? ¿Te llena Él de luz como las estrellas, para que estés equipado para guiar a otros a reconocer a Cristo en la señal del Hijo del hombre? ¿Es Dios tu dependencia, para que puedas reflejar el resplandor de Su carácter al mundo, para fortalecerlos a permanecer en humildad y en oposición no violenta al número de la bestia, cueste lo que cueste?

Las Pléyades son un cúmulo de estrellas visibles a simple vista como recordatorio de que las dulces influencias del Espíritu que coronan nuestro corazón y dan fuerza para resistir las asechanzas de los últimos días, pronto se plasmarán en una reluciente corona sobre las cabezas de los victoriosos.

Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. (Apocalipsis 15:2)

La mujer pura

La imagen de la coronación de Venus el 3/4 de junio de 3024, es una reminiscencia de la señal descrita en Apocalipsis 12, donde a una mujer vestida con el sol se le da una corona de doce estrellas.

Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. (Apocalipsis 12:1)

El 23 de septiembre de 2017, esa señal de la mujer se formó en el Mazzaroth con las características descritas en la profecía bíblica. Estaba vestida con el resplandor del sol, la luna estaba a sus pies, y sobre su cabeza había tres estrellas visitantes, que se sumaban a las nueve estrellas de Leo para formar una corona de doce estrellas. En la señal más condensada que estamos considerando actualmente, la mujer es Venus, y también está vestida con el sol, estando en conjunción con él. La corona de doce estrellas es el cúmulo de las Pléyades. De hecho, observa lo que dice Space.com sobre las Pléyades:

Con ojos agudos y un cielo claro y oscuro, es posible divisar hasta 12 estrellas en el grupo de las Pléyades. [Traducido]

¡La corona de las Pléyades está bien descrita como una corona de 12 estrellas! Sin embargo, no hay luna a sus pies, como especifica la profecía. No obstante, las inconfundibles similitudes en la rarísima triple conjunción del sol con Venus en la corona de las Pléyades, en combinación con esta clara diferencia de la luna ausente, sugieren una relación.

En la señal de la coronación, vemos una imagen de la misma mujer, pero desde una perspectiva diferente. En Apocalipsis 12, se describe a la mujer de pie sobre la luna, que representa la ley fundamental del judaísmo, la luz menor que apuntaba hacia la luz mayor de Cristo, con la que está revestida como cristiana. Después del milenio, sin embargo, ya no hay una piedra (la luna) bajo sus pies, sino el símbolo corporal del sacrificio, Tauro.

La Iglesia ya no está sobre el fundamento de piedra de los mandamientos escritos que Dios dio a los judíos, sino que está sobre el fundamento del Espíritu de la Ley.

Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. (Juan 15:12-13)

El espíritu de la ley es el sacrificio, que se ejemplifica en el sacrificio de Cristo, cuyo ejemplo siguen los inmaculados.^[14] Ninguna tabla de piedra puede captar la esencia completa del sacrificio en que se funda el reino de nuestro Señor. Así pues, lo que vemos es la forma más pura de la misma señal. Es la entrada triunfal de la Iglesia en el reino de Cristo, firmemente asentada sobre el sacrificio. ¡La entrega del pacto eterno es entonces completa y nuestra herencia prometida en el reino de Dios está casi cumplida!

Rey de reyes

Antes de que los redimidos reciban su herencia en la Tierra Nueva, todos los habitantes del universo, incluidos todos los malvados que hayan existido, deben reconocer unánimemente quién tiene derecho a gobernar. El 5 de junio de 3024, después de que los 144.000 reciban sus coronas de gloria^[15] sobre el mar de cristal, tiene lugar la segunda resurrección y Satanás es desatado por un corto tiempo.

Pero el resto de los muertos no volvió a vivir hasta que se cumplieron los mil años… Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. (Apocalipsis 20:5a,7-8)

El don de la vida que Cristo compró era para todos, pero los que resucitan en esta segunda resurrección no quisieron cumplir las condiciones para recibirlo. No obstante, son resucitados para dar su testimonio final. Testifican que no tienen un carácter apto para la eternidad, y que Cristo es justo en Su juicio sobre ellos. Esto ocurre cuando Satanás intenta utilizar su aparente ventaja numérica para derrocar a la Ciudad Santa y tomar el reino para sí.

Entonces Satanás se prepara para la última tremenda lucha por la supremacía. Mientras estaba despojado de su poder e imposibilitado para hacer su obra de engaño, el príncipe del mal se sentía abatido y desgraciado; pero cuando resucitan los impíos y ve las grandes multitudes que tiene al lado suyo, sus esperanzas reviven y resuelve no rendirse en el gran conflicto. Alistará bajo su bandera a todos los ejércitos de los perdidos y por medio de ellos tratará de ejecutar sus planes. Los impíos son sus cautivos. Al rechazar a Cristo aceptaron la autoridad del jefe de los rebeldes. Están listos para aceptar sus sugestiones y ejecutar sus órdenes. No obstante, fiel a su antigua astucia, no se da por Satanás. Pretende ser el príncipe que tiene derecho a la posesión de la tierra y cuya herencia le ha sido arrebatada injustamente. {CS644.2}

Mientras Satanás se ocupa de reunir a las innumerables muchedumbres, los justos se preparan para la coronación del Rey Jesús, el Herido, junto a los pilares de la sala de coronación formada por los cuernos de Tauro.^[16] 

La antigua costumbre seguía el mismo patrón:

Y subió el rey a la casa de Jehová con todos los varones de Judá, y con todos los moradores de Jerusalén, con los sacerdotes y profetas y con todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande; y leyó, oyéndolo ellos, todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová.Y poniéndose el rey en pie junto a la columna, hizo pacto delante de Jehová [con el pueblo], de que irían en pos de Jehová, y guardarían sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo el corazón y con toda el alma, y que cumplirían las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto. (2 Reyes 23:2-3).

El comienzo de la solemne y gloriosa coronación de Jesús se representa en el cielo quince días (una hora profética) después de que Él corone a los 144.000. Jesús es representado por el sol como el Novio y es coronado en los cuernos de Tauro por Mercurio, que representa a Gabriel, el ángel mensajero del Señor.^[17] 

¿Es de extrañar, entendiendo esto, que Satanás eligiera una imitación de esta escena de coronación en Tauro en el simbolismo egipcio de la diosa Hathor, que lleva el tocado de cuernos de toro que contiene el sol? Pero Jesús es coronado debido a Su carácter abnegado, siendo sumiso a la voluntad de Su Padre y siguiendo Su ley en la plenitud del Espíritu. Sólo Él es digno de recibir todo poder y alabanza.

que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. (Apocalipsis 5:12)

La actitud de humildad y entrega es lo que nos engrandece a los ojos de Dios. No hay otro lugar en los cielos donde esta hermosa escena pueda mostrarse mejor que en el altar del sacrificio. Él es el Herido, y las cicatrices de Su sacrificio proclamarán para siempre Su mérito para ser Rey. Ante Él todos se inclinarán en reverencia y adoración.^[18] 

Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 5:13)

Sin embargo, las festividades no terminan en un solo día. Jesús hizo Su sacrificio una vez, pero diez veces el Señor imploró el perdón del Padre con Sus heridas mostradas.

Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes. Y el pueblo estaba mirando... (Lucas 23:33-35)

Mientras el Señor colgaba de la cruz en el momento de Su muerte, imploró el perdón para aquellos que estaban quebrantando el sexto mandamiento al asesinarle. Sin embargo, desde la Creación del mundo, las heridas de nuestro Señor han estado midiendo Su misericordia en los diversos ciclos del reloj de Orión mientras Él intercedía ante Dios para que perdonara al hombre por quebrantar cada uno de los otros mandamientos, concluyendo con el último ciclo de Orión donde el Señor intercedió por el desprecio mostrado por el hombre al descanso del Creador que selló Su creación como buena en gran manera.^[19] 

Diez veces se mostraron las heridas del Señor en el reloj de Orión, y ¿debería completarse Su coronación en un solo día? ¿No sería apropiado dedicar un día de coronación para cada mandamiento por los cuales fue herido? A medida que transcurren estos diez días, el sol ilumina el camino a través de la sala de coronación mientras resuenan las alabanzas al Esposo por Su gloriosa salvación. Esta celebración de diez días conmemora Su gran victoria sobre el pecado y declara que la ley de Dios es santa, justa y buena.^[20] 

Al final de las celebraciones, después de que los fieles mártires alaben al Señor por Su fortaleza, recordando sus propios diez días de tribulación,^[21] la iglesia triunfante se vuelve silenciosa, ya que la solemne sentencia de justicia está a punto de ser ejecutada por Jesús, el Rey recién coronado. Es el 28 de junio de 3024, y el fuego está a punto de caer sobre los malvados y purificar el universo de su presencia a través del arma de más alta energía del arsenal universal: un estallido de rayos gamma (ERG). Esto está simbolizado por un eclipse especial de fuego y humo en ese mismo día:

Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo [el ERG], y los consumió. Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 20:9-10)

Yo hago nuevas todas las cosas

El último acto de las festividades de la coronación es también el comienzo de la nueva creación con el ERG que purga el viejo mundo y responde al mandato de “sea la luz”. El altar de la tierra se enciende como lo representa el eclipse solar parcial, y durante los siete días de la nueva creación, la purificación de ese altar tiene lugar, como vio Ezequiel en su visión de la consagración del templo especial.

Durante siete días harán expiación por el altar y lo purificarán; así lo consagrarán. (Ezequiel 43:26 RVA-2015)

En 1844, cuando los Milleritas esperaban la venida de Jesús, entendían que la purificación del santuario^[22] se refería a la purificación de la tierra por el fuego en la venida de Cristo. Ahora vemos que esto no era del todo erróneo, porque la purificación de siete días del altar con fuego apunta en verdad a la completa destrucción y purificación de la tierra mientras el fuego solar está en el altar celestial.

Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos... Hasta que entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos. Ciertamente los has puesto en deslizaderos; En asolamientos los harás caer. (Salmo 73:3,17-18)

Pero ¿qué estaría señalando Dios al traer la destrucción el 28 de junio de 3024? ¿Cuál es el símbolo de la rebelión contra la creación de Dios? Hay un acontecimiento que se ha convertido en un símbolo de “liberación” del diseño original de Dios a favor de la imagen de la bestia (el matrimonio homosexual y la auto identificación LGBT+).

La revuelta de Stonewall, también conocida como los disturbios de Stonewall, consistió en una serie de manifestaciones espontáneas y violentas en protesta contra una redada policial que tuvo lugar en la madrugada del 28 de junio de 1969, en el pub conocido como Stonewall Inn, ubicado en el barrio neoyorquino de Greenwich Village. Frecuentemente se citan estos disturbios como la primera ocasión, en la historia de Estados Unidos, en que la comunidad LGBT luchó contra un sistema que los perseguía, y son generalmente reconocidos como el catalizador del movimiento moderno pro-derechos LGBT en Estados Unidos y en todo el mundo.^[23]

Los Diez Mandamientos sirven de barrera protectora para evitar que los pequeños en la fe se aventuren en zonas de peligro, pero en lugar de aprender lo que es mejor para nosotros, muchos han optado por violentar el muro protector de piedra de Dios. El simbolismo es claro: lo que Dios declaró “muy bueno” en el principio, que el hombre no busque liberarse de ello, porque no puede ser mejorado, y aquellos que lo corrompen en su intento de mejorarlo serán destruidos. Esto se expresa en un juego de palabras griegas, donde se utiliza una palabra que significa tanto “destruir” como “corromper” o “pervertir”:

Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen [corrompen o pervierten] la tierra. (Apocalipsis 11:18)

Apenas unas horas después del símbolo ardiente de esa destrucción, el sol del Esposo comienza a atravesar el mismo paisaje estelar que atravesó cuando el Señor hizo Su entrada triunfal en Jerusalén al final de Su ministerio en la tierra.

Después de que Jesús hubo entrado con hosannas, lloró por Su pueblo que no le escuchaba, sino que tramaba Su muerte en un vano intento de preservar su propio honor y posición. Así comenzó la semana de la pasión del Señor en el año 31 d.C., pero ¡qué diferente es la semana de este nuevo comienzo! No hay llanto sobre Jerusalén, no se silencian los fuertes hosannas al Rey que resuenan desde la Nueva Jerusalén. En su lugar, se oyen sonidos de alegría, amor, acción de gracias y alabanza.

El Creador está con los redimidos y hace nuevas todas las cosas durante seis días. En ese sexto día de la nueva creación, cuando Él llena la tierra de animales, el sol nos recuerda el sacrificio del Cordero que lo hizo todo posible, pues se levanta donde una vez se oscureció sobre la cruz. Ya no se utilizarán animales para sacrificios, ni se derramará su sangre. El acto culminante de la pasión de Cristo se contrasta con la alegría sin fin de la vida eterna y abundante que Él compró.

Entonces, en el séptimo día de la nueva creación, el 4 de julio de 3024, el sol pasa por el lugar donde estaba en el Gran Sábado de Su descanso en la tumba en la tierra. Aquel que se sometió a la tumba para liberar a aquellos que se habían rebelado contra Su perfecta creación, ahora la pronuncia aún mejor, ya que los redimidos han elegido el amor a la ley de Dios, habiendo conocido el bien y el mal. Por lo tanto, el pecado no volverá a surgir en sus corazones. Su libertad en el amor contrasta con la Dama de la Libertad de rostro masculino que fue un regalo del estado impío de Francia, con sus cadenas rotas y su propia tabla de piedra en la mano, declarando la independencia del mundo de la ley de Dios. El día representará un nuevo mundo con independencia del PECADO, ya que estará finalmente liberado de su influencia autodestructiva.

Notablemente, este séptimo día de la nueva creación cae el domingo, 4 de julio en 3024, de modo que el recordatorio semanal dominical de la resurrección victoriosa de Cristo sobre la muerte y el pecado se celebrará entonces en el sábado por la eternidad.^[24] 

¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. (1 Corintios 15:55-57)

En la tierra, mientras el pecado aún prevalece, el sábado se refiere al séptimo día en conmemoración del descanso del Señor en la creación y Su descanso de salvación después de tomar sobre Sí mismo la muerte, que es la pena por el pecado del hombre.^[25] Pero con la nueva creación, el séptimo día sería el día que ahora llamamos domingo, de tal manera que sin ningún cambio de la ley, el nuevo sábado del séptimo día estará impregnado del simbolismo de la victoria sobre la muerte y el pecado a través de la resurrección de Jesús.

Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. (Isaías 65:17)

Finalmente, el sol llega al ecuador galáctico para el aniversario sideral de la resurrección de Jesús, como hemos explicado antes. Cada día de vida eterna es un regalo que fue asegurado cuando Jesús resucitó de entre los muertos.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (2 Corintios 5:17)

Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. (Apocalipsis 4:11)

El sacrificio de Jesús para restaurar al hombre en el reino de Dios se ha cumplido y todo corazón late ahora con adoración y reverencia hacia Aquel que lo sacrificó todo por la redención de la humanidad. El carácter de Dios es vindicado por fin.

El gran conflicto ha terminado. Ya no hay más pecado ni pecadores. Todo el universo está purificado. La misma pulsación de armonía y de gozo late en toda la creación. De Aquel que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la extensión del espacio infinito. Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas, declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor. {CS 657.3}

Las revelaciones que se han presentado en este artículo dan testimonio del tiempo de la segunda venida de Jesús, tal como lo indica la señal del Hijo del hombre. El Padre en Su reloj del Mazzaroth corrobora ese tiempo con las señales correspondientes en el año 3024, exactamente 1000 años después de que la señal del Hijo del hombre termine con Su regreso en el 2024. Al final, mientras cantamos el amor de Dios, ¿quién puede negar lo que el Tiempo ha orquestado en el cielo?