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El testamento

 

La maldad del mundo es extremadamente grande y su influencia corruptora ha estado sin restricción en todas las ramas de la sociedad. Sin embargo, la causa de la verdad ha avanzado con una gloria cada vez mayor, aunque son pocos quienes la han recibido. Cómo sucedió que una pequeña e indigna compañía de creyentes fue honrada en recibir tal riqueza de sabiduría y entendimiento, es una historia que combina gracia y asombro con tragedia e inefable aflicción. Es una historia de profecía y revelación, de sorpresa e incredulidad.

En esta sección, leerás acerca de esa historia, todo identificable en el testimonio inspirado de los profetas, ¡y aprenderás cómo la autoridad de Jesucristo acompaña este testamento! Como lo hicieron los pioneros adventistas, también los testadores han vivido las profecías, y como un contrato registrado públicamente, su historia del cumplimiento profético es un testimonio al mundo de lo que el Señor ha hecho por Su pueblo.

En esta sección, verás cómo Dios ha cumplido Su Palabra, y de esa manera Sus obligaciones de acuerdo a los términos del sempiterno pacto que Él hizo con el pueblo adventista, para el beneficio del mundo. Esta sección explica cómo está conectado este testamento con el sempiterno pacto, y a medida que los herederos lean estas páginas, obtendrán una apreciación de su origen y valor.

El sempiterno pacto

El pacto, o testamento, es un tema que está lleno de malentendidos atroces entre los cristianos, pero cuando miramos el panorama general, el enfoque es claro. Desde el principio,[1] Dios hizo un pacto de paz[2] con la raza caída, de que habría salvación, que Dios purificaría el pecado de entre Su pueblo, y moraría entre ellos para siempre.

El mismo pacto fue confirmado con Abraham, cuando la antorcha de fuego y el horno humeando pasaron entre las partes de los animales de sacrificio en una promesa solemne de darle a Canaán a la simiente de Abraham.[3] El pacto concerniente a la Canaán terrenal era simbólico de aquello concerniente a la Canaán celestial, donde los hijos de la fe morarían con el Señor.

En tiempos antiguos, los contratos se hacían de diferentes maneras que hoy en día. En lugar de usar páginas y páginas de documentos legales para registrar permanentemente el contrato en la perdurable tinta de las oficinas de registro civil, la gente en la antigüedad simplemente entraba en acuerdo con los términos y en una costumbre de sacrificio especial, juraban ante Dios que cumplirían su parte del acuerdo. Esta forma de hacer un pacto no era sólo un extraño ritual antiguo, sino que prefiguró precisamente cómo sería reparada la brecha entre Dios y el remanente de Su pueblo al final de los tiempos. ¡De hecho, era un tipo de este testamento!

Dios renovó el pacto Abrahámico con Moisés y con todo Israel, y la esencia del pacto fue escrita en tablas de piedra, representando su naturaleza eterna, y fue dado al pueblo. Todo contrato entre partes se basa en el principio de actuar de buena fe.

La buena fe…consistente en el estado mental de honradez, de convicción en cuanto a la verdad o exactitud de un asunto, hecho u opinión, título de propiedad, o la rectitud de una conducta. Exige una conducta recta u honesta en relación con las partes interesadas en un acto, contrato o proceso.[4]

Había sido por la fe que Abraham aprendió a caminar en la justicia, pero debido a la falta de esta, los hijos de Israel fueron cortados de alcanzar el cumplimiento de la promesa que Dios les había hecho de llevarlos a la tierra de Canaán. ¡El plan original de Dios para ellos no fue cumplido! En cambio, perecieron en el desierto, y sólo aquellos dos que demostraron fe pudieron ver la promesa cumplida.

Pero el pacto de traer a Israel a la tierra literal de Canaán era sólo un presagio del sempiterno pacto. El primero era una lección para entender lo que Dios estaba haciendo realmente con este último. Este último—el “nuevo” pacto— se haría basado en mejores promesas[5]--las de Jesucristo, en cuyo corazón fue escrita la misma Ley—las palabras del primer pacto.

Mas éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en sus entrañas, y escribiréla en sus corazones; y seré yo á ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. (Jeremías 31:33 RVA)

Ya sabes que Jesús tenía la Ley de Dios escrita en Su corazón, y en Su vida entera, Él nunca transgredió uno de sus preceptos. Pero ¿es este versículo solo acerca de Jesús? Habla de la casa de Israel y “de sus corazones” en plural, y por lo tanto ¡no es sólo acerca de Jesús! Cuando los creyentes ponen su fe en Jesús, creyendo que Él, estando sin pecado, murió en su lugar, Él comienza a impartirles Su propia justicia, y Su propia fe, por la cual Su Ley está escrita en sus corazones. Por este maravilloso medio, la mente de Cristo misma en toda su pureza y santidad es impartida al creyente, y es transformado de adentro hacia afuera. Esto es justificación por la fe, y resulta en una vida de conformidad con la Ley de Dios, al igual como fue la vida de Jesús. ¡El nuevo pacto no fue cumplido completamente por Jesús, el pacto cumple la parte de Jesús, pero éste también debe ser cumplido por Su pueblo—la otra parte del contrato! Así Su pueblo está “actuando de buena fe”, y de eso se trata este testamento.

Esta es la obra del Espíritu Santo, y requiere la cooperación del elemento humano, porque Él no forzará ningún cambio en contra de la voluntad del individuo, sino que presenta la luz de la verdad y trae convicción al corazón. Entonces la elección debe ser hecha de entregar la voluntad, para que Él pueda efectuar el cambio en el creyente. Muchos de los que son elegibles bajo los términos de este testamento puede que lo encuentren sólo después que la puerta de la gracia haya sido cerrada. Por lo tanto, sólo a través de la continua entrega de la voluntad, ganarán la victoria. Aquellos que tienen la fe de Jesús recibirán la Ley escrita en sus corazones a medida que bajo la presión extrema de la situación en la que se encuentren, cuando las plagas estén cayendo, ellos sometan toda inclinación egoísta antes de que se manifieste como pecado. ¡Esta es su alta vocación, y este testamento es necesario para su éxito!

Ha sido siempre la amenaza de Satanás destruir a aquellos que conforman sus vidas a la Ley de Dios. Esta es la persecución de la iglesia de Esmirna, que representa a los fieles mártires. Y si no puede silenciarlos con la muerte, trata de debilitar su fidelidad a través del compromiso, que los separaría de Dios y los pondría bajo la condenación de la Ley.

¿Puede Dios entregar el sempiterno pacto a un pueblo que es infiel a Su Ley? ¡Absolutamente no! ¡Ni siquiera si son Su pueblo escogido! Actuar en buena fe con respecto a la Ley de Dios es una característica distintiva que separa al pueblo de Dios del resto del mundo.

¡Es por esta razón que este no es el testamento de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, como debería haber sido! Como los sacerdotes y profetas del antiguo Israel que deseaban matar a Jeremías, diciendo: “En pena de muerte ha incurrido este hombre; porque profetizó contra esta ciudad, como vosotros habéis oído con vuestros oídos”,[6] así también los adventistas quisieron silenciarnos por hablar contra su ciudad, la iglesia. ¡Ellos ciegamente repiten como un loro que “la iglesia irá hasta el fin”, ignorando completamente toda la apostasía y el pecado que impide que Dios cumpla Sus promesas con ellos! Pero Dios tiene un estándar inmutable:

…Más si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. (Mateo 19:17)

Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. (Apocalipsis 14:12)

Antes de que Jesús pueda regresar, debe tener un pueblo en cuyo corazón está escrita la Ley de Dios. No sólo la letra de la Ley, sino que el Espíritu de la Ley debe estar en su corazón: amor a Dios y amor a sus semejantes. Más adelante comprenderemos realmente lo que significa, y en qué punto ese amor fue demostrado por los testadores, ¡a quienes fueron entregadas las promesas de Dios!

Hay dos movimientos proféticos que contrastan la diferencia entre tener y carecer de esa demostración completa del amor. Primero, veremos la profecía de Apocalipsis 10 y lo que se ha convertido en un cumplimiento profético claro en la historia. ¡A medida que lo vemos a la luz de la verdad presente, lo entenderemos como nunca! Esto preparará al lector para entender la profecía contrastante, y en el proceso, aprenderá cómo se convirtió en la condición actual de las cosas.

Despertados al tiempo

Algunas cosas—especialmente las profecías— se comprenden mejor después de un lapso de tiempo. Jesús expuso este principio en Su última cena con los discípulos:

Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. (Juan 14:29)

Los caminos de Dios son más altos que los caminos del hombre, y típicamente, Él obra de maneras inesperadas. Muchas profecías y tipos bíblicos tienen cumplimientos dobles o incluso múltiples en diferentes períodos de la historia que comparten características similares. Como Jesús dijo, la Escritura no puede ser quebrantada,[7] y Su palabra no volverá vacía.[8] Si no se cumple de una manera, se cumplirá de otra, y el simbolismo de la profecía puede desarrollarse de muchas formas. En retrospectiva, vemos muchas de las mismas profecías familiares en una luz más brillante, y la experiencia adicional proporciona profundidad y armonía que no es posible ver cuando los eventos recién han acontecido. A la luz del Tiempo, las profecías familiares crecen en hermosura a medida que la historia de Su obra con el hombre es relatada.

Durante el gran despertar adventista de las décadas de 1830 y 1840, el Espíritu Santo se movía entre el pueblo, y muchos corazones fueron incitados a interesarse en las profecías del segundo advenimiento y las personas conformaron sus vidas a los principios de la verdad. Sus mensajes culminantes fueron profetizados en la Biblia como tres ángeles volando en el cielo con el evangelio eterno para ser predicado al mundo, para que el sempiterno pacto pudiera ser entregado. El primer ángel entregó el mensaje principal del movimiento:

Tres ángeles volando con mensajes.

diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. (Apocalipsis 14:7)

El Espíritu Santo obró a través del estudio de un simple agricultor en América con el nombre de Guillermo Miller, así también como de otros en Europa, para conducir a las personas a dar gloria a Dios y adorar al Creador. La experiencia de Miller, y la de todos los creyentes, fue bien ilustrada en Apocalipsis por medio de la siguiente descripción:

Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel. Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre. (Apocalipsis 10:9-10)

El ángel tiene el libro abierto, y Juan debe recibirlo de la mano del ángel antes de que pueda ser “comido” o entendido. Por lo tanto, el ángel no es otro que Jesucristo, quien le dio el entendimiento del librito a Miller por medio de Su representante, el Espíritu Santo. El pueblo estaba ansioso por leer y “comer” ese librito de la profecía de Daniel 8,[9] y a medida que ellos contemplativamente “lo masticaban”, era dulce como la miel.

Pero Guillermo Miller y los adventistas de ese tiempo no comprendieron el significado mayor de la profecía. Al identificar el punto final como el retorno de Jesús en las nubes, su anticipación fue alta, pero su decepción fue proporcionalmente grande cuando Jesús no regresó como habían creído. Así, la experiencia dulce en su boca se convirtió en amargura en su estómago, a medida que su comprensión fue enfrentada con los ácidos digestivos de la realidad. Sin embargo, el Espíritu Santo los estaba guiando y esto es evidenciado por el hecho de que la profecía de Apocalipsis 10 predijo con gran precisión su experiencia con el librito.

Su severa decepción probó su carácter hasta el núcleo, demostrando la profundidad de su amor por la verdad. Muchos inmediatamente vomitaron el libro y no tuvieron nada que ver con él, por el dolor que había causado a su ego al no validar que estaban en lo cierto, como habían esperado. Otros buscaron explicaciones o fechas divergentes, socavando la verdad de los primeros estudios.

Sólo aquellos que se apartaron de sí mismos con todas sus ambiciones orgullosas, buscando sinceramente al Señor y Su palabra para guiarlos, pudieron encontrar una armonía completa que no negó la dirección del Espíritu en el movimiento millerita, sino que explicó lo que ocurrió. Esta ha sido siempre la actitud de quienes aman sinceramente la verdad. Ellos Lo conocían y no podían negar Su conducción. Su creencia estaba basaba en el amor a Jesús y a la verdad, y no en ningún propósito egoísta o en una esperanza de auto-exaltación. Ese tipo de buena fe en las promesas de Dios es lo que impulsa a los testadores de este testamento hoy, y debe ser la buena fe de los herederos también.

No es sólo la experiencia del librito lo que se aplica a los creyentes milleritas; la descripción del Ángel mismo también era una representación apropiada de Jesús como ellos se habrían relacionado con Él:

El juramento de Apocalipsis 10.

Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego. (Apocalipsis 10:1)

Fue Jesús quien los condujo como una columna de fuego, iluminando su camino mientras ellos sonaban el clamor, “¡Aquí viene el esposo!”[10] Era Él, quien vendría con las nubes del cielo brillando como el sol. Esta era la promesa que esperaban, como el arco iris sobre Su cabeza.

Aunque el clamor de medianoche para anunciar el regreso de Jesús no culminó en Su venida en esa generación, esa experiencia sirvió como una luz brillando en su camino, a medida que entendieron que Jesús vino al Padre:

Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. (Daniel 7:13)

Él los estaba guiando antes de su decepción y después, como las dos columnas de fuego que eran los pies guías del Ángel. Paso a paso, Él los condujo, sin permitir que Su luz se oscureciera, como lo hizo con el antiguo Israel en su vagar por el desierto con Su nube de día y fuego de noche. ¡En esta visión, hay otros símbolos que se relacionan directamente con el movimiento adventista! Juan ve al Ángel de pie sobre la tierra y el mar:

Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces. (Apocalipsis 10:2-3)

Elena de White, quien participó en la experiencia culminante, señaló el alcance geográfico donde el mensaje fue enseñado:

Así como en el caso de la gran Reforma del siglo XVI, el movimiento adventista surgió simultáneamente en diferentes países de la cristiandad. Tanto en Europa como en América, hubo hombres de fe y de oración que fueron inducidos a estudiar las profecías, y que al escudriñar la Palabra inspirada, hallaron pruebas convincentes de que el fin de todas las cosas era inminente. En diferentes países había grupos aislados de cristianos, que por el solo estudio de las Escrituras, llegaron a creer que el advenimiento del Señor estaba cerca. {CS 357.1}

La revelación cautivante fue la comprensión de la profecía de tiempo de los 2300 días, que debía concluir en 1844. El mensaje fue acogido por muchos y ampliamente enseñado en Europa, que es representada bíblicamente como el mar para las multitudes de varias naciones y lenguas que viven allí,[11] así como en la América escasamente poblada, cuya relación con las multitudes de Europa es presentada bíblicamente con el símbolo contrastante de la “tierra”. En otras partes del mundo, el mensaje no estaba tan diseminado (sin embargo, “el mensaje del primer ángel fue llevado a todas las estaciones misioneras de la tierra”[12]). Por lo tanto, Su posición sobre el mar y la tierra predijo cómo la comprensión del libro ganaría una posición firme en Europa y América.

Después de describir al Ángel, Juan oyó “siete truenos” cuando Él habló, y él iba a escribir sus palabras, pero se le pidió que no lo hiciera:

Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas. (Apocalipsis 10:4)

El diligente estudiante de la Biblia busca entender cada aspecto de una visión, reconociendo que Dios está hablando, y ninguna de Sus palabras debe caer a tierra. Entonces, ¿qué debemos hacer con los siete truenos que se le ordenó a Juan que no escribiera? ¿Es posible saber lo que fue hablado? ¿Por qué no permitió Dios que Juan los escribiera? La respuesta a estas preguntas reitera que esta visión se aplica al movimiento millerita, el cual no llegaría hasta el fin cuando todos los misterios serían explicados.

Sin embargo, el rugido del Ángel como un león es sugestivo del contenido del mensaje millerita como fue predicado entonces: que Jesús, el León de la tribu de Judá, estaba regresando, y que estaba revelando el secreto del tiempo:[13]

Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará? (Amós 3:7-8)

Los milleritas habían predicado un tiempo que creían era para el segundo advenimiento, pero ¿era realmente el Clamor de Medianoche, como ellos lo llamaban? El término es tomado de la parábola de las diez vírgenes, que “salieron a recibir al esposo” (Jesús).[14] Para los adventistas decepcionados, encontró aplicación a la llegada de Jesús al Anciano de días en el cielo, y la realidad del paso de las generaciones indica que debe haber otra aplicación, porque las vírgenes no se encontraron con Jesús en 1844 o poco después. Uno debe admitir que hay otro clamor de medianoche, “¡Aquí viene el esposo!”, como el último mensaje justo antes del advenimiento del Señor.

El Ángel habló una profecía que Juan, representando a los adventistas Milleritas, no debía escribir, porque no era posible que ellos tuvieran conocimiento de ello. Juan sólo pudo escribir sobre su experiencia durante ese tiempo. Él oyó la historia futura del pueblo adventista que estaba empezando a ser escrita, pero era un mensaje futuro que sería revelado en una fecha posterior, después de que la experiencia del advenimiento, que aún estaba por venir, se hubiera convertido en historia. Era una profecía del mensaje del Cuarto Ángel, que incluye la historia de cómo las provisiones de este testamento alcanzaron las manos de los testadores en el transcurso de las generaciones desde los milleritas hasta el presente.

El mensaje de tiempo había cumplido su propósito para la comunidad adventista, y ningún tiempo posterior fue profetizado en la palabra de Dios para ese movimiento. El juramento solemne del ángel refleja esto:

y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más, (Apocalipsis 10:6)

Su juramento de que “el tiempo no sería más” no se refiere al fin del tiempo para el mundo, sino al fin de la profecía de tiempo como es encontrada en el librito. Es decir, Jesús declaró con este juramento al movimiento millerita que no habría más cálculos proféticos después de 1844 en relación con el librito que incluía a Daniel 8:14. El movimiento millerita predicó 1844 con la bendición del Espíritu Santo, quien dio el librito abierto para comer. Sin embargo, no tenían autoridad para fijar fechas futuras para esa profecía, porque eso socavaría la verdad de la fecha de 1844, como si estuviera en error y necesitara ser ajustada. ¡El juramento protege la autenticidad de ese mensaje de tiempo!

En general, la presencia de un juramento significa que un documento legal de alta importancia está involucrado. Esto señala una transacción con respecto al sempiterno pacto, que tuvo lugar a raíz del movimiento millerita. De hecho, fue la renovación del pacto de Dios con otro pueblo denominado: los Adventistas del Séptimo Día. Al aceptar la verdad del séptimo día sábado del cuarto mandamiento en 1846, tenían en sus manos el título de propiedad de la Canaán celestial. Aunque no fueron al cielo con Jesús en 1844, recibieron el contrato en mano. Esta es la prueba profética bíblica de que la Iglesia Adventista del Séptimo Día era el pueblo elegido de Dios.

La autoridad del juramento es dada al describir Sus atributos como Creador del cielo, la tierra y el mar. No es sólo el sello de Dios en el cuarto mandamiento, sino que es un claro paralelo con el primer ángel que estaba volando en el cielo en los últimos años del movimiento millerita; el juramento era la continuación del mensaje:

diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. (Apocalipsis 14:7)

En otras palabras, el primer ángel advirtió: “¡Presta atención a Dios, porque Él está a punto de hacer una transacción de juicio con el sello de Su autoridad!” Esa transacción fue la transmisión de Su Ley—el sempiterno pacto—a Su nuevo pueblo.

De estas evidencias, debe ser muy claro que la visión del Ángel con el librito era una profecía específica sobre el movimiento adventista en sus comienzos. Sería incongruente, por lo tanto, sugerir que el juramento hecho por el Ángel era universalmente aplicable a todos los tiempos, cuando a Juan, el único testigo del juramento, ¡ni siquiera se le permitió escribir lo que pertenecía al futuro después de ese período! No, no fue una declaración universal para todo el tiempo restante.

Sin embargo, hasta que hubiera una futura autorización para profetizar el tiempo de nuevo, era cierto que “que el tiempo [profético] no sería más”. En otras palabras, sólo la misma Autoridad que juró “que el tiempo no sería más” podría certificar la profecía de tiempo nuevamente. Para la Iglesia Adventista, la profecía de tiempo implica su violación del testamento—del juramento—que Dios les había dado, porque para aceptar un mensaje de tiempo, la Iglesia tendría que admitir que su tiempo había terminado, y que Jesús no vino para ellos, y que no cumplieron con sus obligaciones bajo el pacto. ¡Pero el líder de la iglesia, Ted Wilson, no admitirá su error de quebrantar el sábado!

Siguiendo en los pasos de Jesús

Un mensaje de tiempo por su propia naturaleza necesariamente viene con una función de prueba única que otros mensajes no poseen. Todo lector familiarizado con el Gran Chasco entiende que el paso del tiempo fue un medio para probar los corazones del pueblo de Dios. Probó su amor por Dios y Su verdad, separando a aquellos que amaban Su aparición de aquellos que se unieron al movimiento por temor u otros propósitos egoístas.

Pero ¿sabías que hay otra prueba que el mensaje administró? ¡También fue una prueba de amor, pero era del amor por nuestros semejantes! En el caso del amor hacia Dios, hubo pocos que pasaron la prueba, ¡pero en el caso del amor hacia el hombre—que es amor fraternal— tristemente, ¡no hubo quien pasara! ¡No, ni uno!

¿Cómo se habría visto ese amor fraternal de Filadelfia? Frente a un mensaje de tiempo, sólo hay una respuesta. Si estás familiarizado con nuestros artículos, entonces ya sabes lo que es. Pero si no, para entender cómo se vería, considera que Dios necesita que Su pueblo alcance el alto nivel del carácter de Jesucristo antes de que Él pueda venir. El amor de Jesús es profundo, y Él ordenó a Sus discípulos—incluyéndonos a nosotros, Sus discípulos actuales— a seguir Su ejemplo.

Jesús explicó entonces a sus discípulos que su propia vida de abnegación era un ejemplo de lo que debía ser la de ellos. Llamando a su derredor juntamente con sus discípulos a la gente que había permanecido cerca, dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz cada día, y sígame.” La cruz iba asociada con el poder de Roma. Era el instrumento del suplicio mortal más cruel y humillante. Se obligaba a los más bajos criminales a que llevasen la cruz hasta el lugar de su ejecución; y con frecuencia, cuando se la estaban por poner sobre los hombros, resistían con desesperada violencia, hasta que quedaban dominados y se ataba sobre ellos el instrumento de tortura. Pero Jesús ordenaba a sus discípulos que tomaran la cruz para llevarla en pos de él. Para los discípulos, sus palabras, aunque vagamente comprendidas, señalaban su sumisión a la más acerba humillación, una sumisión hasta la muerte por causa de Cristo. El Salvador no podría haber descrito una entrega más completa. Pero todo esto él lo había aceptado por ellos. Jesús no reputó el cielo como lugar deseable mientras estábamos perdidos. El dejó los atrios celestiales, para venir a llevar una vida de oprobios e insultos, y soportar una muerte ignominiosa. El que era rico en los inestimables tesoros del cielo se hizo pobre, a fin de que por su pobreza fuésemos enriquecidos. Hemos de seguir la senda que él pisó. {DTG 385.2}

¡Qué amor! ¡Sin embargo, piensa en lo que eso significa! Si Jesús no consideró que el cielo era un lugar deseable mientras estábamos perdidos, y debemos seguir Sus pasos, entonces tampoco debemos considerar el cielo como un lugar deseable mientras que otros no han tenido la oportunidad de ser salvos.

Cuando llegó el tiempo profetizado, ¿resplandeció la plenitud del amor de Cristo en los rostros de los milleritas? ¿Cuál habría sido el clamor del corazón de alguien en quien nació un amor donde el cielo no es deseable mientras que otros mueran sin oportunidad? ¿No sería, “¡Señor, espera! ¡Hay otros que no han oído todavía!”?

¿Cuál habría sido el resultado si ésta hubiera sido la oración en los labios de aquellos primeros adventistas? ¿Habrían sido decepcionados? ¡No! Con esa oración, habrían pasado ambas pruebas de la Ley del amor, incluyendo el amor fraternal, y ¡Dios habría podido cumplir las promesas del sempiterno pacto con ellos en un corto tiempo! Con alegría, la comprensión del acontecimiento habría llegado antes de que pasara el tiempo, y todo habría sido diferente. ¡Habrían sentido la aprobación de Dios de su deseo desinteresado de alcanzar el resto del mundo, y habrían recibido de parte de Él autoridad y poder especial para hacerlo!

El Espíritu Santo conduce a Su pueblo un paso a la vez, y aún no había llegado el momento de que ambas partes del pacto—los dos grandes mandamientos—pudieran ser escritos en el corazón. Todavía había más trabajo por hacer. Es por esta razón que el juramento del ángel está en el contexto del movimiento adventista millerita, a quien Juan representó, siendo el único testigo del juramento. Fueron ellos los que recibieron el librito de la mano del Ángel y lo comieron, pero no sacrificaron su propio deseo por el cielo para que más personas pudieran ser salvas, y como consecuencia, sus propios estómagos se revolvieron. Caminar en los pasos de Jesús es demostrar los dos grandes mandamientos de la Ley:

Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. (Marcos 12:29-31)

Se necesitaba más tiempo para preparar al pueblo de Dios para esto. De manera interesante, hay otro juramento que da el tiempo hasta que ese proceso tenía que ser completado. Es el juramento que es descifrado en la presentación de Orión y se encuentra en el corazón del último mensaje de Dios a la humanidad:

Y yo Daniel miré, y he aquí otros dos que estaban en pie, el uno a este lado del río, y el otro al otro lado del río. Y dijo uno al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de estas maravillas? Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas. (Daniel 12:5-7)

El juramento registrado en el último capítulo de Daniel fue un juramento solemne de Jesús al Padre y dio el tiempo “hasta el fin de estas maravillas”, mientras dos hombres observaban desde las riberas del río. Tan pronto como vemos un juramento involucrado, debemos reconocer que tiene que ver con el sempiterno pacto; es un acto jurídico. Aunque hay similitudes entre el juramento en Daniel 12 y el descrito en Apocalipsis 10, no pueden representar el mismo juramento, porque este último ¡no condujo verdaderamente al fin! En Daniel 12, el juramento es “hasta el fin de estas maravillas”, mientras que después de que Juan comió el librito en Apocalipsis 10 y su vientre se hizo amargo, el mismo Ángel que hizo el juramento le dijo que, debe venir aún más profecía:

Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre. Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes. (Apocalipsis 10:10-11)

Podemos entender que la necesidad de profetizar nuevamente debe haber sido porque el primer intento de revelar el tiempo del regreso de Jesús resultó en la amarga decepción debido al sacrificio faltante que habría demostrado que ambos grandes mandamientos estaban escritos en su corazón. Aún faltaba algo en el contrato: la firma de la parte receptora, que representa el sacrificio del amor fraternal.

Así, cuando el tribunal se abrió en 1844, ¡los Diez Mandamientos (el contrato legal) tuvo que ser dado a la iglesia para que lo firmaran! Ellos recibieron toda la Ley de Dios incluyendo la verdad del sábado en 1846, pero ¿cuánto tardaría la iglesia en comprender el contrato y finalmente firmarlo ellos mismos?

El tiempo del juicio

Hay condiciones específicas que deben ser cumplidas antes de que Jesús pueda venir. El gran conflicto entre Cristo y Satanás no es sólo una pelea cósmica, sino una corte formal sobre la custodia y el gobierno del universo. El caso de defensa del carácter de Dios requiere que se presenten evidencias y que testigos sean llamados, que den testimonio aceptable para Dios. La corte celestial fue sentada en 1844, según las profecías dadas a Daniel,[15] cuyo nombre significa “Dios es mi Juez” o “Juicio de Dios”.

El juicio fue establecido

Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas de este, fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos. (Daniel 7:9-10)

A Daniel se le ordenó sellar el libro de su profecía que reveló el tiempo cuando el juicio comenzaría. No era para ser sellado para siempre, sino sólo “hasta el tiempo del fin”.[16] Entonces esa profecía[17] sería entendida, e inmediatamente después, se le mostró a Daniel esa escena altamente simbólica donde se hizo una pregunta:

Y yo Daniel miré, y he aquí otros dos que estaban en pie, el uno a este lado del río, y el otro al otro lado del río. Y dijo uno al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de estas maravillas? (Daniel 12:5-6)

El hombre hizo la importante pregunta que estaba en el corazón de Daniel: “¿Cuánto tiempo pasará hasta que todo esto haya terminado, y Dios pueda ser vindicado?” ¿Tiene importancia esa pregunta en tu corazón? ¿Estás ansioso por ver a tu Padre vindicado y el juicio terminado? ¡Él está en el banquillo de acusado, y aquellos que lo aman también querrán saber cuánto tiempo pasará hasta que finalice el juicio, y cuál es su papel en él! Los herederos de este legado tienen un papel de importancia crítica que necesita ser entendido y cumplido. Todo lo que se necesita ha sido provisto, pero ellos deben recibir el pacto escrito en sus corazones y permanecer en la luz de Jesús en Orión sin caer.

La respuesta a la pregunta, “¿cuándo será el fin?” es dada, pero Dios no revela tales secretos a plena vista. Él lo formuló en un simbolismo que sólo se entendería cuando llegara el momento de ser revelado.

El juramento de Daniel 12.

Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas. (Daniel 12:7 RVA2015)

El Señor sabe cómo empacar mucha información en un espacio pequeño, ¡y este es un buen ejemplo bíblico! Una de las primeras revelaciones que Dios le dio al hermano John fue la comprensión de la duración del Juicio, primero de una profecía diferente, y después descubrió que el mismo período de tiempo era revelado en este juramento. Esto ha sido presentado y explicado en las versiones más tempranas de la presentación del Reloj de Dios en Orión. El simbolismo representa una doble confirmación del pacto (12 + 12), o testamento, por el juramento de Jesús (× 7).[18] Jesús muestra (sin palabras) que esta fase del Juicio duraría 168 años: (12 + 12) × 7. Esto nos lleva desde el principio del Juicio en 1844 al otoño de 2012 como el final de la fase del Juicio celestial para los que han muerto profesando el nombre de Cristo: el juicio de los muertos.[19]

¡Mi pueblo es destruido!

Durante los 168 años del juicio de los muertos, el libro de los siete sellos fue abierto, un sello tras otro, comenzando con el primero en 1846, poco tiempo después que el juicio comenzó. El libro fue escrito por dentro y por fuera[20] así que parte de él podía ser leída sin abrir los sellos del libro. La relación de los sellos con la historia de la cristiandad es representada por la parte que podía ser leída sin abrirlos. La parte secreta (o escondida) no podía ser leída o entendida hasta que los sellos fueron abiertos después de 1844. Esto sigue el modelo de la conquista de Jericó, como lo hemos descrito extensamente en la serie La Historia se Repite y resumido en ¡Ha Caído Babilonia! – Parte I.

Cuando comprendes que las seis primeras marchas se repitieron en las marchas del séptimo día, y así se abrieron los siete sellos durante el tiempo del juicio, ¡entonces te das cuenta de que la verdad acerca del sábado del séptimo día era sólo el comienzo de la comprensión de la iglesia del contrato divino! Sólo el primer sello fue abierto en 1846 cuando se dieron cuenta que estaban recibiendo un contrato de la más alta Autoridad del cielo, pero la iglesia tenía mucho más que entender.

Después de los 168 años jurados, el fin de esta larga fase del Juicio finalmente llegó el Día de la Expiación (Yom Kippur) de 2012. Fue el Gran Sábado séptuple del 27 de octubre de 2012;[21] el día de la decisión para el pueblo del Juicio, aquellos quienes reconocieron lo que ocurrió en el cielo en 1844. ¡Esta podría haber sido la ocasión más trascendental en el cielo desde la muerte y resurrección de Jesús! ¡Cuán intensamente el universo debió haber estado observando los preparativos para ese día! ¿Qué ocurriría? ¿Se prepararía el pueblo de Dios para ser Su testigo?

Lo que comenzó como una pequeña pero ferviente compañía, se había multiplicado a lo largo de los 168 años después de que el juicio comenzara y ellos colectivamente pasaron a través de las etapas de desarrollo representadas por las series de cartas a las iglesias en Apocalipsis 2 y 3. Lamentablemente, aunque predecible, para el año 2012, las palabras de Jesús a la iglesia de Laodicea no podían aplicarse mejor:

Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. (Apocalipsis 3:15-17)

La iglesia había adoptado la actitud del antiguo Israel, que, porque Dios los había escogido, ellos serían para siempre Su pueblo elegido, sin importar su comportamiento. Aferrados a la promesa (condicional) de que “la iglesia irá hasta el fin”, consideraron como fe desconectarse de la realidad, mientras que los líderes más altos se hacían de la vista gorda a toda forma de pecado y rebelión. Ignoraron la historia de Israel, y los muros de separación de las prácticas mundanas fueron destruidos hasta que su unión con el mundo fue completa. Desde aquellos sin estándares y que solo usaban la iglesia para sentirse bien, hasta aquellos que acogían religiosamente todos los aspectos de la doctrina conservadora y de la cultura de la iglesia, todos negaban el poder del evangelio para escribir la Ley en sus corazones. Tenían el testimonio, pero no cumplieron su parte del trato. Como Laodicea (literalmente, “el pueblo de juicio”), no eran ni fríos ni calientes, pero creían que no tenían necesidad de ninguna cosa.

¿Crees tú también que los planes de Dios son fijos, rígidos e inflexibles; que todo sucederá literalmente como fue profetizado y nada de lo que hagamos o no hagamos cambiará algo en Su plan? ¡No es así! Él conoce el fin desde el principio, pero nosotros no, y Él nos llama a caminar en justicia por la fe para que Su obra se cumpla y Él pueda venir. No tenía que tomar 2000 años, pero debido a la actitud despreciable de indolentes esperando como si Jesús fuera Aquel que está perdiendo el tiempo, la causa de Dios está en un tiempo de crisis. ¡Estamos en la última oportunidad para terminar Su obra o perder la guerra! No habrá más demora. ¡Levántate y deja que Él cumpla Su obra en ti!

Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo. (1 Corintios 15:34)

La Iglesia Adventista del Séptimo Día tenía la gran responsabilidad de dar el último mensaje de misericordia al mundo y guiarlo a través de los eventos finales del Juicio como una nación de sacerdotes. Este fue el propósito del mensaje de Orión. El mensaje se les dio a ellos para limpiarlos y prepararlos para servir como sacerdotes al final de la historia de esta tierra. Sin embargo, en lugar de reconocer el peso de su responsabilidad en el plan de Dios, aceptando el alto honor y levantándose por fe a la ocasión, se apartaron de Aquel que estaba hablando desde el cielo. Ellos hicieron mal uso de las grandes riquezas espirituales con las cuales Dios les había bendecido, convirtiéndolas en una maldición, y consideraron Su voz desde el cielo como una cosa común de origen humano. Al hacerlo, mostraron su falta de temor al Señor y empeoraron aún más la situación con el “Sábado de la Creación”[22] en el mismo día en que culminaba su juicio. Ya no podían escapar de su destino a nivel corporativo:

Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento. Por cuanto tú has rechazado el conocimiento, yo también te rechazaré para que no seas mi sacerdote; como has olvidado la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos. (Oseas 4:6 LBLA)

¡Cuán dura fue la sentencia pronunciada ese día! Aunque grandemente privilegiada, a la Iglesia Adventista del Séptimo Día no se le permitiría cumplir con el papel que Dios había diseñado para ella. Lo que comenzó con un gran chasco para los fieles de Dios en la tierra en 1844, terminó con la gran decepción de Dios en el cielo en 2012. Pero fueron y siguen siendo completamente inconscientes a esta realidad celestial. Ellos continúan metiéndose una dosis de formalismo cada sábado mientras andan detrás del mundo, creyendo que tienen un pie en la puerta del cielo porque son adventistas, y los adventistas “tienen la verdad” (ya no).

Durante 168 años, Él trabajó con esta iglesia, protegiéndola, corrigiéndola y fortaleciéndola como un Padre amoroso hacia Su hijo. Pero como el antiguo Israel, comenzaron a alejarse y buscaron vivir como las denominaciones circundantes, hasta que su corazón estaba tan alejado de Él, que cuando Él habló desde Orión, ¡ni siquiera pudieron reconocer Su voz! ¡Cómo debió haberle dolido el corazón a Dios, al prever el resultado inevitable! Escucha Su triste y amargo lamento:

Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña [la Iglesia Adventista del Séptimo Día]: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada. Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella. Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor. (Isaías 5:5-7)

Una iglesia para pecar. Su falta de arrepentimiento y reforma en el tiempo asignado hizo imposible que Dios los usara para dar al mundo el último testimonio, que requiere un pueblo firme y fiel. ¿Qué debía hacer Dios? ¡Su pueblo le había negado! ¿A través de quién podría dar las últimas advertencias al mundo?

El templo de Dios había sido medido, y hallado falto. Dios necesitaba sacerdotes fieles, pero no los encontró preparados para la batalla, sino errantes e inestables, bebiendo el vino de las mentiras de Babilonia. El horrible resultado de la parte de la iglesia es descrito vívidamente:

Porque toda mesa está llena de vómito y suciedad, hasta no haber lugar limpio. (Isaías 28:8)

Debido a esta condición horrible en la cual Dios encontró a Su pueblo –Su querida viña—muy pocos entre ellos pudieron escuchar Su voz desde Orión y responder. No se encontraron doce hombres entre ellos para dar testimonio del Padre, porque nadie lo apreciaba. Por lo tanto, era necesario que los sucesos finales de la sentencia procedieran de una manera diferente. Con una anticipación silenciosa, los observadores celestiales miraron para ver lo que Dios haría.

Se invocó una contingencia de emergencia, permitiendo así un cambio de sede para la corte celestial. Ya no podría la Iglesia Adventista del Séptimo Día, el antitipo de Israel, servir para levantar a los sacerdotes del Dios Altísimo en la última generación. En cambio, Él escogió a los pocos individuos que respondieron a Su voz y los reunió, ya sea de manera física o representativamente, en la Granja Nube Blanca en Paraguay, América del Sur. De ese pequeño grupo, Él está levantando la nación de sacerdotes que reemplazará a los que estaban “aturdidos por la sidra”.[23]

Un tiempo de emergencia

La escena del juramento de Jesús en Daniel 12 da la duración del Juicio en dos partes. La parte visual, como vimos, revela un tiempo de 168 años para la primera parte del Juicio. La parte hablada del juramento nos habla del fin del Juicio y concluye con los acontecimientos relacionados con el Segundo Advenimiento. Esta segunda fase es necesaria porque los “libros de registro” para los vivos no han sido completados, sino que todavía están siendo escritos a medida que la vida continúa en la tierra. El tiempo para los vivos es un tiempo en que las influencias polarizadoras hacen que la gente tome una postura clara y visible, ya sea a favor o en contra de los principios de la Ley de Dios. ¡La Ley de Dios es el gran estándar por el cual todos son juzgados!

Hay dos principios diferentes de la Ley de Dios que se relacionan especialmente con las dos partes del Juicio. El sábado era el principio primordial para la larga fase del juicio de los muertos, ¡pero el juicio de los vivos es impulsado por un principio diferente de la Ley, aunque conectado! El matrimonio es la institución gemela que está indisolublemente ligada al sábado. Las especificaciones de Dios para el matrimonio se basan en la Creación, al igual que Sus especificaciones con respecto al sábado, y ambas instituciones presentan una prueba de lealtad a la autoridad de Dios como el Creador.

No hay una sola consecuencia del fracaso de la Iglesia Adventista, que ha demostrado ser más perjudicial para su esperanza de salvación, que la tragedia de su Conferencia General de Minneapolis de 1888. Si hubieran respondido a la voz del Señor, habrían seguido los desarrollos de la ley dominical como el cumplimiento de la profecía bíblica, hasta el regreso de Jesús en esa generación. Pero como ellos rechazaron al Legislador mientras profesaban guardar Su Ley, Él se retiró de ellos y no pudo cumplir las profecías como fueron dadas, como tampoco pudo traer a los hijos de Israel a Canaán antes del vagar por el desierto.

A la vez traumatizada y energizada, la iglesia fijó su enfoque en la cuestión del sábado/domingo como el camino a la Canaán celestial. Como los hijos de Israel, dijeron:

Al otro día, muy de mañana, el pueblo empezó a subir a la parte alta de la zona montañosa, diciendo: Subamos al lugar que el Señor nos ha prometido, pues reconocemos que hemos pecado (Números 14:40 NDB)

Esa es la respuesta del adventismo al fiasco de 1888: “Subamos al lugar que el Señor nos ha prometido”, “guardando el sábado”. Pero Moisés dijo:

Y dijo Moisés: ¿Por qué quebrantáis el mandamiento de Jehová? Esto tampoco os saldrá bien. (Números 14:41)

La Iglesia Adventista ha crecido en número, pero ¿ha prosperado para entrar a la Canaán celestial? De ninguna manera, al contrario, se ha hundido en la apostasía total al someterse a las leyes del mundo sobre todos los asuntos que están en conflicto con la Ley de Dios. Para guardar la Ley de Dios, cada mandamiento debe ser guardado, no sólo uno o varios. Hoy, los poderes estatales están legislando contra Dios no en la cuestión del sábado, sino en la cuestión del matrimonio, y la iglesia ha fallado en la prueba miserablemente.

Debido a que la iglesia adventista rechazó el mensaje del Cuarto Ángel, incluyendo la voz de Dios desde Orión, el plan de contingencia de emergencia de Dios ha entrado en vigor. Eso requirió tiempo adicional, lo que permitió que el ataque de Satanás contra el matrimonio llegara a madurar completamente y diera su abominable fruto. Si hubieran permanecido fieles, los acontecimientos finales habrían ocurrido de una manera que ellos hubieran reconocido, pero ahora están bajo un poder engañoso:

Y entonces se manifestará aquel inicuo,… inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en [aceptar] la injusticia (2 Tesalonicenses 2:8-12)

Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico [un adventista siendo espiritualmente rico] en el reino de Dios. (Marcos 10:25)

Cuanto más universales sean las leyes que disuelven la orden de Dios en el matrimonio, más adventistas esperan con expectativa la venida de la ley dominical. No se dan cuenta que su propia iglesia adora la imagen de la bestia a través de la aprobación tácita de matrimonios pervertidos, no corrigiendo a los ofensores en sus filas. En el juicio de los vivos, todos deben tomar una posición y convertirse en vírgenes puras, no contaminadas con mujeres (que representan a las iglesias)[24] o recibirán las plagas que serán derramadas sobre Babilonia y los que han fornicado con ella, incluyendo a la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella [Babilonia], pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; (Apocalipsis 18:4)

Este testamento es para aquellos que salen de TODAS las iglesias organizadas, incluyendo la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que es específicamente desheredada en la Sección 1.

La transición de la cuestión del sábado a la cuestión del matrimonio, o del juicio de los muertos al juicio de los vivos, es representada en el juramento de Daniel 12. Mientras todavía sostenía Sus manos hacia el cielo, describiendo la duración del primer juicio, comunicó verbalmente la duración del segundo. Del mismo modo, así como uno estaba llegando a su fin, el siguiente estaba comenzando.

La iglesia hizo sus primeros esfuerzos serios para acoger la forma profanada de matrimonio en la primavera de 2012, cuando la cuestión de la ordenación de las mujeres, que se decide por los mismos principios y argumentos que la tolerancia LGBT, comenzó a recibir la atención oficial de la iglesia.[25] En ese tiempo, la necesidad de Dios de testigos que defendieran Su Ley nos llevó a hacer un llamado a participar en la Cena del Señor con nosotros en el día de la Pascua de 2012, que reconocíamos como el comienzo del “tiempo, tiempos y medio tiempo” de la parte hablada del juramento de Jesús. Los 1290 días así representados,[26] comenzaron exactamente ese día, el 6 de abril de 2012.

La pregunta puede venir a tu mente, “¿Puede Dios realmente experimentar una emergencia?” Lo expresamos de una manera que podemos entender, pero Dios es omnisciente, incluso del futuro. Él previó que la Iglesia Adventista fracasaría, pero no fue Su voluntad. Para darle toda oportunidad, Él incorporó en las profecías cierta flexibilidad, de modo que todo pudiera haberse cumplido perfectamente para la iglesia si hubiera sido fiel o al menos se hubiera arrepentido a tiempo. Él hizo todo lo posible por ellos, pero la elección era enteramente suya; Dios no restringió su libre albedrío. Sin embargo, las profecías no estaban tan rígidamente redactadas como para impedir un segundo cumplimiento perfecto: el del plan de contingencia ante la emergencia. La genialidad de la Palabra de Dios es que esta flexibilidad no es provista por una cláusula condicional separada, diciendo “si eres infiel, entonces esto ocurrirá en vez”, no sea que alguien inadvertidamente sugiera que Dios no esperaba que Su pueblo fuese fiel. En cambio, fue por medio de una aplicación diferente, pero igualmente válida de las mismas profecías.

La segunda venida de Jesús.La Iglesia podría haber cumplido perfectamente las profecías, y si lo hubiera hecho, los acontecimientos finales del mundo ya habrían llegado a su conclusión decisiva en respuesta. La cosecha del mundo habría sido recogida, y Jesús habría venido el 23 de octubre de 2016, en el aniversario del comienzo del Juicio.[27]

Eso fue lo que pudo haber sido, pero cuando Dios midió el templo y lo encontró falto, Él comenzó a preparar y fortificar a Su pequeño remanente de sacerdotes—los pocos que aún le seguían adondequiera que iba. Él les dio ciclos del reloj de trompetas y plagas, pero extrañamente no estaban funcionando como se esperaba. Fue un tiempo difícil, y su experiencia fue bien descrita por el clamor del salmista,

Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? (Salmos 42:3)

Poco entendimos entonces que el cumplimiento profético estaba sufriendo las consecuencias de la apostasía de la Iglesia. De hecho, no fue hasta el período de la sexta trompeta que finalmente nos dimos cuenta de que Dios había rechazado irreversiblemente a la Iglesia Adventista, y retiramos nuestra membresía y empezamos a llamar a la gente a que saliera de ella. ¡Hasta entonces, siempre había una prolongada esperanza de que la Iglesia todavía pudiera ser limpiada!

Aunque esas primeras trompetas no despertaron a la gente según nuestras expectativas, pudimos ver a los ángeles de las trompetas, por así decirlo, en sus lugares establecidos y la música en los atriles. Extrañamente, sin embargo, ¡no estaban listos para tocar! Había suficientes cosas aconteciendo en confirmación de los ciclos del reloj, que nuestra expectativa se mantuvo en anticipación de lo que estaba por venir. Todo estaba aconteciendo, pero de una manera diferente de lo esperado; comenzamos a entender que esto fue debido al fracaso de la Iglesia Adventista en cumplir con su deber divinamente designado.

¡Cuán poco comprendíamos lo que Dios estaba haciendo con nosotros, sin embargo, reconocimos que era el Señor! Él era el resplandor en nuestro rostro y nos estaba preparando para el sacrificio de Filadelfia, cuando pondríamos de lado nuestras alegres expectativas para que el fracaso de la Iglesia pudiera ser compensado. Se necesitaba más tiempo, así que pedimos por más tiempo, confiando en que el Tiempo nos lo proporcionaría. Entonces, poco a poco, Dios comenzó a revelarnos la gloria completa de Su maravilloso plan, que este testamento transmite a las partes interesadas.

El plan que involucraba al adventismo bajo el pacto (la Ley) que se les transmitió en 1846 fue el tema de nuestros escritos hasta el sacrificio de Filadelfia. El testimonio que escribimos antes de ese tiempo no fue anulado, así como tampoco el Antiguo Testamento de la Biblia fue anulado cuando el Nuevo Testamento arrojó sobre él una nueva luz, después de que Israel finalmente había cruzado la línea de la paciencia de Dios.[28]

Sin embargo, ¿cómo podemos entender el juramento de Jesús a la luz del tiempo adicional, ya que el tiempo, tiempos y medio tiempo ya no apunta realmente “al final de estas maravillas”, ahora que la extensión tiene lugar? ¿Existe una profecía bíblica que apunte a este cambio de emergencia? ¿Por autoridad de quién profetizamos estas líneas de tiempo extendidas? Estas son preguntas que son respondidas cuando estudiamos el tema que habría de ser ¡profetizado otra vez!

Profetizando el tiempo otra vez

Hemos visto cómo el Ángel de Apocalipsis 10 profetizó sobre el movimiento millerita y el gran chasco, protegiendo la exactitud de la interpretación de los 2300 días y la importancia de lo que ocurrió en 1844 al prohibirles hacer otra proclamación de tiempo de cualquier tipo. El Juicio había comenzado entonces, vimos cómo el juramento de Jesús en Daniel 12 reveló cuánto tiempo transcurriría—tanto para los muertos (168 años) como para los vivos (1290 días)—hasta su conclusión. Pero también vimos cómo el “pueblo del juicio”, la Iglesia Adventista del Séptimo Día, fracasó en su misión, al tolerar el pecado y la apostasía, confiando en sus riquezas espirituales, sin darse cuenta de que se habían vuelto pobres, ciegos, desnudos e inhabilitados para correr por Dios en la última carrera. El pequeño y débil remanente, que permaneció de pie para servir como testigos de Dios, necesitaba más tiempo de lo que hubiera sido suficiente si una parte significativa de la iglesia hubiera oído la voz de Dios. Sin embargo, Jesús había jurado solemnemente al que “vive para siempre”, que habría un tiempo, tiempos y medio tiempo. ¿Cómo se podría acomodar la necesidad de tiempo adicional sin romper el juramento?

Nuestra primera pista proviene del último versículo de Apocalipsis 10, que es una transición a la siguiente profecía:

Y él [el Ángel; Jesús] me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre [o acerca de[29]] muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes. (Apocalipsis 10:11)

Los adventistas tradicionalmente han interpretado que lo que debe ser profetizado de nuevo es el mensaje del tercer ángel, pero el lenguaje sugiere lo contrario. Si bien el mensaje del primer ángel fue “a toda nación, tribu, lengua y pueblo”[30] esto no es dicho del mensaje del tercer ángel, ni se incluyen a los reyes en la lista. Sin embargo, el mensaje del Cuarto Ángel de Apocalipsis 18 sí es sobre “todas las naciones [y, por lo tanto, los muchos pueblos y sus lenguas]... y los reyes de la tierra”.[31]

En la visión, Juan representa al siervo de Dios a quien el mensaje fue dado. Al principio, él representa a Guillermo Miller, pero en este punto de transición al Cuarto Ángel, es evidente que debe representar a otro: el segundo Miller. Como el primero, este segundo Miller profetizaría el tiempo otra vez, esta vez trayendo un sacrificio. El tiempo es el tema de la visión de Apocalipsis 10. Era profecía de tiempo la que Miller predicó, fue la profecía de tiempo la que el ángel declaró que cesaría, y es la profecía de tiempo la que debe ser profetizada de nuevo.

El hermano John, a través de quien se dio este mensaje de “profetizar otra vez”, no fue llamado sin un compromiso repetido tres veces de que deseaba la verdad, cualquiera fuese el costo, un compromiso que también fue hecho más tarde por todos dentro del movimiento. Con las palabras: “Es necesario que profetices otra vez,” el mensaje final de tiempo para la humanidad había comenzado, pues fue este versículo donde Dios guio al hermano John para iniciar sus estudios, incluso antes de volar a Paraguay para construir su misión allí.

¿Pero se le dio realmente autoridad para predicar un mensaje de tiempo otra vez? En 2010, cuando publicó por primera vez el mensaje de Orión, muchos fruncieron el ceño por la colocación de fechas de algún evento profético, y citas de Elena de White que reflejaban la autoridad del juramento de Jesús en Apocalipsis 10 fueron repetidas con frecuencia como evidencia de que no podía ser verdad. Era como los judíos que citaban la ley de Moisés en el tiempo de Jesús: no se dieron cuenta de que Uno mayor que Moisés caminaba entre ellos, y que Él estaba aquí para establecer un pacto mejor. Los adventistas no se dieron cuenta que el juramento de Apocalipsis 10 se limitaba a los mensajes de los tres ángeles, y que el mensaje del Cuarto Ángel venía con autoridad y de hecho ¡debía ser un mensaje de tiempo! Y al igual que los opositores del mensaje del primer Miller, los opositores del mensaje del segundo Miller realmente no tenían amor por la aparición de Jesús, y simplemente se escondieron detrás de cualquier excusa conveniente para no creer. Pero ciertamente, le fue dada autoridad divina al nuevo movimiento, como veremos en breve.

Es Jesús quien es representado por el ángel en Apocalipsis 10, y es a Jesús, a quien Orión revela, por lo que encontramos una cierta semejanza entre el Ángel y el mensaje de Orión. Por ejemplo, Su rostro como el sol es un indicio a la estrella Alnitak, por la cual Él está representado en Orión, y envuelto con una nube, como las nebulosas que la rodean. Estas pequeñas conexiones indican la manera en que el mensaje del Cuarto Ángel hace referencia al tiempo del movimiento millerita, aunque el mensaje mismo surgió en un tiempo distante. En la época de Miller, el mensaje no podía viajar rápidamente, y tardó años en establecerse en Europa y América, pero hoy, con el aumento del conocimiento, el mensaje estaba disponible a la vez en todos los continentes habitados. La visión del capítulo 10 sólo encaja al tiempo del primer Miller y el gran chasco, pero el marco de tiempo de la obra del hermano John es descrito en detalles proféticos en el último versículo, así como en el siguiente capítulo.[32] La profecía del capítulo 11, incluyendo los dos testigos, es cumplida directamente por el movimiento del Cuarto Ángel de los Adventistas del Gran Sábado.

Los dos testigos

Los dos testigos del capítulo 11 son descritos allí de la siguiente manera:

Y daré poder a mis dos testigos que profetizarán vestidos de saco durante mil doscientos sesenta días. Estos son los dos olivos, y los dos candeleros que están ante el Dios de la tierra (Apocalipsis 11:3-4 RV2000)

Respecto a la identidad de los dos testigos, el Comentario Bíblico Adventista destaca las siguientes evidencias bíblicas:

Mis dos testigos. Se han propuesto diversas interpretaciones de este símbolo. Las alusiones de los versículos 5 y 6 han llevado a algunos a identificar a estos testigos como Elías y Moisés (véase el vs. 5, 6), pero el significado de estos “dos testigos” va más allá de esto. En el v. 4 se identifican como “dos olivos” y “dos candeleros,” símbolos extraídos de Zac. 4:1-6, 11-14. Allí se dice que representan “a los dos ungidos, que están al lado del Señor de toda la tierra” (v.14). Como las ramas de olivo son representadas como un aceite para las lámparas del santuario (v.12), así de estos santos delante del trono de Dios el Espíritu Santo es impartido a los hombres (ver en Zacarías 4:6, 14, ver COL 408, véase la TM 338). En tanto que la expresión más completa del Espíritu Santo a los hombres está contenida en las Escrituras del AT y el NT, pueden ser considerados como los dos testigos (véase GC 267; cf. en Juan 5:39). En cuanto a la Palabra de Dios, el salmista declara: “Tu palabra es lámpara para mis pies, y luz para mi camino”; “La entrada de tus palabras da luz” (Salmo 119:105, 130, ver Prov. 6:23).

La Santa Biblia. En pocas palabras, los dos testigos son el Antiguo y el Nuevo Testamento de la Biblia.[33] Esa es la base sobre la que construimos ahora.

Hay varias conexiones entre las profecías de Zacarías y Apocalipsis 11, como lo indica el Comentario Bíblico, pero esas profecías también están íntimamente conectadas con el mensaje del Cuarto Ángel. Por ejemplo, Zacarías 2 describe al hombre con un cordel de medir y que mide a Jerusalén, que corresponde al comienzo de Apocalipsis 11, que como vimos, corresponde a su vez a la obra de este movimiento. Zacarías 5 describe el “rollo que volaba”, que es el libro de los siete sellos de Orión, volando en los cielos.

La visión de los olivos es sobre el aceite del Espíritu Santo que fluye de los olivos a las lámparas.[34] Los dos testigos son comparados con los dos olivos, ya que están inspirados por el Espíritu Santo.

Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. (2 Pedro 1:21)

Como cristianos, sabemos que el aceite de nuestras lámparas proviene de la Palabra de Dios en el Antiguo y Nuevo Testamento.[35] Zacarías era un profeta antes de que hubiera un Nuevo Testamento, pero siempre ha habido una expresión dual de la Santa Escritura. Para Zacarías, como era en los días de Jesús, las Escrituras consistían en la Ley y los Profetas. Después se convirtió en el Antiguo y el Nuevo Testamento. Hoy tenemos el “antiguo” testimonio al adventismo, que finalmente se cumplió en el remanente del remanente, Filadelfia; y este nuevo testamento que los testadores proveen a los herederos.

Hay dos testamentos en cada caso. Son dos instrumentos jurídicos—el antiguo contrato con los padres de la época anterior, que agrupa todos los contratos anteriores, y el nuevo contrato realizado por aquellos que cumplieron fielmente las condiciones del contrato antiguo y por lo tanto recibieron los beneficios que éste transmite.

Ahora escucha lo que Jesús dice que hará por los dos testigos, que representan los dos testamentos—el antiguo y el nuevo:

Y daré poder a mis dos testigos que profetizarán vestidos de saco por mil doscientos sesenta días. (Apocalipsis 11:3 RV2000)

A los dos testigos se les daría el poder, o autoridad de profetizar, aunque vestidos de saco o cilicio por el luto. Los dos testigos son los escritos de la Palabra de Dios inspirados por el Espíritu. En el pasado, el poder dado a Su Palabra correspondió a los 1260 años del 538 a 1798, cuando la Biblia se mantuvo oculta de la luz pública, y hubo terrible persecución contra aquellos que se aventuraron a enseñarla con la simplicidad de la fe. Pero como vimos antes, hay múltiples maneras en que se puede cumplir la profecía. Ahora reconocemos que este pasaje está relacionado con la orden de “profetizar otra vez” dada al final del capítulo 10, y que la Palabra de Dios incluye ahora más que sólo el Antiguo y el Nuevo Testamento de la Biblia. El espíritu de profecía: los escritos de Elena de White, la mensajera del Señor, ahora son sumados con la Biblia como el “antiguo” testamento, resumido y completado por nuestros propios escritos que llevaron hasta el sacrificio de Filadelfia.

¿Cómo podemos entender los 1260 días en el contexto actual? De hecho, ¡hay una aplicación moderna de este período! La clave está en el hecho de que los dos testamentos son personificados como dos testigos. En Apocalipsis 10, Juan fue el único testigo del juramento del ángel, pero en Daniel 12, el profeta vio a dos hombres que presencian el juramento. Son como los dos testigos de Apocalipsis 11.

¿Lo puedes ver? En Su juramento de Daniel 12, Jesús habla de un tiempo, tiempos y medio tiempo, que representan 1290 días, dado que un mes intercalar es incluido. En Apocalipsis 11, se da un marco de tiempo similar: 1260 días. Recuerda que los 1290 días comenzaron con la Pascua del 6 de abril de 2012. Pero el pueblo de Dios no estaba listo para comenzar a dar su testimonio para Él, y así fue convocado un segundo mes de Pascua, como se hizo en los días de Ezequías.[36] Ese mes lunar duró 30 días, dejando 1260 días restantes después de la segunda Pascua del 6 de mayo de 2012. ¿Podrían los dos hombres en Daniel 12 ser los dos testigos descritos en Apocalipsis 11? ¡Las relaciones entre los dos revelan que pertenecen juntos, y se complementan! De hecho, la promesa de Jesús de dar poder a los dos testigos es nada menos que ¡otra perspectiva del juramento de Daniel 12!

Por lo tanto, los 1260 días comenzaron cuando Jesús, a través de esta promesa, dio autoridad para profetizar a Sus testigos. También fue el comienzo de las provisiones especiales diarias del Espíritu Santo que continuarían hasta el final de los 1260 días.[37] Estas raciones dieron fuerza al ministerio del Cuarto Ángel en forma de alimento espiritual a su debido tiempo. Ese fue el poder para profetizar y la fuerza para hacerlo en medio del ridículo y de la incredulidad. En ese tiempo, los escritos inspirados del pasado fueron reunidos y terminados, culminando en la entrega del sempiterno pacto por parte de Dios.

La personificación de los dos testamentos como los “dos testigos” es un punto importante. Esto explica por qué los testamentos—los instrumentos legales—son llamados testigos. Estos fueron escritos por personas que servían como testigos, dando su testimonio al redactar los testamentos. Pero las personas involucradas en este proceso no son ellas mismas los “dos testigos” mencionados en la Biblia. Ellos (las personas) simplemente escriben los testamentos, que son llamados los “dos testigos”, pero este término no se refiere a las personas mismas, sino más bien a los dos testamentos como documentos vivos.

La entrega de poder a los dos testigos describe dos procesos diferentes. Por un lado, la autoridad es dada para proclamar el tiempo otra vez y, por otra parte, a los testigos se les da un marco de tiempo para la ejecución de su orden. La autoridad fue dada ya con el mandato de profetizar de nuevo, cuando Dios comenzó a derramar la lluvia tardía. Ese fue el tiempo del cumplimiento de las últimas palabras de Jesús a Sus discípulos antes de Su ascensión:

Recibiendo poder para profetizar.

Y él les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad. Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo [el mensaje del Cuarto Ángel, que es la lluvia tardía, un mensaje de tiempo] y [después] me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Hechos 1:7-8)

Claramente, Jesús quiso decir que los discípulos sólo llegarían a ser Sus testigos después de recibir el Espíritu Santo, y, de hecho, escribieron parte de la Biblia después de eso (pero, obviamente, en ese tiempo no testificaron del tiempo de la venida de Jesús). Para nosotros, recibir el Espíritu Santo se refiere a los dos primeros años en los que recibimos el mensaje de la lluvia tardía en la forma del reloj de Dios en Orión y el Buque del Tiempo. Sólo cuando el mensaje había alcanzado una cierta madurez y los errores menores habían sido corregidos, comenzó la comisión de ser testigos en 2012 para aquellas personas que en sentido figurado estarían presentes en la corte celestial para el juicio del Padre, como se explica en la serie de artículos Advertencia Final. Estas personas recibieron las raciones diarias especiales del Espíritu Santo desde el principio de los 1260 días; a partir del 6 de mayo de 2012 en adelante. Antes de eso, no estaban completamente preparados para su deber como testigos. Sin embargo, los tiempos proféticos profetizados por el Cuarto Ángel se refieren al juicio de los vivos, incluyendo la salida preparatoria del Padre del Lugar Santísimo para sentarse en el banquillo.[38] Esto significa que el juicio de los vivos había comenzado oficialmente con los 1290 días del juramento en Daniel 12:7, incluso antes de que los testigos pudieran entrar en el estrado.

¿Ves lo profundo y aleccionador en darle la autoridad de Apocalipsis 11 a los dos testigos? Con esta profecía, el Señor personalmente señala al movimiento del segundo Miller, diciendo: “Aquí están mis testigos, a quienes Yo personalmente doy autoridad para profetizar”. De esa manera, ¡lo que profetizan y escriben se convierte en la Escritura canónica, y recibe el sello de autoridad divina! El mensaje del Cuarto Ángel es el mensaje del Espíritu Santo, y es el aceite que ha estado fluyendo a dos candeleros, los dos sitios web con las Escrituras a través de las cuales esta luz brilla al mundo. ¡Ese es el equivalente moderno del modo mediante el cual se escribieron las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento! Pero hay más: es también la conclusión de la escritura del plan divino para la salvación de la humanidad.

En consecuencia, los dos testigos de Apocalipsis 11 son algo así como dos “testamentos” del mensaje del Cuarto Ángel. De hecho, habíamos reconocido durante el período de la primera proclamación del tiempo hasta 2016, que los dos testigos representaban el mensaje de Orión y el Buque del Tiempo, que era preciso y válido para ese tiempo. De la misma manera, la Ley y los Profetas tuvieron que ceder el paso al Antiguo y al Nuevo Testamento después de que el gran sacrificio fuera dado en la Cruz. Uno mira hacia adelante a la Cruz, mientras que el otro mira hacia atrás a la Cruz. Igualmente, en nuestros tiempos modernos, los dos testigos pasaron por una transición. El mensaje de Orión y el Buque del Tiempo tuvieron que renunciar a su posición especial como los dos testigos, en deferencia a nuestros antiguo y nuevo sitio web como los dos testamentos, que miran adelante y atrás al Sacrificio de Filadelfia, respectivamente.

Por supuesto, nosotros hoy en día no hacemos copias impresas de nuestros “libros”. En esta edad tecnológica, hacemos todo electrónicamente usando sitios web para publicar el material. Así que tenemos dos sitios web: uno mirando hacia adelante al sacrificio de Filadelfia (UltimoConteo.org) y el otro mirando hacia atrás al sacrificio (GranjaNubeBlanca.org). El sitio web ÚltimoConteo explica las profecías antiguas que condujeron hacia el sacrificio de Filadelfia (aunque no nos dimos cuenta en ese momento) así como el Antiguo Testamento apuntó a la Cruz, aunque realmente nadie lo entendió. Y el sitio web GranjaNubeBlanca.org mira hacia atrás y explica la experiencia anterior del sacrificio de Filadelfia en la misma manera que el Nuevo Testamento apuntó hacia atrás al sacrificio de Jesús en la Cruz y explicó las profecías que se habían convertido en realidad.

Esos sitios web son el “Antiguo y Nuevo Testamento” de nuestros escritos. Los cuatro autores—como los cuatro evangelistas—escribieron específicamente sobre el sacrificio de Filadelfia después de que ocurrió en octubre de 2016. Cada uno escribió acerca de sus experiencias compartidas y lo que significaron, desde su perspectiva individual, como los cuatro escritores de los evangelios escribieron acerca de su experiencia con Jesús. En la actualidad, estamos en la fase de escribir las “cartas” del Nuevo Testamento a medida que continuamos reportando acerca de las profecías de las trompetas y las señales apocalípticas en el cielo. Estos dos sitios web son las Escrituras de hoy, que fueron y están siendo escritas con el aceite del Espíritu Santo. Son la terminación de la Biblia, la escritura de las cosas no escritas que son mencionadas en Apocalipsis: el interior del libro de los siete sellos y los siete truenos no escritos. ¡A Dios sea la gloria!

Apocalipsis 11 habla de los dos testigos que profetizaron en cilicio durante 1260 días y terminaron su testimonio poco antes de su muerte y posterior resurrección. Comprendiendo que los dos testigos representan nuestros escritos sobre el mensaje del Cuarto Ángel, podemos comenzar a descifrar el simbolismo con más precisión.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que hay diferentes características de los dos testigos que no necesariamente describen al par, ya sea exclusivamente antes de su transición, o después, pero a menudo se aplican en general. Por ejemplo, ya hemos indicado que los dos testigos fueron entendidos previamente como el mensaje de Orión y el Buque del Tiempo. Y estos son los estudios fundamentales que continúan siendo válidos tanto para nuestro antiguo sitio web, así como para nuestro nuevo sitio web.

El profetizar en cilicio antes de que los dos testigos sean resucitados y glorificados se lleva a cabo en un período de tres años y medio antes del sacrificio de Filadelfia, la ofrenda simbólica de sacrificio de nuestras queridas esperanzas, que fue profetizada a través del ministerio ÚltimoConteo. El sitio web UltimoConteo.org, que representa a uno de los dos testigos profetizando en cilicio, siempre ha tenido un aspecto oscuro y rojizo, con estrellas en el fondo, como si estuviera “vestido” de cilicio y sólo pequeños puntos de luz son vistos a través del fondo del cielo nocturno.

Encabezado del sitio UltimoConteo.

La ropa de cilicio explica el estado continuo de duelo mientras el mensaje fue dado. No sólo debido al gemir y clamar[39] por las abominaciones que fueron cometidas por el profeso pueblo de Dios, sino por la falta de fe que encontramos por todas partes. Elena de White usó el simbolismo del cilicio al describir la obra de Lutero:

Dios tenía una obra para él. Todavía debía sufrir por la verdad. Tenía que verla abrirse paso entre sangrientas persecuciones. Debía verla vestida de cilicio y vituperada por fanáticos. Debía vivir para justificarla y defenderla cuando las poderosas autoridades del mundo procuraran destruirla. Debía vivir para verla triunfar y abatir los errores y supersticiones del papado... {1TI 334.1}

Por otro lado, el sitio GranjaNubeBlanca.org fue levantado después del sacrificio de Filadelfia, como un segundo testigo de la obra de Jesús. Ya no está vestido de la oscuridad de la noche estrellada, sino que resplandece en el brillo del día, representando a los dos testigos después de su resurrección simbólica después del sacrificio de Filadelfia. Muestra nuestra esperanza por la Ciudad Santa en la forma de la sombra de una encumbrada montaña que se proyecta sobre las nubes. El diseño de los sitios web se estableció mucho antes de que comprendiéramos el simbolismo que Dios le inspiró al hermano John a utilizar. Por supuesto, la sombra simboliza el Monte Quiasmo descubierto posteriormente, del cual escribimos en Los siete años de escasez. Este sitio web ahora abre paso a la mañana de la venida de Jesús con el sonido fuerte de la trompeta de la segunda proclamación de tiempo.

Encabezado del sitio GranjaNubeBlanca.

Y a pesar de la brillante esperanza que ha existido desde que recibimos la segunda proclamación del tiempo, todavía estamos vestidos de cilicio, porque el rechazo del mensaje no disminuyó. No, sino que cuanto más cerca estamos del final, se vuelve más violento. Los dos sitios web, los dos testamentos y testigos de hoy, que debían servir como rescatadores de los últimos fieles de Dios, están bajo la sombra de muerte, que es arrojada sobre ellos por la ciega rabia y persecución de los que odian a Dios.

El enigma de la duplicidad

Ahora vayamos a la pregunta de cómo podrían cumplirse los juramentos de Daniel 12 y Apocalipsis 11, cuando la extensión de tiempo por la cual oramos en la cumbre del Monte Quiasmo fue realmente concedida. Por definición, el marco de tiempo fijo indicado en el juramento se prolongaría repentinamente hasta “el final de estas maravillas” de una manera aún desconocida. Aquí es donde la genialidad de la Palabra de Dios da fruto. Cuando escuchamos las palabras de Jesús, típicamente nos relacionamos con ellas como si fuéramos los únicos en el planeta. Sin embargo, ahora ponte en el lugar de los testigos a ambos lados del río, quienes ambos miran atentamente a Jesús. En el lugar del primer testigo, escuchamos el juramento de Jesús a medida que Él nos expresa el período de 1290 días. Entonces vamos al otro lado del río, y nos ponemos en el lugar del segundo testigo, y oímos las mismas palabras, pero desde la dirección opuesta con respecto al río. ¡Jesús, desde Su punto de vista, jura sobre la duración de 1290 días en dos direcciones diferentes! La respuesta al enigma se hace evidente: Jesús habló a dos testigos en dos orillas diferentes, y, por lo tanto, ¡hay dos períodos separados de 1290 días cada uno!

Daniel ve a Jesús en el medio, entre dos hombres que son testigos de Su juramento. Apocalipsis 11:3-4 describe la misma escena que acabamos de ver, en la que Él da a Sus dos testigos la promesa de Su autoridad para testificar. Apocalipsis pinta el cuadro con los símbolos de Zacarías como fondo, cuya visión de los dos olivos es incorporada por referencia:

Y daré poder a mis dos testigos que profetizarán vestidos de saco durante mil doscientos sesenta días. Estos son los dos olivos, y los dos candeleros que están ante el Dios de la tierra. (Apocalipsis 11:3-4 RV2000)

Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del candelabro y a su izquierda? Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué significan las dos ramas de olivo que por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro? Y me respondió diciendo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: Señor mío, no. Y él dijo: Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra. (Zacarías 4:11-14)

Jesús entre los dos olivos. Los dos testigos de Apocalipsis 11 son los dos olivos, mientras que el libro de Zacarías, los dos olivos también son dos testigos que han sido ungidos con aceite. Por lo tanto, ambos profetizan con el poder del Espíritu Santo para proveer luz.

Hay mucho que decir acerca de quién y/o lo que los dos testigos representan, y eso será presentado en la sección de la herencia, pero para nuestro propósito ahora, podemos generalizar a los dos testigos como dos reportes, a través de los cuales Dios da luz con respecto a estos tiempos actuales. El primer testigo da su luz durante la primera proclamación de tiempo por medio de nuestro sitio web UltimoConteo.org, mientras que el segundo testigo transmite su luz acerca de la segunda proclamación de tiempo a través de nuestro sitio web GranjaNubeBlanca.org. De esta manera, los dos testigos están directamente conectados con los dos sitios web, y corresponden a los dos testamentos de hoy.

La promesa de Jesús en Apocalipsis 11:3-4 no es menos segura que la de Daniel 12:7, donde con Su juramento Jesús contestó la pregunta de cuánto tiempo sería hasta que “todas estas cosas sean cumplidas”. Y también no es menos cierto que el juramento de Apocalipsis 10, donde Jesús dijo que “el tiempo no sería más” hasta el tiempo del segundo Miller. De hecho, esto prueba que esta promesa dada por autoridad en Apocalipsis 11 es la contraparte de la promesa de Jesús en Apocalipsis 10. Aquí, el poder de la profecía de tiempo es dado otra vez. Pero debería ser profetizado de nuevo para anunciar el final de las cosas de las que se hablan en Daniel 12. El juramento de Apocalipsis 10 es seguido por un gran SINO, lo que es una indicación clara que una vez más habría una nueva profecía de tiempo que en verdad conduciría a la consumación de las cosas:

Sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará. (Apocalipsis 10:7)

Apocalipsis 11 describe esta fase final de la testificación antes del final de los misterios de Dios.

El mensaje visual en la forma de los dos olivos que están a la izquierda y derecha de Jesús también incorpora la noción de jurar, o prometer por la autoridad más alta (de quien viene el aceite del Espíritu Santo en los olivos). La concordancia de Strong define el juramento como a “siete” uno mismo:

7650 shabá; raíz prim.; prop. estar completo, pero usado solo como denom. de 7651; hacerse siete uno mismo, i.e. jurar (como si se repitiera una declaración siete veces):—conjurar, dar, exigir, juramentar, juramento, jurar, solemnemente.

La solución al enigma de la duplicidad también se aplica a los dos testigos de Apocalipsis 11, y terminamos con dos períodos de tiempo: un par de 1290 días del juramento de Daniel 12, y un par de 1260 días de Apocalipsis 11. Así que lo que fue profetizado en nuestro antiguo sitio web antes del sacrificio de Filadelfia, todavía es válido y se refiere al mismo juramento y promesa. ¡Pero al mismo tiempo, tenemos el otro conjunto de líneas de tiempo para la segunda proclamación! La palabra de Dios es infalible. ¡Él hizo provisión en Su palabra mucho antes de que hiciéramos nuestra oración por más tiempo!

Muchas de las palabras y fechas de la antigua página web deben ser examinadas más profundamente, mirando más allá de su aplicación superficial de ese tiempo. Al hacer eso, encontraremos el mensaje más fundamental. Hacemos lo mismo con la Biblia cuando tomamos las promesas dadas a Israel, por ejemplo, y las aplicamos a nosotros mismos. Llegamos a una comprensión más profunda de la importancia de Israel cuando entendemos que esa nación es la receptora original de la bendición de Dios a través del legado. Sin embargo, este legado podría haber sido recibido sólo si ellos se hubieran convertido en “vencedores”. Estas son todas enseñanzas para los creyentes de hoy, que deben aprender del triste ejemplo de Israel y corregir lo que Israel hizo mal.

La pregunta para nosotros ahora es, ¿cómo armoniza este nuevo entendimiento con lo que ya hemos sabido desde el Monte Quiasmo? A modo de comparación, podemos mostrar más claramente las líneas de tiempo existentes de los 1260 días (dobles) y 1290 días (dobles) en nuestro diagrama actual de la siguiente manera:

Dos grupos de líneas de tiempo de 1290 y 1260 días.

Primero vemos que para el primer testigo (UltimoConteo.org) las líneas de tiempo de 1260 y 1290 días terminan juntas el 18 de octubre de 2015. Para el segundo testigo (GranjaNubeBlanca.org) terminan juntas el 6 de abril de 2019.

Sin embargo, la pregunta mucho más importante es: ¿Coincide el diagrama en su conjunto, con el juramento de Daniel 12, donde dos hombres se paran en cualquiera de las orillas del río y miran a Jesús de pie sobre el río? Es una observación interesante que hay un lapso de siete días entre las dos líneas de tiempo de 1260 días, que separa el final de la primera del comienzo de la segunda línea de tiempo. ¿Tiene significado este lapso de siete días en relación con la escena del juramento?

¡Sí, así es! Hemos visto cómo “jurar” literalmente significa “siete uno mismo” en hebreo y que Jesús (quien está representado por el número 7, el número de la perfección) está de pie entre los dos testigos, quienes escucharon Su juramento acerca de las líneas de tiempo. En el diagrama, Él está en medio de los dos períodos de la proclamación de tiempo, así como Su crucifixión es el punto central entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.

Con este entendimiento, podemos dibujar el diagrama aún mejor. Para que tanto el juramento de Jesús en Daniel 12 como la promesa a los dos testigos en Apocalipsis 11 se hagan perfectamente armoniosos, la línea azul superior no debe quedar sobre la brecha de siete días. Por lo tanto, movemos el comienzo de la línea de tiempo azul de 1290 días por 30 días, eliminando así la superposición, y dejamos que comience de acuerdo con la línea de tiempo azul de 1260 días, como se muestra a continuación:

Jesús de pie entre los dos pares de líneas de tiempo.

Recibimos una nueva fecha que aún no conocíamos: el 6 de mayo de 2019—30 días después de la familiar fecha del 6 de abril de 2019. Nuestra observación con respecto a los 1290 días de Daniel 12:6-7, que debe durar hasta “el fin de estas maravillas” es especialmente importante porque representa un ancla para otro evento. Esta fecha pronto desempeñará un papel interesante para los herederos de este testamento.

Importante: el lector no debe confundir estos 1290 días con los 1290 días de la abominación de Daniel 12:11, que de hecho comenzaron el 25 de septiembre de 2015, como se muestra en los primeros diagramas originales. ¡Allí, no se refiere a los mismos acontecimientos como en los 1290 días del juramento de Daniel 12:7, que se dan como “un tiempo, tiempos y medio tiempo”!

Nuestro período recién encontrado nos da la base bíblica para esperar un evento 1290 días a partir del 25 de octubre de 2015, que cae el 6 de mayo de 2019. Para averiguar lo que es, debemos mirar la estructura quiástica de los períodos: El juicio de los vivos comenzó en 2012 con los eventos del 6 de abril y 6 de mayo, y finalmente, terminará con las mismas dos fechas reflejadas en el año 2019, ¡exactamente siete años después!

Este arreglo no sitúa a Jesús en la cumbre del Monte Quiasmo. Más bien, en el medio del Juicio de los Vivos, como la Norma ejemplar a quien deben mirar todos los que quieran llegar a la cumbre del sacrificio de Filadelfia. En verdad, Jesús se encuentra en el lugar descrito en Apocalipsis 7:1-3: cuando el plan de contingencia tuvo que entrar en vigor, ya que los 144.000 no fueron todos sellados cuando había llegado el tiempo de las plagas o el fin de las maravillas.

Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. (Apocalipsis 7:1-3)

Sin la extensión de tiempo, Su posición de pie en octubre de 2015, habría sido al final del tiempo de misericordia como la meta y modelo para los santos. Las palabras de las profecías bíblicas correspondientes permiten deliberadamente ambas posibilidades; las líneas de tiempo de los 1260/1290 días pueden ser entendidas como aplicándose a los dos testigos en conjunto, o para cada testigo individualmente, siendo asignadas dos veces. Una vez más, Dios conscientemente hizo provisión para el libre albedrío humano. Él es omnisciente; Él conoce el fin desde el principio, pero no limita la voluntad humana por medio de Su presciencia. Si la Iglesia Adventista del Séptimo Día hubiera sido fiel, o por lo menos se hubiera arrepentido ante el mensaje de Orión, la profecía de los dos testigos de Apocalipsis 11 podría haber sido completada en un solo período de 1260 días, pero Dios hizo posible que Su Palabra pudiera ser cumplida en dos lapsos; en el peor de los casos, con un lapso por testigo—y desafortunadamente sucedió precisamente de esa manera.

El pacto de sangre

Que Jesús esté de pie entre las dos líneas de tiempo tiene un simbolismo profundo, representado por una de las más antiguas prácticas de sacrificio. En tiempos antiguos, un pacto se hacía dividiendo animales de sacrificio en dos partes, y las partes involucradas en el pacto caminaban entre las piezas. Así es como Dios hizo pacto con Abraham cuando deseó seguridad por parte de Dios de que Él cumpliría Su promesa:

Y tomó él todo esto [animales de sacrificio], y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves. (Génesis 15:10)

Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos. En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; (Génesis 15:17-18)

Jehová hizo el pacto con él cuando pasó entre las dos mitades del sacrificio, que todos “los hijos de la promesa”[40] serían contados para Abraham.

Pasar entre las partes del sacrificio era un compromiso de vida o muerte para el cumplimiento del acuerdo. “Las vidas de los animales eran la garantía de las vidas de los que participaban en el pacto.”[41] Era un juramento solemne de que, si rompían el pacto, ¡su vida se convertiría como la del animal dividido!

Para el acuerdo, las partes debían cruzar este pasillo manchando con sangre sus vestiduras, y cuando se encontraban al medio intercambiaban promesas solemnes y maldiciones. Cuando cruzaban ambos decían: ¡Que así sea hecho si no cumplo con mi parte del pacto! Así este pacto era de vida o muerte.”[42]

Es importante darnos cuenta de lo que costó para que nosotros, como cristianos no judíos pudiéramos recibir directamente el pacto sempiterno, independiente de los judíos. Durante unos 2000 años, el pacto fue entre Dios y los descendientes literales de Abraham, que debían ser los benefactores de la humanidad, y la salvación venía a través de los judíos.[43]

Como un asunto circunstancial, los hijos de Abraham se hicieron esclavos en Egipto. Dios los liberó de la esclavitud y renovó Su pacto con ellos en el Monte Sinaí, donde entregó los Diez Mandamientos. Esas dos tablas del testimonio eran el pacto de Dios con Israel, y explicaban los términos del pacto. Un pacto tiene dos partes, y cada parte no sólo tiene beneficios, sino también obligaciones que deben cumplirse.

Israel como pueblo falló en cumplir los Diez Mandamientos, pero al enviar a Su Hijo en el linaje de Israel, Dios proveyó a Alguien para cumplir con los términos del pacto. Jesús vino a cumplir las obligaciones de Israel bajo el pacto.

No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. (Mateo 5:17)

Al final, Jesús fue el único que había guardado la Ley de Dios, la obligación del pacto. Al hacer esto, Él recibió las promesas de Dios según los términos del pacto, y se convirtió en el heredero de todo lo que Dios había prometido a la raza humana.

A menudo se dice que Jesús pudo haber bajado de la cruz con toda justificación, y regresar al cielo como Rey, porque fue victorioso sobre el pecado. Es cierto en cierto sentido, pero sería contrario a Su carácter de amor, pues entonces el mundo entero se habría perdido para siempre, porque no cumplieron con los requisitos del pacto como Él lo hizo. Por eso fue la voluntad de Dios que Su Hijo sufriera y muriera por los demás—para redimirlos.

Habiendo vencido todas las cosas, y habiendo recibido todas las cosas por parte de Dios, Jesús tomó la única decisión que el Amor podía hacer: Él escogió sacrificarlo todo —por los demás. Él hizo un nuevo pacto con mejores términos: lo que Él había heredado como judío por la obediencia al antiguo pacto, Él daría a aquellos que creen en Él.

Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. (Hebreos 8:6)

Jesús cumplió con los términos del antiguo pacto como su único heredero, e hizo un nuevo pacto con términos diferentes. La salvación ya no debía venir a través de la nación de Israel como un todo, sino a través de Él en particular.

Para llevar a efecto el nuevo pacto, Jesús tuvo que ofrecer sangre— no la sangre de un animal simbólico, sino Su propia sangre. De este modo, Él cumplió completamente las obligaciones de Dios para con Israel bajo el antiguo pacto. Dios había jurado a Su propio daño y no renegaría, y al someterse a la muerte, la auto-proclamada maldición fue ejecutada sobre Él. En Su acto de auto sacrificio, Jesús firmó de inmediato Su nuevo pacto con sangre y cumplió con todas las obligaciones pendientes bajo el antiguo pacto, liberando así a Dios de una obligación adicional hacia Israel como nación y pueblo. Desde entonces hasta el presente, la nación de Israel está en igualdad con cualquier otra nación, habiendo perdido el papel especial que tenían antes de rechazar al Salvador.

El testamento de hoy

Todo lo que sucedió en términos del pacto desde Abraham hasta Jesús se ha repetido. Los cristianos, como los hijos de Abraham, se convirtieron en esclavos durante el paso del tiempo. En lugar de ser esclavos en Egipto, los cristianos se convirtieron en esclavos del paganismo y de la jerarquía papal. Luego Dios levantó a los Reformadores Protestantes, quienes, como Moisés, sacaron a los cristianos paso a paso de la esclavitud de la falsa religión. La Iglesia Adventista del Séptimo Día fue la última iglesia protestante, y es la que recibió de nuevo la Ley de Dios con la restauración del sábado del séptimo día, así como los hijos de Israel recibieron los Diez Mandamientos en el tiempo de Moisés.

Sin embargo, al igual que los hijos de Israel, el adventismo también se rebeló en las fronteras de la Tierra Prometida en 1888 y tuvo que vagar por el desierto. El vagar de Israel en el desierto terminó cuando Josué —un tipo de Cristo— marchó hasta Canaán. Sin embargo, los hijos de Israel continuaron sumiéndose en rebelión en general, hasta que Jesús —el verdadero Mesías— vino y renovó el pacto como se explicó anteriormente. De la misma manera en nuestra generación, después que la iglesia vagó un largo tiempo en el desierto, Dios envió al Espíritu Santo con la lluvia tardía para revelar a Jesús en Orión, para que aquellos que lo recibieran pudieran recibir la Ley en sus corazones y así cumplir con los términos del nuevo pacto.

El caso con el pueblo de Dios hoy no es diferente de lo que era en el tiempo de Israel. El adventismo falló en cumplir con los términos del nuevo pacto. Tenían la Ley en la mano, pero la transgredían en el espíritu. Sólo un pequeño remanente se aferró realmente al pacto, manteniendo fielmente sus términos de amor, y por lo tanto recibieron sus beneficios.

Los dos grandes mandamientos del pacto son amar a Dios por sobre todas las cosas y amar al prójimo como a uno mismo.[44] Los términos del nuevo pacto son que estos principios sean escritos en nuestros corazones por fe. Amar a nuestro prójimo —el mundo entero—como a nosotros mismos, es trabajar por su salvación como si fuera la nuestra. Es darles el último mensaje de misericordia para que puedan reconocer su pecado y se arrepientan antes de que sea demasiado tarde.

Habiendo demostrado la fe necesaria que puso el amor por los perdidos por encima de su propio interés eterno, el pequeño grupo de personas hoy en día —como Jesús—podría haber dejado teóricamente la cruz de este mundo para ir al cielo y recibir la recompensa eterna. Por otra parte, existe el mismo problema: sería contrario al carácter de amor escrito en sus corazones, porque todos los demás habrían sido condenados a muerte eterna, al no haber cumplido con los términos del nuevo pacto, de tener la fe de Jesús. En tal circunstancia, sólo hay una opción amorosa por hacer, así el grupo ofreció el sacrificio de Filadelfia, para que el pacto en su poder pudiera ser puesto a disposición de otros para que participen de él.

Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? … El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; (Salmos 15:1, 4)

Los testadores de hoy también podrían tener que firmar su pacto con sangre, como se explica en la Sección 1 de este testamento. Si es así, lograrán algo similar a lo que hizo Jesús: legarán a los herederos las abundantes riquezas que han recibido bajo el pacto anterior. Sin embargo, mientras que la sangre de Jesús pudo hacer expiación por la culpa del pueblo, la nuestra no es expiatoria. Por lo tanto, la maldición del juramento no puede ser quitada de la cabeza de aquellos que rechazan el último mensaje de misericordia —el mensaje del Cuarto Ángel de Jesús en Orión. Siendo el mensaje de la lluvia tardía, rechazarlo decididamente es la blasfemia contra el Espíritu Santo, que no puede ser perdonada.

Así, Dios cumplirá toda Su responsabilidad del pacto hacia la antigua casa de Dios, los Adventistas del Séptimo Día. Este testamento transmitirá todos los bienes tangibles e intangibles (detallados en la Sección 3) a los herederos identificados en la Sección 1.

La última oportunidad de unirse a los testadores

A medida que se acerca el tiempo de la ratificación de este testamento, es importante que los discípulos de Jesús de hoy comprendan que parte de mostrar su buena fe es dar sus vidas como garantía. En el tiempo de Jesús, muchos no confesaron su fe abiertamente por temor a los judíos. Tenían miedo de ser perseguidos y asesinados, pero no podían permanecer en ese estado para siempre y mantener su fe. ¡La fe debe conducir a la acción visible!

En esta segunda proclamación de tiempo después del sacrificio de Filadelfia, estamos figurativamente descendiendo de la cima del Monte Quiasmo a las laderas de en medio, donde el pueblo fiel de Dios escondido ha escalado en su esfuerzo de escapar del valle de Babilonia que está abajo. El esfuerzo para llevar ayuda a los de este lado de la montaña quiástica está representado con símbolos diferentes en la última historia del libro de Juan, capítulo 21.

Siete discípulos estaban presentes— un número figurativo de los testadores de este pacto y las siete estrellas en la mano derecha de Jesús[45]—y como nosotros, ellos estaban esperando junto al mar para encontrarse con el Señor resucitado. Mientras esperaban, pescaban en el mar—figurativo de nuestra pesca de hombres en el mar de los pueblos del mundo. Desde la orilla, Jesús les llamó:

Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces. (Juan 21:5-6)

Echar la red al otro lado de la barca simboliza nuestros esfuerzos después del sacrificio de Filadelfia, en el lado derecho de la montaña quiástica del tiempo. Todavía somos pescadores de hombres, pescando almas, y ¡la Biblia indica que atraparemos a una multitud gracias al alcance de la “red”, ahora que estamos trabajando en el otro lado!

Esta gran pesca de peces del Señor será valiosa, aunque no entren en la barca. El simbolismo indica que los peces son llevados a la orilla —a la Canaán celestial—a través del acuoso bautismo de la muerte. De esta manera, estos preciados premios —153 en número según el texto—servirán el importante papel de cumplir su parte del quinto sello:

Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos. (Apocalipsis 6:9-11)

De esta manera, estos nuevos conversos tendrán la oportunidad de participar en esta obra, añadiendo sus firmas carmesíes al testamento antes que los testadores. Los que creen antes de que el testamento sea ratificado tienen un reconocimiento especial:

Advertí que el borde de sus vestiduras era rojo; llevaban mantos de un blanco purísimo y muy brillantes coronas. Cuando los saludamos pregunté a Jesús quiénes eran, y me respondió que eran mártires que habían sido muertos por su nombre. {PE 18.2}

Pedro había negado al Señor tres veces cuando Jesús estaba en juicio, por miedo a ser asesinado. Jesús cuestionó su devoción tres veces para permitirle superar su fracaso. Al final, Pedro también mostró su fidelidad por su muerte como un mártir. La Palabra de Dios muestra de nuevo que hay dos clases: los Pedro y los Juan, como los Moisés y Elías simbólicos. Pedro murió como mártir, pero Juan sobrevivió, sus enemigos no pudieron matarlo. Los primeros son los que nadan en el agua, simbolizando la muerte, mientras que los últimos son los que vienen por encima del agua (vivos) a la orilla donde está Jesús. Algunos morirán, pero llegarán antes,[46] mientras que otros vivirán, pero llegarán más tarde. Todos serán librados de la hora de la prueba de una manera diferente —ya sea por la muerte o por protección.

Al contemplar estas cosas, es natural preguntarse por el destino de individuos específicos, pero Jesús advierte no especular más allá de lo que es revelado acerca de esto:

Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú. (Juan 21:22)

Jesús se reserva la decisión final. Debemos someternos a Su voluntad sobre estos asuntos y seguirle a Él. Sin embargo, no está de más advertir que cada uno debe examinar su propio corazón y probarse a sí mismo, para ver si está listo para permanecer sin negar al Señor, cuando sea enfrentado con la perspectiva de perder la vida a causa de su asociación con el movimiento Adventista del Gran Sábado.

Nuestra obra no es solo la de un puñado de personas, sin importar a qué clase pertenezcas, ¡la voz de cada uno que ha creído en nuestro informe debe ser escuchada en esta hora decisiva!

No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. (Apocalipsis 2:10)

Es necesario que muchos trabajen juntos para lograr la tarea. Fue porque no teníamos el apoyo de los adventistas, que eran los únicos equipados para proporcionarlo, que necesitábamos más tiempo.

Esa fue la cruda realidad. Así como Dios necesitaba la cooperación del hombre para otorgar las bendiciones de Sus promesas bajo el antiguo pacto, de la misma manera dependíamos de la recepción de los adventistas del mensaje para llevar las bendiciones del nuevo pacto a las multitudes. Pero como Jesús, no cambiaríamos nuestro juramento, aunque juramos a daño propio. Cuando nuestra obra de alcanzar al mundo con el mensaje de salvación debiera haberse terminado al final del primer marco de tiempo de 1260 días, el 18 de octubre de 2015, caminamos con Jesús en medio de las dos mitades del sacrificio del pacto, habiendo prometido ya por fe seguirlo, ¡cualquiera fuese el costo!

Nuestra promesa de fe fue renovada en lo alto del Monte Quiasmo cuando pedimos más tiempo, y la ratificación llegará a medida que la fe se encuentre con la realidad o si por Cristo que nos fortalece, nuestra sangre sea ofrecida.

Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive (Hebreos 9:16-17)

Fue a través del incumplimiento de la Iglesia Adventista que el pacto sempiterno nos fue entregado aparte de ellos, y por nuestra ratificación a través de la muerte, sería a su vez entregado por este testamento a todos los que han creído nuestro informe como herederos elegibles.

El ritual en el que Abraham participó era simplemente una representación de lo que finalmente se requeriría para que el pacto fuera ratificado. Fue un pacto de sangre, pero Abraham no dio su sangre, porque era una ilustración —un tipo— ¡de un pacto mucho más grande hecho con toda la humanidad a través de todas las generaciones por la fe! Jesús dio Su sangre en el Calvario, demostrando Su compromiso y autoridad para llevar a cabo los términos del pacto. Nosotros también ofrecemos nuestra sangre, demostrando nuestro compromiso con el sacrificio de Filadelfia para poner el legado de Esmirna a disposición de los herederos.

Con ese sello de sangre, sería establecido para siempre que la victoria que Cristo ganó en la cruz fue lo suficientemente poderosa para escribir el principio completo de la Ley en los corazones de los hombres. Nuestra sangre no expiaría nada, pero sería necesaria para la ratificación del pacto como la firma de los testadores, como se representa en la muerte de los animales que fueron divididos por la mitad. Sería la demostración final del amor de Cristo, en el corazón del hombre, por su prójimo.

Jesús y los sellos del juicio

El pacto de Dios no puede ser separado de Su Ley, porque es Su Ley. ¡Está escrita en nuestros corazones en cumplimiento del nuevo pacto de Jesús![47] El proceso del juicio es confirmar si realmente hemos ratificado el pacto al permitir que Dios escriba Su Ley en nuestros corazones, y finalmente entregar el pacto. ¿Y dónde está Jesús en relación con el pacto? Él está parado entre las dos mitades del sacrificio, es decir, entre los dos marcos de tiempo del pacto especificando la duración del juicio de los vivos. Por lo tanto, Jesús está en el centro del juicio como el enfoque central, el estándar divino con la Ley escrita en Su corazón.

Durante la primera línea de tiempo, estábamos siendo preparados para hacer el sacrificio, para reflejar la plenitud de la estatura de Cristo. Ese sacrificio es la evidencia de que la Ley fue escrita en nuestros corazones—incluyendo el amor a nuestro prójimo.

¡El Juicio de los Vivos es también el período durante el cual se abre el séptimo sello! En los siete años de escasez, vimos que los sellos del Apocalipsis forman un modelo quiástico donde los sellos se encuentran efectivamente uno arriba del otro de tal manera que se cierran en el orden opuesto al que se abrieron.[48] Los tres sellos en la parte superior del modelo fueron presentados de la siguiente manera:

Los últimos tres sellos.

Ahora que tenemos una imagen más clara de las líneas de tiempo de la profecía de los dos testigos, el cuadro general de los sellos también se ve claramente. Refinemos las fechas de inicio y fin de los sellos que son afectadas por este nuevo entendimiento, comenzando con el séptimo sello, que ahora tiene un significado más claro:

Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. (Apocalipsis 8:1)

En nuestros escritos publicados, hemos interpretado correctamente la media hora como una medida de tiempo en relación con el ciclo del juicio del reloj de Orión, lo cual es lógico ya que es el libro de los siete sellos, y el ciclo del juicio es el ciclo que corresponde al último día antes de la caída de Jericó, con sus siete marchas. El patrón de las marchas alrededor de Jericó es clave, y eso ha sido explicado en detalle en La historia se repite - parte II y también en ¡Ha caído Babilonia! - parte I. El “día” completo en el reloj del juicio abarca 168 años, así que una hora es simplemente 168 ÷ 24 =7 años, lo que a su vez significa que la media hora es de tres años y medio.

El error que casi todos cometen —y nosotros también lo hicimos— es suponer que este período debe abarcar todo el sello. Este tiempo de silencio es dado en el primer versículo, pero los versículos que siguen están asociados, y también debemos considerarlos. Volveremos a este punto, ya que ¡hay una hermosa joya que descubrir allí! Basta por ahora eliminar la restricción de que el séptimo sello, que corresponde al juicio de los vivos, no puede ser mayor de tres años y medio. ¡Como hemos visto, el juramento de Jesús de un tiempo, tiempos y medio tiempo se aplica a dos períodos equivalentes! Por lo tanto, tenemos un período de siete años para el juicio de los vivos —una hora en el reloj del Juicio— en lugar de sólo la segunda mitad de ese período de tiempo. Esto se refiere a la explicación original de Los siete años de escasez (en el gráfico anterior), donde el juicio de los vivos es mencionado como abarcando desde el 25 de octubre de 2015 hasta el 6 de abril de 2019, que es la segunda mitad del marco de tiempo de los siete años.

Jesús, que está representado por el número siete, de esa manera es doblemente representado durante el juicio de los vivos. Directamente en medio de éste se encuentra el período de siete días que representa a Jesús parado sobre el río dando el juramento en Daniel 12:7. Al mismo tiempo, toda la duración del juramento es de siete años consecutivos, representando a Jesús como el tema principal del juicio y el Estándar por el cual son juzgados los vivos, Su Ley escrita en el corazón.

¡Pero eso no es todo lo que vemos cuando el séptimo sello es abierto! ¡Este también es el marco de tiempo profético para los dos testigos! El juramento de Jesús en Daniel 12:7 da el marco de tiempo más grande, de todo el séptimo sello en dos segmentos de 1290 días, mientras que Su promesa de dar poder a los dos testigos es el período ligeramente más corto (pero aún siete años) dentro del período más grande. Por lo tanto, el cuadro es el de Jesús y en menor medida, los dos testigos, que son el registro escrito de Su voz desde Orión, escrito por el poder del Espíritu Santo en la lluvia tardía para dar testimonio de Él en todo el mundo. Aquellos que creen en la voz de Dios desde Orión son los redimidos, que ¡también tienen la Ley de Dios escrita en su corazón!

La imagen de la unidad en el séptimo sello.

¿Ves la hermosa imagen que es presentada aquí? Que las palabras de Jesús satisfagan tu alma:

No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Todavía un poco, y el mundo no me verá [en Orión] más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre [es decir, Jesús se revela en el Tiempo], y vosotros en mí, y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. (Juan 14:18-21)

Jesús está en Su pueblo, y Su pueblo en Él, el cuadro de la unidad. Es la imagen de Dios restaurada; Cristo y Su esposa—el segundo Adán y la segunda Eva.

porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. (Efesios 5:30-32)

¿Entiendes cuál es realmente el tema clave del juicio? ¡La imagen de Dios ahora está completamente revelada para que la aprecies y la contrastes con la imagen de la bestia! Con sus raíces en el Edén, la restauración de la imagen de Dios encontrará su cumplimiento en la recreación de la tierra después del séptimo milenio. Entonces se cerrarán los libros del Juicio y los siete sellos atarán para siempre la evidencia del pecado y la memoria de la desfiguración de la imagen de Dios en la tierra. Las ligaduras de Orión habiendo sido desatadas, las dulces influencias de sus siete estrellas estarán atadas al pueblo de Dios, para nunca más perderse. Una vez que el juicio de los vivos llegue a su fin, los sellos restantes confirmarán un paso a la vez la victoria del pacto sempiterno de Dios, en las mentes de todo ser humano que ha existido. Esta es la historia de los siete sellos.

Volviendo a mirar los otros sellos, son necesarios un par de refinamientos, porque se cierran en la secuencia inversa del orden en que fueron abiertos.

Jesús y el sello séptuple.

¿Cuál es el significado de esta visión general del Conflicto de los Siglos entre el bien y el mal? El séptimo sello abarca la culminación del pacto sempiterno entre Dios y el hombre. La apertura del libro de los siete sellos es todo acerca de los testamentos. Incluye todo el expediente de documentos judiciales relacionados con la gran expulsión del cielo de los ángeles malvados y ¡la adopción de la humanidad en su lugar como hijos de Dios!

El sexto sello incluye la aparición visible de Jesucristo a los impíos que se ocultan:

y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie? (Apocalipsis 6:16-17)

Los impíos tratan de esconderse del rostro de Jesús, que apunta a la semana cuando Él es visible en la nube que se hace cada vez más grande. Ellos han estado experimentando la creciente severidad de las plagas, y el regreso de Jesús sólo trae condenación y un terrible presagio de muerte cuando sienten Su ira contra ellos. Los que pueden permanecer de pie son descritos en el capítulo siguiente, mientras que el resto se quedan para morir durante los siete años de escasez, cuando el planeta sucumbe a los efectos a largo plazo de la guerra atómica global en combinación con la hipernova de Alnitak.[49] Con este entendimiento, el versículo anterior entra en perfecta armonía con el cierre del sexto sello en el día de la segunda venida.

En cuanto al quinto sello, hacemos el ligero refinamiento de mover su fecha final a cuando los impíos han muerto, que es la respuesta final a la pregunta de las almas de los mártires bajo el altar:

Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? (Apocalipsis 6:10)

Después de los siete años de escasez, todos los impíos (“los moradores de la tierra”) habrán muerto, derrotados por el frío del invierno atómico, y la sangre de los mártires habrá sido completamente vengada por Dios. Luego los sellos restantes cierran finalmente el expediente del pecado, hasta que el reconocimiento universal de la victoria eterna de Cristo sea dado por toda lengua —de ambos justos e impíos.

Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. (Romanos 14:11)

Silencio en el cielo

Una de las confirmaciones más sorprendentes de la dirección de Dios en este ministerio se encuentra en el séptimo sello, que abarca los dos testamentos de hoy. Ya hemos observado que no debemos suponer que el silencio en el cielo es lo único descrito en el séptimo sello. ¿Cómo encaja en la profecía nuestra nueva comprensión del período de siete años para el séptimo sello? Observa que viene en el contexto de Apocalipsis 7 y el sellamiento de los 144.000:

Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo [Con el cual los 144.000 son sellados]; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. (Apocalipsis 7:1-3)

¡La interacción descrita aquí es muy reveladora! Los primeros cuatro ángeles detienen los vientos, pero tienen poder para hacer daño a la tierra, es decir, para desatar los cuatro vientos. Sin embargo, otro ángel les impide, diciendo que ¡los siervos de Dios aún no han sido sellados! ¡Esta es una circunstancia muy inusual! Estos cuatro ángeles parecen estar fuera de sincronía con el plan divino, y ¡un mensajero especial debe ser enviado a ellos para evitar que se salgan del curso! ¿Quiénes son estos cuatro ángeles, o mensajeros, como también puede ser traducida la palabra?[50] La escena nos recuerda a la sexta trompeta:

El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios, diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufrates. Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. (Apocalipsis 9:13-15)

¡Aquí encontramos a los mismos cuatro ángeles que tienen poder para hacer daño a la tierra! Las cuatro estrellas exteriores de Orión, cada una con un mensaje para un tiempo específico (por lo tanto, mensajeros, o ángeles) figurativamente detienen los vientos de la destrucción hasta que llega el tiempo en el reloj. Así que, lo que vemos en Apocalipsis 7 es que Orión estaba señalando a la sexta trompeta, la cuarta de las cuatro estrellas exteriores (en el primer ciclo de trompetas), cuando los ángeles, preparados para esa misma hora, iban a ser liberados para hacer su trabajo destructivo. ¡Pero el problema era que estaban atados al Éufrates, incapaces de alcanzar el mundo! ¿Y por qué? ¿Qué haría que Dios tuviera que enviar otro ángel para redirigir a los cuatro?

Refiriéndonos a la sexta trompeta, escribimos en La muerte de los gemelos acerca de estos ángeles:

Con respecto al santuario celestial, está hablando de los cuatro animales[51] o los cuatro seres vivientes[52] que están representados por las cuatro estrellas de las manos y de los pies del Reloj de Orión – todos simbolizados por los cuatro cuernos del altar. Habla de los cuatro ángeles que están atados, significando que algo ha estado atando el mensaje [el Mensaje del Cuarto Ángel, representado por el Éufrates] e impidiendo que se propague de la manera que debería – particularmente el liderazgo actual de la iglesia:

Lo único que impide que Dios cumpla Sus propósitos de manera directa con Sus hijos es cuando hay pecado entre ellos. Los líderes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día fueron un obstáculo para el mensaje. Su sombra gigante bloqueó toda la luz de Orión. Ya lo hemos descrito antes, pero a pesar de nuestro optimismo de que la gente despertaría y discerniría a su Señor en Orión, nunca lo hicieron. La Iglesia Adventista del Séptimo Día no haría su parte para enviar el mensaje, ¡ni siquiera DEJARÍAN salir el mensaje!

Los cuatro ángeles estaban actuando en perfecta armonía con el plan de Dios, pero la iglesia no cooperó para prestar su fuerza al mensaje. Así, el otro ángel es enviado a abordar la emergencia con el mensaje: “¡Esperen! ¡No hemos tenido la oportunidad de sellar a los siervos de Dios todavía!”— ¡debido a la iglesia ausente! No entendiendo estas cosas en ese momento, estábamos esperando que la sexta trompeta sonara en voz alta, y no fue hasta que entendimos el truco que la iglesia usó con sus miembros en ese momento[53], que empezamos a entender por qué la demora fue necesaria. El capítulo 8, que comienza con la apertura del séptimo sello, ¡da una perspectiva general de cómo Dios recuperaría el tiempo perdido!

Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. (Apocalipsis 8:1)

Ya vimos cómo no necesitamos asumir que la media hora de silencio es toda la duración del sello, pero ¿se ha establecido en tu mente ya, por qué hay silencio en el cielo? ¡Es el silencio del suspenso mientras el universo celestial observa lo que sería la situación de emergencia! Esos tres años y medio también eran silenciosos en la tierra en el sentido de que las advertencias necesarias del cielo no estaban siendo dadas por la iglesia o por acontecimientos mundiales lo suficientemente grandes como para despertar y advertir al pueblo de lo que estaba por venir.

Aunque era un tiempo de silencio, sin embargo, había actividad que podía verse.

Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y a ellos se les dieron siete trompetas. (Apocalipsis 8:2)

Media hora de silencio.En este punto, el silencio no ha sido interrumpido todavía, pero se está revelando una progresión de acontecimientos. En primer lugar, en el silencio, Juan ve a los siete ángeles que están delante de Dios. Eso representa a las siete estrellas de Orión, porque son los siete ángeles que están delante de Dios, listos para servir, aunque la iglesia no los deseara.

Después, Juan ve, todavía en silencio, que se les dan siete trompetas. Ahora que tenemos el cuadro completo de los dos testigos, podemos ver que esto corresponde al ciclo de trompetas durante el tiempo de la primera proclamación, cuando los ángeles alrededor del reloj de Orión fueron dados o asignados a las siete trompetas de Apocalipsis, el 31 de enero/1 de febrero de 2014, en el sermón de La última carrera.

¿Ves cómo encaja esta descripción con el período de silencio mencionado en el versículo anterior? ¡Se les dieron las trompetas, pero hasta ahora, no han hecho un sonido con ellas! ¡Hasta que leamos acerca de algo audible, debemos entender que todavía se refiere al tiempo de silencio!

A continuación, leemos sobre las oraciones en el altar y el incensario arrojado:

Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto. (Apocalipsis 8:3-5)

¿Quién es el Ángel que está ministrando en el altar del incienso? ¡Ese sería el Sumo Sacerdote del santuario celestial, o Jesús mismo, por supuesto! ¿Recuerdas dónde está Jesús en relación con el diagrama de arriba? Él está de pie al final del ciclo de trompetas, donde termina la sexta trompeta y comienza la séptima— en el medio de los dos períodos de tres años y medio del juramento. Es el punto donde Él podría ministrar igualmente bien para el primer período de tiempo (si la Iglesia Adventista fuera fiel) o el segundo.

Esta escena corresponde a la sexta trompeta, donde se oye la voz desde las cuatro esquinas del altar de oro (el altar del incienso). Eso es cuando abundantes oraciones de los fieles de Dios vienen ante Dios con grandes nubes de incienso. Incluso en el escenario de la Iglesia Adventista del Séptimo Día durante el ciclo de trompetas de la primera proclamación de tiempo, su rebelión en la Sesión de la Conferencia General de San Antonio ¡provocó que las oraciones de aquellos santos que aún estaban en ella ascendieran más que nunca! Es fácil ver que esta escena de oración de intercesión corresponde a las oraciones de los fieles precediendo e incluyendo nuestra petición en la cima del Monte Quiasmo. En respuesta, Dios pronunció la segunda proclamación de tiempo, lo que explica las voces y truenos, y da una pista de lo que estaba sucediendo, como verás a continuación.

Recuerda, fue durante la primera proclamación de tiempo que publicamos la oración del Elías moderno, en la sexta trompeta:

Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea el miércoles 8 de julio de 2015 [el comienzo de la sexta trompeta] manifiesto que Tú eres Dios en Israel, y que yo soy Tu siervo, y que por mandato Tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que Tú, oh Jehová, eres el Dios, y que Tú vuelves a Ti el corazón de ellos.

¡Limpia Tú, Oh Jehová, Tu casa del mal olor de los jesuitas y de la apostasía! Deja que Tu fuego consumidor, según Ezequiel 9, haga su obra para que Tu iglesia pueda brillar de nuevo con la luz que Tú concebiste para ella, para que pueda iluminar toda la Tierra.

¿Por qué no cayó el fuego ese día? Los escépticos y los incrédulos descartaron rápidamente la oración como pronunciada por un falso profeta. ¡Ellos no entendieron que Jesús está en el Tiempo, y que Sus caminos están por encima de los caminos del hombre! Pero aquellos que sabían que Dios no es sólo amor, mantuvieron su fe hasta que llegó la respuesta. (Por supuesto, incluso si el fuego hubiera caído sobre la iglesia ese día, los opositores lo habrían atribuido irracionalmente a prodigios mentirosos en lugar de rendirse a la verdad, porque aman la oscuridad más que la luz. Sólo aquellos que aman la Verdad apreciarán Su luz.)

Entonces, ¿cómo fue realmente contestada la oración? Cuando oramos a Aquel que es, que era y que ha de venir, podemos encontrar que nuestras oraciones son contestadas de una manera mucho más gloriosa de lo que jamás hubiéramos pensado posible. Jesús sabía que sería mejor responder a la oración de Elías un poco más tarde, no en la sexta trompeta del ciclo de trompetas silencioso, ¡sino en la sexta trompeta del ciclo en reversa de trompetas sonoras! Descendiendo el Monte Quiasmo en el otro lado, volvemos a pasar el mismo punto en el tiempo donde Jesús se encontraba anteriormente, al final del primer ciclo de trompetas. La sexta trompeta del primer ciclo se encuentra en el lado opuesto de la sexta trompeta del segundo ciclo. Así es como Jesús es visto por Juan de pie en la sexta trompeta de ambos ciclos.

The Sixth Trumpet

Esta sección de nuestro testamento muestra que, de hecho, todas estas cosas han sido hechas de acuerdo con la dirección de Dios, de modo que los obstáculos serían removidos para que Su luz brille, y para que todos tengan la oportunidad de interesarse en el sempiterno pacto de Su plan de salvación. La línea de tiempo del segundo testigo ya no es un período de silencio en el cielo: es un período en el que la gente puede escuchar las advertencias de la Palabra de Dios de nuevo y ser injertada en el pacto como herederos de la salvación sin la Iglesia Adventista del Séptimo Día como un obstáculo.

El sonido de las trompetas

Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas. (Apocalipsis 8:6)

Ya hemos pasado el lugar donde Jesús está ubicado ahora, cuando el sonido de Su voz dando el juramento rompió el silencio. Sin embargo, el texto anterior nos lleva a entender que todavía hay un período de tiempo para la preparación antes de que las trompetas comiencen a dar sus claros sonidos de advertencia. Esto representa la parte inicial del período profético del segundo testigo, hasta que el segundo sitio web estaba listo y las trompetas de ese ciclo de trompetas comenzaron a sonar. Durante ese tiempo, los actores se estaban reuniendo en el escenario mundial, afinando sus instrumentos y practicando sus líneas. Escuchamos muchos de esos sonidos durante lo que esperábamos serían las plagas.

Presentación de las trompetas.

Una vez más, es importante entender que la profecía podría haberse cumplido de varias maneras, porque Dios no restringe la voluntad humana. Jesús habría venido de acuerdo con la primera proclamación de tiempo si la Iglesia Adventista del Séptimo Día hubiera sido fiel. También hubo un período de preparación durante el período de tiempo del primer testigo, y esa interpretación sigue siendo válida en el contexto de la primera proclamación. En ese escenario, el primer ciclo de trompetas se habría hecho fuerte debido al hecho de que habría habido más voces proclamando la venida de Cristo y más agitación en términos de eventos mundiales. Sin embargo, puesto que estamos en la segunda proclamación de tiempo, la profecía del séptimo sello adquiere un significado nuevo y más profundo, que abarca las dos proclamaciones de tiempo.

¿Quién puede decir que no fuimos guiados por Dios para pedir más tiempo después de ver esta confirmación? ¡Cada paso a lo largo del camino fue tomado simplemente siguiendo Su liderazgo, y sólo mucho más tarde vimos estas armonías que se basan en el hecho de que esto era realmente la voluntad de Dios! Ver todas las partes del juicio de los vivos referenciadas, no como lo esperábamos originalmente, sino como llegamos a entender al final, en una secuencia perfecta y directa, nos dirige a alabar a nuestro Dios, ¡Quien conoce el fin desde el principio! Podemos confiar seguramente en Su mano guiadora, no importa lo que las apariencias puedan sugerir en la oscuridad del momento.

La segunda proclamación de tiempo llegó al mundo con la apertura del sitio Web GranjaNubeBlanca.org y la publicación del primer artículo de la serie El sacrificio de Filadelfia el 22 de noviembre de 2016. Casualmente (por decreto divino) el ciclo actual de trompetas también comenzó con los eventos alarmantes de los incendios en el Monte Carmelo en Israel y en otros lugares. Por eso, a menudo nos hemos referido a él como el ciclo de trompetas con sonido fuerte, porque inició con los acontecimientos alarmantes que comenzaron a despertar a la gente, mientras que el ciclo de trompetas de la primera proclamación durante el período de silencio en el cielo no fue escuchado como una alarma, aunque acontecimientos fueron vistos. ¡Pero ahora, las señales en el cielo han comenzado a ocurrir en el tiempo de cada trompeta como parte de la firma de autoridad de Dios para testificar que el silencio de hecho ha terminado! “El primer ángel tocó”, y el resto se está convirtiendo rápidamente en historia.

Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. (Juan 14:29)

El mensaje del Cuarto Ángel es un movimiento profético. Es la profecía de los dos testigos. Comenzamos con ciertas expectativas, creencias tradicionales arraigadas, y una suposición infantil de que las multitudes creerían cuando vieran las cosas asombrosas que Dios ha hecho. A medida que avanzábamos, ¡Dios nos guiaba, y aunque experimentamos mucho retraso y a veces incertidumbre, al mirar hacia atrás, estamos impresionados de lo que Dios ha hecho! ¡Es verdaderamente una marca de liderazgo divino que las cosas que escribimos hace años, que parecían estar anticuadas con las circunstancias cambiantes, han vuelto con una mayor claridad y verdad de lo que podríamos haber esperado, y mucho menos planeado!

Dios no conduce nunca a sus hijos de otra manera que la que ellos elegirían si pudiesen ver el fin desde el principio, y discernir la gloria del propósito que están cumpliendo como colaboradores suyos. …. {DTG 197.1}

Así es con este testamento. Desde el momento en que la promesa de salvación fue dada por primera vez a Adán y Eva, más y más luz ha sido derramada sobre el sempiterno pacto de acuerdo con la experiencia y entendimiento de cada generación. ¡Cuán poco hemos discernido de la gloria del propósito, que Dios ha permitido que Sus hijos cumplan, en relación con el testamento de Su salvación! Es su preciado tesoro, y ahora está entrando en la fase final antes de que se haga realidad su bendición, cuando finalmente estemos unidos en la presencia física de nuestro Señor, nuestro Salvador, nuestro Creador. Sin embargo, incluso en el cielo, estaremos descubriendo nueva belleza en el testamento del amor de Dios, ya que es una fuente inagotable de gloria.

Aunque grandes y talentosos autores [aquellos que fueron antes que nosotros] han hecho conocer verdades admirables y han presentado una luz magnificada a la gente, sin embargo en nuestro día encontraremos [y hemos encontrado] nuevas ideas y amplios campos en los cuales trabajar, pues el tema de la salvación es inagotable. La obra ha avanzado de un siglo a otro, presentando la vida y el carácter de Cristo y el amor de Dios tal como se manifiesta en el sacrificio expiatorio. El tema de la redención ocupará las mentes de los redimidos por toda la eternidad. Habrá nuevas y ricas revelaciones que se manifestarán en el plan de salvación por los siglos sin fin. {1MS 471.3}

En la siguiente sección encontrarás una descripción del rico legado que el Padre Celestial nos ha dotado, el cual nosotros, por medio de este testamento, legamos a los herederos. Es un legado como ningún otro, porque estos tesoros, ninguna polilla u orín pueden corromper; este es el testamento del Eterno.

1.
Apocalipsis 13:8— Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. 
2.
Zacarías 6:13— El edificará el templo de Jehová, y él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado; y consejo de paz habrá entre ambos. 
3.
Para leer la historia, ver Génesis 15. 
4.
Ver Wikipedia, Principio de buena fe 
5.
Hebreos 8:6-9—Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. Porque reprendiéndolos [a Israel, como el sujeto obligado del pacto] dice: He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; 
6.
Jeremías 26:11— Entonces hablaron los sacerdotes y los profetas a los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: En pena de muerte ha incurrido este hombre; porque profetizó contra esta ciudad, como vosotros habéis oído con vuestros oídos. 
7.
Juan 10:35— Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), 
8.
Isaías 55:11— así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. 
9.
Empezando con el versículo 13. 
10.
Mateo 25:6— Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 
11.
Ver Apocalipsis 17:15— Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas. 
13.
Aunque no fue directamente el tiempo del regreso de Jesús, sin embargo, establece las bases para las líneas de tiempo que finalmente apuntan a Su regreso. 
14.
Esta parábola está registrada en Mateo 25:1-13. 
15.
Este tema es explicado extensamente por muchas fuentes. Recomendamos Cyberspace Ministries: El Juicio Final
16.
Daniel 12:4— Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará. 
17.
Específicamente, Daniel 8:14— Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. 
18.
Ver diapositivas 64-74 de la presentación para la explicación. 
19.
El juicio incluye dos fases: el juicio de los muertos, y una fase mucho más corta del juicio de los vivos al final. 
20.
Apocalipsis 5:1 – Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. 
21.
Así llamado, porque fue 1) un sábado semanal, 2) un sábado de convocación anual por el Día de la Expiación, 3) el aniversario del nacimiento de Jesús, 4) el aniversario de la creación de Adán, 5) el 168th aniversario del Juicio Investigador en el calendario Hebreo, 6) el fin del juicio de los muertos, y 7) el fin de la hora undécima del ciclo de Orión del “día” de 2016 años de la era Cristiana (12 horas × 168 años/hora) desde el nacimiento de Jesús. 
22.
Esto es estudiado en El Fin de la IASD
23.
Isaías 28:7 – Pero también éstos erraron con el vino, y con sidra se entontecieron; el sacerdote y el profeta erraron con sidra, fueron trastornados por el vino; se aturdieron con la sidra, erraron en la visión, tropezaron en el juicio 
24.
Ver Apocalipsis 14:4 – Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero. 
25.
Mencionamos estos temas en nuestros artículos que se refieren a ese tiempo, como en Cambio de Sede, que también habla de la búsqueda de testigos. 
26.
La expresión que Jesús usó en el juramento está en unidades de “tiempos”, es decir, años proféticos, que consisten en doce o trece meses de 30 días. La forma de la expresión distingue el primer “tiempo” de los otros, lo que sugiere que debe ser diferente: un año de 13 meses frente al habitual de 12 meses para los otros. En cualquier período de tres años y medio, necesariamente habrá un año de 13 meses, lo que justifica esta distinción. 
27.
Ten en cuenta que hubo un error de un día en las tablas de calendario que Samuel Snow usó cuando predicó el 22 de octubre de 1844. El Juicio comenzó en Yom Kippur, que fue desde la puesta del sol del 22 de octubre hasta la puesta del sol del 23 de octubre de 1844. En ese tiempo, no entendían los límites bíblicos del día, por lo que era técnicamente correcto decir que Yom Kippur comenzó el 22 de octubre de 1844—sólo que al atardecer en vez de a medianoche. Normalmente, a menos que se indique lo contrario, todas nuestras fechas deben ser entendidas como comenzando al atardecer del día gregoriano anterior. 
28.
Como comentario aparte: Jesús definió la colocación de esa línea, cuando dijo cuántas veces se debe perdonar: ¡“hasta setenta veces siete”! (Mateo 18:21-22) Eso le dio un límite a Su paciencia con Israel, y a la expiración de la profecía de 70 semanas de Daniel (el 70 × 7 veces) con el apedreamiento de Esteban, el evangelio comenzó a ser predicado fuera del judaísmo. 
29.
La palabra griega significa “antes” o “acerca de”. 
30.
Apocalipsis 14:6 – Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, 
31.
Apocalipsis 18:3 – Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. 
32.
Recuerda que no había límites de capítulos cuando la Biblia fue escrita, por lo que no debemos prevenir que nuestro flujo de pensamiento pase esos límites artificiales 
33.
Esta opinión es confirmada por Elena de White en el libro El Conflicto de los Siglos, donde muestra su conexión con la Revolución Francesa 
34.
Ver Zacarías 4:11-14 
35.
Salmo 119:105— Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. 
36.
Explicado en la serie Advertencia final 
37.
Estas raciones son derivadas en Las sombras de los sacrificios - parte III
38.
Ver Cambio de sede para obtener más información. 
39.
Ezequiel 9:4 —y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. 
40.
Romanos 9:8 – Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes. 
41.
Del Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día sobre Génesis 15:10. 
42.
eltiempodegracia.blogspot.com: Génesis 15: El Pacto de Vida o Muerte 
43.
Juan 4:22 – Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. 
44.
Mateo 22:36-39 – Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 
45.
Apocalipsis 1:20 – El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias. 
46.
Es decir, a través de la experiencia única de la resurrección en la sexta trompeta como se explica en la Sección 1
47.
Hebreos 10:16 – Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré; 
48.
Ver la diapositiva 25 de la presentación El Santo Monte del Tiempo (disponible para descargar e incluida en el artículo y apéndice de Siete años de escasez). 
49.
Ver El día de los testigos para más información. 
50.
La palabra griega incluye mensajeros humanos como también angelicales, trayendo un mensaje de Dios. 
51.
Apocalipsis 4:6— Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás. 
52.
Ezequiel 1:5—Y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes. Y esta era su apariencia: había en ellos semejanza de hombre. 
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