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Refugio en el tiempo de la tormenta

 

Misión de misericordia

Hace una semana, una madre soltera en confinamiento casi estalla en lágrimas de alegría al recibir arroz y verduras de la Sociedad de los Adventistas del Gran Sábado.

Cada crisis es una oportunidad para magnificar al Señor. Es en lo más extremo de nuestra dificultad que Dios manifiesta Su poder de la manera más asombrosa. Es Su naturaleza amar, sanar y perdonar, e incluso cuando cometemos errores, esos errores son el lienzo en el que el Maestro pinta el hermoso cuadro de Su amor hacia nosotros. Los Evangelios son historias completas que muestran cómo Jesús tomó los pedazos rotos de las vidas de la gente común y les dio una nueva esperanza, fundada en la fe en Él como el Salvador de la humanidad.

Incluso el mundo sabe “nunca dejar que una buena crisis se desperdicie.”[1] ¿No debería el pueblo de Dios aprovechar la crisis también? Jesús era un hombre que a menudo se conmovía con compasión por la difícil situación de las almas que sufrían, y se esforzaba por ministrarlas. Si queremos ser como Él, entonces también debemos aprender a convertir la crisis a nuestro beneficio, al Suyo, poniendo en práctica el altruismo. Sus objetivos eran mayores que Sus propias necesidades porque tenía una comisión de Dios:

Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. (Juan 4:31-34)

Él vivió el principio que enseñó: que es más bienaventurado dar que recibir, y como el Gran Dador, Su promesa a Su pueblo es que el pan y el agua estarán seguros para Sus hijos,[2] como el caso mencionado anteriormente, incluso en estos tiempos de cuarentena por el coronavirus y la crisis financiera resultante.

El hermano que fue a esta misión de caridad informó lo siguiente:

Lo primero que preguntó cuando le expliqué que mi iglesia es la que envía la comida fue: “¿Dónde está tu iglesia?” Le dije que adoramos en casa.

No hace falta una gran casa de culto o un gran centro comunitario para anclar la obra de alcance. Se puede hacer en cualquier lugar por cualquier persona que esté dispuesta a ser utilizada como un recipiente para transportar el pan y el agua de vida a otros, como la forma en que la sangre de la vida transporta los nutrientes a través del cuerpo humano. Somos el cuerpo de Cristo, y Su vida fluye en y a través de nosotros como vasos—vasos sanguíneos de Su cuerpo—para nutrir y suministrar a cada parte del cuerpo alrededor del mundo.

Una fiel sierva del Señor que obró toda su vida adulta por la causa de Dios escribió una vez:

Dios posee una iglesia. No es una gran catedral, ni la iglesia oficial establecida, ni las diversas denominaciones; sino el pueblo que ama a Dios y guarda sus mandamientos. “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. Mateo 18:20. Aunque Cristo esté aún entre unos pocos humildes, ésta es su iglesia, pues sólo la presencia del Alto y Sublime que habita la eternidad puede constituir una iglesia. {ATO 313.5}

Esas palabras son profundas. La iglesia consiste en aquellos que aman a Dios y cuidan de su prójimo:

Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. (Gálatas 5:14)

Mira a tu alrededor. Los vecinos no siempre están al lado; también pueden estar a la distancia de una llamada telefónica o a unos pocos clics en Internet. ¿Tienes tales prójimos que están en confinamiento y se están quedando sin comida y dinero? ¿Hay personas cerca de ti que necesitan ayuda? Tal vez al leer esto, tú eres incluso uno de ellos... ¡Entonces ten en claro que las provisiones de Dios están disponibles para ti! Tu campo misionero puede ser implantado en la Sociedad de los Adventistas del Gran Sábado, y a medida que alcances a otros con amor desinteresado, provocarás una respuesta como la anterior: “¿Dónde está tu iglesia?” “¿Dónde puedo ir para obtener esta agua de vida?”

Misión de misericordia Nuestro mayor privilegio como cristianos es amar a nuestro prójimo con el amor de Cristo, y satisfacer sus necesidades físicas esenciales es el primer paso para atraerlos a Él como Aquel que puede suplir no sólo sus necesidades físicas sino también las necesidades del alma. Por esta razón, Dios ha provisto una buena suma de dinero a la Sociedad de los Adventistas del Gran Sábado, que permite a la Sociedad hacer obra misionera incluso en tiempos difíciles. Así es como Dios ha cumplido Su promesa de proveer las necesidades de Su pueblo en tiempos difíciles. Esto fue visto por la misma sierva del Señor citada anteriormente:

El Señor me ha mostrado repetidas veces que sería contrario a la Biblia el hacer cualquier provisión para nuestras necesidades temporales durante el tiempo de angustia. Vi que si los santos guardaran alimentos almacenados o en el campo en el tiempo de angustia, cuando hubiese en la tierra guerra, hambre y pestilencia, manos violentas se los arrebatarían y extraños segarían sus campos. Será entonces tiempo en que habremos de confiar por completo en Dios, y él nos sostendrá. Vi que nuestro pan y nuestras aguas nos estarán asegurados en aquel tiempo, y no sufriremos escasez ni hambre.

El Señor me ha mostrado que algunos de sus hijos temerán cuando vean subir el precio de los alimentos, y comprarán alimentos y los guardarán para el tiempo de angustia. Entonces, al surgir la necesidad, los vi ir en procura de su alimento y contemplarlo: Había criado gusanos, estaba lleno de insectos, y no servía.—Boletín, 31-1-1849. {MSV 187.1}

A través del proceso de otorgar recursos financieros por medio de la Sociedad de los Adventistas del Gran Sábado, Dios enseñó a la Sociedad el propósito de la provisión y cómo debe ser usada para alcanzar a las personas a las que les es dada. Observa que, en la cita anterior, la profetisa dijo que es “Dios” quien sostendría a Sus hijos, y vemos que ahora lo hace a través de medios financieros que deben fluir a través de instrumentos humanos. ¡Qué confianza, y qué honor ser un instrumento de Dios!

Es de mucha humildad ser otorgado el santo oficio de distribuir las provisiones de Dios a Sus hijos en tiempos de necesidad. Uno se da cuenta de lo pequeño que es, en comparación con el Gran Proveedor, y eso pone una gran responsabilidad en aquellos que manejan el santo dinero para ayudar a los hijos de Dios. El discernimiento debe ser usado, pero no de acuerdo al juicio humano.

Algunos de los que ahora se encuentran en necesidad han sido nuestros más duros críticos. Un ejemplo tal fue un anciano de iglesia que ahora se encuentra en necesidad por el coronavirus. Él seguía diciendo “nadie sabe el día y la hora”—a aquellos que aprendieron a leer el reloj de Dios y a obrar de acuerdo a Su tiempo. Al ayudar a tales personas hoy en día con el dinero que Dios nos dio porque seguimos Su reloj, es exactamente el ejemplo dado en las Escrituras donde dice lo siguiente:

Si tu enemigo tiene hambre dale de comer pan; y si tiene sed dale de beber agua; pues así carbones encendidos tú amontonas sobre su cabeza, y el SEÑOR te recompensará. (Proverbios 25:21-22 RVA-2015)

Este mismo consejo es repetido en el Nuevo Testamento:

No paguen a nadie mal por mal. Procuren lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, tengan paz con todos los hombres. Amados, no se venguen ustedes mismos sino dejen lugar a la ira de Dios, porque está escrito: Mía es la venganza; yo pagaré, dice el Señor. Más bien, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; pues haciendo esto, carbones encendidos amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido por el mal sino vence el mal con el bien. (Romanos 12:17-21 RVA-2015)

Se nos instruye a no “vengarnos” de aquellos que se hicieron enemigos nuestros cuando intentamos compartir el mensaje del cielo en el pasado. Debemos ser imparciales mientras discernimos a quién toca el Espíritu.

Los versículos citados anteriormente hablan de amontonar “carbones encendidos” en las cabezas de tales enemigos. ¿Podría este fuego sobre sus cabezas ser la contraparte del final de los tiempos a las “lenguas de fuego” del primer Pentecostés? ¿Hay todavía un Saulo, un perseguidor de Cristo, que se convertirá tardíamente en un Pablo, para obrar ardientemente por la causa que una vez despreció?

Hay una gran obra por hacer en la cosecha final, pero los obreros son pocos.

Ser un canal de bendición

Es nuestra responsabilidad proveer el pan y el agua del suministro seguro que la Biblia prometió. Sin embargo, así como somos las ramas injertadas en la Vid viva, debemos entender que Dios tiene un orden y una jerarquía de Sus instrumentos designados. Este principio también prevalece en la naturaleza. Por ejemplo, la distribución de los vasos sanguíneos en el cuerpo tiene una jerarquía, con vasos más grandes cerca del corazón, que se dividen en vasos más pequeños hacia las extremidades. De la misma manera, los canales para el pan y el agua de Dios comienzan en el “corazón” y se mueven hacia afuera.

Los pecadores en Sion tienen temor; el estremecimiento se ha apoderado de los impíos. “¿Quién de nosotros podrá habitar con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros podrá habitar con las llamas eternas?”. El que camina en justicia y habla con rectitud, el que aborrece el lucro de la opresión, el que sacude sus manos para no recibir soborno, el que tapa sus oídos para no oír de hechos de sangre, el que cierra sus ojos para no ver la iniquidad, él vivirá en las alturas, y una fortaleza de roca será su alto refugio. Su pan le será provisto y su agua no faltará. (Isaías 33:14-16 RVA-2015)

Jesús en el reloj de Orión Por favor, lee esa Escritura con atención: promete que el pan y el agua serán seguros para los que habitan con el fuego consumidor. ¡Nuestro Dios es el fuego consumidor, y se promete comida y agua a los que habitan en Su presencia! Oh, lector—¡Cuántas veces se ha reclamado la promesa de este versículo sin reconocer a quién es dirigida! La promesa es para aquellos que están en la presencia de Dios sin ser consumidos, para los inmaculados, puros y santos, no para los hipócritas sorprendidos, no para los pecadores temerosos de Sión, sino para aquellos que caminan y hablan con rectitud y desprecian las ganancias obtenidas por la opresión.[3]

Los ángeles que están en la presencia de Dios son descritos como cuatro criaturas vivientes con cuatro caras diferentes en el simbolismo profético de las visiones de Ezequiel y de Juan en el Apocalipsis. Estas cuatro criaturas están a su vez simbolizadas por las cuatro esquinas de la constelación de Orión,[4] situadas "alrededor" de las tres estrellas del cinturón que representan el trono de Dios donde habita el fuego consumidor de Su presencia. Así, en el simbólico lenguaje celestial del Apocalipsis, esto significa que nuestro pan y agua espirituales vienen de Orión, primero del trono, luego a los cuatro ángeles, y a los 24 ancianos y más allá. Así es como funciona el reloj de Orión, y ¿no es eso apropiado, ya que esta constelación representa de dónde vino el Pan de Vida original, y a dónde iremos cuando venga a llevarnos a casa? Él es el Centro, representado por la estrella “Alnitak”, que significa “el que fue herido”, es decir, el Cordero.

Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas… el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. (Juan 10:7, 9)

Jesucristo está en el centro y corazón del mensaje de Orión, y de Él fluyen los arroyos carmesíes que riegan la vida de Su Reino. Así, las provisiones seguras de Dios deben venir a través de Sus canales designados; es Su mensaje dado a través de Sus mensajeros. Así era en tiempos de Jesús, y así es en nuestro tiempo.

Esto fue ilustrado maravillosamente por la alimentación de los cinco mil.

Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían. (Juan 6:11)

Después de haberlos alimentado con el alimento físico, lo buscaron de nuevo al día siguiente, cuando Jesús aclaró el propósito de Su benevolencia:

Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre. (Juan 6:26-27)

Nuestros objetivos son más altos que el mero humanitarismo. Jesús nos pide que trabajemos por la salvación eterna de otros. ¿Qué tan útil es prolongar la vida física sin asegurar también esa alma para la eternidad? Abordar sólo las necesidades físicas es adorar la creación, pero adoramos al Creador, y el Reino de Dios debe estar compuesto por almas que lo honren con acciones que expandan Su reino. Aquellos que continúan siendo ingratos por Sus provisiones al despreciar el alimento espiritual—Su cuerpo y sangre—no son dignos de recibir continuamente del pan y el agua físicos que han sido proporcionados especialmente para la obra de construir el templo espiritual de Su cuerpo.

Es el deseo de Dios que Su pueblo se acerque a Él a través de la crisis actual (y por lo tanto, Él ha permitido que acontezca); estar encerrados y limitados a reuniones en grupos pequeños pone a la gente en las circunstancias exactas que Dios sabe que son óptimas para el desarrollo de una relación con Él a través de Su palabra y la difusión de la verdad que Él tiene para hoy. Él diseñó que la gente Lo buscara en pequeños grupos de estudio. Por eso nuestros misioneros distribuyen un folleto con un enlace a material de estudio pertinente en línea, incluyendo un cupón de regalo de igual valor que el costo de la suscripción, entregando alimento espiritual del Señor para ayudar a la gente a entender la profecía bíblica a la luz de lo que está sucediendo en el mundo de hoy.

¡La gente necesita entender que Jesús viene! Las crisis que están sacudiendo al mundo una tras otra es evidencia de que Su regreso está cerca, así como los dolores de una mujer en labor de parto significan que ha llegado el momento de dar a luz. Es hora de anunciar Su regreso, y el Señor ha dado las circunstancias y las provisiones para llevarlo a cabo.

La pregunta es, ¿quién será un instrumento de Su templo para distribuir estas provisiones?

Tocar la niña del ojo de Dios

Sin embargo, el archienemigo, está constantemente obrando en contra del plan de Dios, y en tiempos de batalla, debemos sacrificarnos como sea necesario para obtener la victoria. En el artículo final del hermano Robert, mencionó cómo el sistema bancario babilónico paralizó los fondos destinados a la obra de Dios para alimentar a Sus hijos. Durante ese tiempo, se hicieron grandes esfuerzos para preparar un santuario en línea, llamado El Refugio, como un lugar donde el pueblo de Dios pudiera reunirse para continuar su trabajo de enseñanza y alcance en un mundo donde los grandes proveedores de servicios como YouTube y Facebook han estado restringiendo cada vez más el contenido y el alcance de los mensajes de Dios. Miles de dólares y varias semanas de intenso esfuerzo de programación como ofrenda de sacrificio de nuestros dos desarrolladores, que tuvieron doble estrés en ese tiempo porque también son autores, fueron parte del proyecto del Refugio mientras Babilonia retenía el dinero que debería haber estado disponible para financiarlo. El propósito de construir las instalaciones del templo espiritual de Dios se habría visto obstaculizado, si no fuera por la dedicación y el sacrificio de algunos hermanos en nuestro movimiento que estimaron las necesidades de otros por encima de las propias y pudieron ayudar financieramente.

Este es el tipo de sacrificio que ha impulsado el Movimiento desde su inicio, cuando el hermano John dedicó primeramente sus mesurados recursos para construir la humilde morada física en el campo llamada la Granja Nube Blanca, donde se hace el trabajo de escritura para proporcionar el alimento en su debido tiempo, del que estás comiendo mientras lees esto. Eso, también, fue hecho bajo privaciones y circunstancias difíciles.

Hay un gran conflicto librándose entre los reinos de este mundo y el Reino de Dios, pero si nos mantenemos firmes en confiar en las promesas del Señor, Él no nos defraudará. El mundo cristiano ha tenido sus años de cautiverio babilónico, pero el tiempo de liberación ha llegado como llegó para los judíos en el tiempo de Daniel. Sólo tenemos que obedecer Su orden de salir de Babilonia antes de su destrucción:

Oh Sion, la que moras con la hija de Babilonia, escápate. Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo. (Zacarías 2:7-8)

El Señor es celoso por Su pueblo; ¡no es poca cosa lo que ha hecho Babilonia! Para coronar todos sus actos de desafío contra Dios a lo largo de los siglos, llega incluso a interferir en Su obra deteniendo y restringiendo los recursos que deben alimentar al pueblo que son las piedras vivas de Su casa. Dios te ama mucho; ha pagado un alto precio por ti, y cuando tú, que eres parte de Su templo espiritual, sufres hambre o sed porque los canales de la bendición han sido bloqueados por el enemigo, ¡se despierta Su celo santo!

Lucifer se burla de Jesús ¿Dónde están los vasos del templo? ¿Dónde están los que deberían ser instrumentos para el honor de Dios al proveer alimento para Sus hijos? ¿Dónde están los mensajeros de justicia que deben trabajar para traer la cosecha final de las almas? Sólo hay una respuesta: están en el palacio de Babilonia, en confinamiento y en circunstancias de abuso mientras Belsasar se burla de Su Dios, transmitiéndose en vivo por televisión alrededor del mundo en la Pascua[5]—de la misma manera que muchos han esperado ver a Satanás apareciendo como Cristo.

Hay límites a la paciencia de Dios. Al igual que la noche en que Belsasar pidió los vasos sagrados para burlarse del Dios de Israel, así lo ha hecho Babilonia hoy. ¡Los vasos sagrados de oro y plata del templo debían usarse para el servicio de Dios, no para la indulgencia de los príncipes babilonios! En el contexto actual, esos objetos de valor representan los medios financieros y los trabajadores que los llevan para alimentar y nutrir el cuerpo de Cristo mientras construyen el templo espiritual de Dios. Es consagrado y santo—para un propósito santo y un pueblo santo—y los príncipes de las instituciones bancarias y financieras corruptas de la blasfema Babilonia se extralimitaron cuando retuvieron el dinero santo, cada uno tomando su sorbo uno tras otro de la copa de la riqueza de Dios que fue apartada para los que ellos oprimen.

La gravedad de la ofensa de los príncipes modernos de Belsasar hoy en día se puede medir por el hecho de que sólo había tres cosas registradas en todas las Escrituras que fueron escritas por el dedo de la Divinidad:

  • Su santa ley en el tiempo de Moisés, escrita en piedra,

  • los pecados de los acusadores de María, escritos en la arena, y

  • la sentencia de Babilonia, escrita en la pared del palacio.

Juntos, estos tres escritos representan el plan de salvación. La ley del Padre es la ley de la vida y la norma inmutable de conducta que debe ser respetada ahora y por toda la eternidad, escrita en piedra porque nunca cambia, incluyendo el cuarto y séptimo mandamientos. Esta es la santa ley que es guardada por los santos que “siguen al Cordero por dondequiera que va”[6]—los que permanecen en pie ante el fuego consumidor de la presencia de Dios.

En segundo lugar, el Hijo de Dios vino a la tierra, donde escribió los pecados de la humanidad en el polvo de la tierra porque Su propio sacrificio misericordioso los borraría. Su espíritu sacrificial debe pulsar a través de los vasos de Su templo, distribuyendo Su gracia por todo el cuerpo.

La balanza de viga precisa Y finalmente, la sentencia de aquellos que rechazaron Su salvación fue escrita en la pared:

Y la escritura que trazó es: MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN. (Daniel 5:25)

Cada palabra es una unidad de peso diferente en el sistema de medición babilónico. Esto implica el uso de una balanza, que involucra a la constelación de Orión en su papel de justicia, especialmente las estrellas del cinturón, también llamada “Balanza de Viga Precisa”.[7] Esto significa el juicio absoluto y justo de Dios que se sienta en el trono. ¡Estamos tratando con un asunto de la más alta autoridad, que viene del banco del Gran Juez del universo!

porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. (Apocalipsis 18:5)

Se ha llegado al límite; el caso de los pecados de Babilonia ha llegado a la Corte Suprema de los Cielos, y el juicio ha sido emitido en esas cuatro palabras definitivas, palabras que hablan de dinero y su valor.

La escritura en la pared

La interpretación de Daniel de la escritura sigue siendo válida hoy en día, marcando los cinco puntos de tiempo de la balanza celestial:

Esta es la interpretación del asunto: MENE: Contó Dios tu reino [19 de diciembre de 2019], y le ha puesto fin [20 de enero de 2020]. TEKEL: Pesado has sido en balanza [22 de febrero de 2020], y fuiste hallado falto [3 de marzo de 2020]. PERES: Tu reino ha sido roto [27 de abril de 2020], y dado a los medos y a los persas. (Daniel 5:26-28)

Pesado en las balanzasLa construcción del Refugio y la retención de los fondos destinados para el alcance ocurrieron exactamente en el marco de tiempo del “pesaje” desde la línea del trono izquierda (el lado izquierdo del haz de pesaje) hasta la línea del trono derecha. En ese marco de tiempo—comenzando precisamente con la firma de los documentos financieros el 19 de diciembre de 2019—se produjo toda la espera y la lucha con los bancos y la búsqueda de vías para poner el dinero sagrado a disposición de los obreros de la casa de Dios.

Mientras tanto, en ese mismo marco de tiempo, el mundo celebraba la fiesta babilónica del vino, que hoy en día se refleja en una “quinta temporada” especial de fiesta pública cada año conocida como la temporada de carnaval, que tradicionalmente comienza oficialmente el 11 de noviembre a las 11:11 y continúa hasta los desfiles culminantes y los “días locos” de finales de febrero en la semana justo antes de la Cuaresma. El jolgorio de borrachos característico de esa temporada se superpone con la profanación de los vasos sagrados.

¡Qué contraste entre la noble e incansable obra de los pocos de Dios con el jolgorio del mundo! Sin embargo, como Belsasar, los banqueros también temblaron de miedo cuando comenzaron a ver la ruina de sus fortunas que se acercaba rápidamente.

En el punto de la aguja de la balanza divina, exactamente a mitad de camino entre el 19 de diciembre de 2019 y el 27 de abril de 2020, todos los índices principales se derrumbaron y todas las naciones del G7 y la mayoría de las naciones del G20 entraron en territorio de mercado bajista, del que no se espera que se recuperen pronto.[8] La aguja de la balanza indica el 22 de febrero de 2020.

El promedio industrial Dow Jones y el índice mundial MSCI son ejemplos representativos que muestran que se alcanzaron los máximos históricos y se mantuvieron hasta el final de las transacciones el viernes 21 de febrero de 2020. Luego llegó el punto de equilibrio ese sábado, después de los índices máximos, pero cuando los mercados abrieron el lunes siguiente (después de la aguja de equilibrio), la caída de 2020 había comenzado definitivamente a amenazar con grandes pérdidas globales y una mayor volatilidad debido a todos los temores por el coronavirus.

Los principales indicios cayeron después de cerrar el viernes 21 de febrero de 2020El punto de inflexión había llegado, y la economía mundial cayó en riesgo. Babilonia había sido efectivamente pesada en la balanza y encontrada deficiente, pero esto era sólo la señal de lo que vendría.

Poco después, el 3 de marzo de 2020 (el punto de Rigel en el reloj), los “Ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales del G7” se reunieron y emitieron una declaración sobre la crisis del coronavirus y la economía mundial, prometiendo apoyar “la estabilidad de los precios y el crecimiento económico, manteniendo al mismo tiempo la resistencia del sistema financiero”. Reconocieron que se avecinaban grandes problemas financieros y, de hecho, poco después se produjo un grave giro a la baja cuando la OPEP se reunió[9] para decidir cuánta producción de petróleo había que recortar. La demanda había caído dramáticamente, y en pocos días el gran pánico comenzó con la guerra de precios del petróleo entre Rusia y Arabia Saudita:

El 8 de marzo de 2020, Arabia Saudita inició una guerra de precios con Rusia, lo que provocó una caída importante en el precio del petróleo. El precio del petróleo de los Estados Unidos cayó un 34%, el precio del crudo cayó un 26% y el del petróleo Brent un 24%.[10]

¡El superávit de petróleo en comparación con la demanda llevó finalmente a que el petróleo se negociara a precios negativos por primera vez en la historia! Es bien sabido que la crisis del coronavirus se está convirtiendo en otra crisis económica, y esto va de la mano con el hecho de que el dinero es exactamente de lo que trataba el críptico mensaje en la pared del palacio de Babilonia.

Las palabras MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN son denominaciones de dinero. Estaba el mena, o mene, que equivalía a 50 siclos. Este siclo de oro básico, aquí tekel, se dividía a su vez por la mitad como el uparsin (de “peres” que significa dividir). Todo era cuestión de dinero, ¡y en medida decreciente! Esto corrobora el juicio de Babilonia descrito en Apocalipsis 18 como un colapso financiero.

Cuando se cuenta en términos de la gera más pequeña (20 geras por siclo[11]), el valor de mene, mene, tekel, uparsin , literalmente suma 2520 geras,[12] un número con gran significado profético. Son las "siete veces" de las maldiciones registradas en Levítico 26 y Deuteronomio 28, las que se aplicarían al Israel reincidente, lo que daría lugar a su cautiverio de nuevo. Dios los había sacado de la esclavitud, pero se profetizó que, si se alejaban de Él, entonces volverían a la esclavitud de nuevo y se convertirían en esclavos que nadie querría comprar.

Y Jehová te hará volver a Egipto en naves, por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volverás; y allí seréis vendidos a vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre. (Deuteronomio 28:68)

Dios había pronunciado una bendición y una maldición para Israel, y la respuesta a la pregunta de cuál de ellas se haría realidad dependía de su fidelidad a Dios. Desafortunadamente, como para el antiguo Israel, la maldición también ha llegado a los hijos de Dios hoy en día que han sido infieles a Dios. A través de la deuda, los “barcos” económicos del comercio han esclavizado a naciones que una vez confiaron en Él y eran libres, pero ya no. Los hijos de Dios ya no pueden vagar de costa a costa. Ya no pueden convocar reuniones en tiendas de campaña o reavivamientos espirituales—o incluso reunirse en sus propios edificios de iglesias. Los poderes de Babilonia hacen lo que quieren con el pueblo, incluso fomentar la rebelión para luego aplastar a los rebeldes con mano de hierro, eliminando así a los “alborotadores”. Aunque el coronavirus desapareciera repentinamente, las libertades perdidas y la prosperidad económica nunca se recuperarían. La vida en esclavitud nunca será como la vida en libertad.

Sin embargo, incluso en lo más extremo, Dios no dejó a la gente con la que hizo el pacto sin ninguna esperanza.

Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra mí; y también porque anduvieron conmigo en oposición, yo también habré andado en contra de ellos, y los habré hecho entrar en la tierra de sus enemigos; y entonces se humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado. Entonces yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y asimismo de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me acordaré, y haré memoria de la tierra. (Levítico 26:40-42)

Para la Sociedad de los Adventistas del Gran Sábado, Dios escuchó el clamor de los pocos que se llamaban por Su nombre y aceptaron su castigo y volvieron a Él. La confesión de su iniquidad y la de sus padres está registrada en las muchas páginas que han escrito.[13] El sacrificio de Cristo no perdió su eficacia para ellos, y Él recordó el nuevo pacto hecho con Su propia sangre.

¿Ese ha sido también tu clamor? ¿Has reconocido tu propia esclavitud y confesado tus iniquidades y las de tus padres? Si es así, la escritura en la pared es buena noticia para ti también, como lo fue para Daniel cuando Belsasar lo llamó para interpretarla. Comprendió que la maldición por las transgresiones de Israel se había vuelto sobre Babilonia por sus pecados, y que los hijos de Israel volverían de nuevo a su hogar. Así, el juicio sobre Babilonia es al mismo tiempo el mensaje de la liberación de los hijos de Dios.

El marco de tiempo de la barra de la balanza, desde el 19 de diciembre de 2019 hasta el 27 de abril de 2020, no sólo fue el marco de tiempo que comenzó con el desarrollo del Refugio para el remanente de los 144.000, y el marco de tiempo de la escritura en la pared para Babilonia, sino también el marco de tiempo del coronavirus mismo, desde su primera incubación conocida hasta la declaración de que es transferible de humano a humano el 20 de enero de 2020, hasta todos los grandes estragos causados a su paso desde entonces. La batalla por el coronavirus es una batalla por la corona. Es una batalla espiritual y una carrera. ¿Quién será el vencedor? ¿Será Jesucristo y Sus redimidos, o el príncipe de Babilonia y sus cautivos?

La reunión de los elegidos

Es por la tierna misericordia de Dios que no hemos sido consumidos,[14] y que a pesar de todos los juicios que han caído sobre la iglesia, Él todavía alcanza con esperanza y perdón a los arrepentidos.

Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado Jehová tu Dios, y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios. (Deuteronomio 30:1-3)

¡Qué hermosa promesa para un pueblo disperso! Esta es la promesa de la gran reunión para el arrebatamiento, cuando los ángeles de Dios reúnan a Sus elegidos:

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. (Mateo 24:31)

Esta es una reunión que comienza en la tierra, no una reunión literal ya que eso sería imposible en tiempos de coronavirus, sino una reunión espiritual de los santos asediados que han hecho del Señor su refugio y su fortaleza. Dios está haciendo un camino para que Sus hijos en cautiverio vuelvan a obedecer el mandato bíblico de no abandonar el congregarse con sus compañeros creyentes.[15]

El pueblo de Dios—algunos en las celdas de las cárceles, otros escondidos en ignorados escondrijos de bosques y montañas—invocan aún la protección divina, mientras que por todas partes compañías de hombres armados, instigados por legiones de ángeles malos, se disponen a emprender la obra de muerte. Entonces, en la hora de supremo apuro, es cuando el Dios de Israel intervendrá para librar a sus escogidos... {CS 619.2}

Dios es amor y Dios es tiempo, y Él envía a Su pueblo notas de amor escritas con la tinta del tiempo, presagios preciosos, señales preciosas. Esta vez fue de Venus pasando por las Pléyades, un cúmulo de estrellas abierto también conocido como las “Siete hermanas.” Venus suele pasar por las Pléyades a distancia; ¡sólo hay una noche cada ocho años que pasa directamente a través del cúmulo!

Venus en las Pléyades en abril de 2020Este grupo representa un pequeño grupo de estudio de la Biblia, un grupo en el que Jesús (la estrella brillante de la mañana) camina en medio. En Su carta a la iglesia de Éfeso, Jesús se presenta en términos que podrían aplicarse a esta señal:

Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: (Apocalipsis 2:1)

Es la presencia de Jesús (representada por la estrella de la mañana, Venus) la que santifica un grupo de estudio de la Biblia y lo define como Su iglesia. Pero esta señal tocó a nuestro grupo de estudio personalmente, porque sin saberlo, habíamos programado y celebrado la Cena del Señor en esta misma fecha. En el boletín de anuncios del Refugio se puede leer:

En reconocimiento al hecho de que el sábado 3/4 de abril de 2020 es el décimo día del séptimo mes hebreo, cuando se cuenta según las estaciones en Paraguay, y por lo tanto es un gran sábado del Día de la Expiación, es un momento apropiado para nosotros como Adventistas del Gran Sábado para celebrar este servicio sagrado. Al lavar el polvo de los pies de cada uno en un gesto simbólico de humildad y perdón, y al participar de los símbolos del cuerpo quebrantado y la sangre derramada del Señor, que fueron dados libremente para nuestra redención, se nos recuerda Su infinito sacrificio, y nos comprometemos de nuevo a dar cualquier sacrificio que se nos pida, incluso nuestras vidas eternas.

Fecha: 3 de abril de 2020

Hora: Después de la puesta de sol de acuerdo con su ubicación

En la mañana, después de nuestro servicio esa noche entre las 7:30 y las 9:30 PYT, ¡se nos hizo notar que había una hermosa señal celestial que tenía lugar precisamente cuando nuestros siete más Uno estaban reunidos en el templo para esta santa ocasión!

Jesús estaba con nosotros, la iglesia en casa en Paraguay y el grupo de hijos de las estrellas dispersos alrededor de ellos en sus lugares remotos, durante nuestro humilde servicio. ¡Oh, cómo ama a Sus congregados! ¡Oh, cómo te ama a ti! ¿Mirarás hacia arriba y escucharás a Aquel que habla desde el cielo mientras camina entre nosotros en el Espíritu? La última vez que Venus pasó por las Siete hermanas fue hace exactamente 8 años, el 3 de abril de 2012. En ese año, también celebramos una Cena del Señor sólo tres días después en la Pascua, el 6 de abril de 2012. Venus acababa de pasar y todavía estaba cerca en ese momento crucial en la obra del Señor, aunque todavía estábamos a años de distancia de entender cualquier cosa en el Mazzaroth o cómo funciona como el reloj del Padre.

Sin embargo, hay más en esta señal, porque Venus sigue siendo más brillante a medida que pasa de las Pléyades hasta que alcanza el punto de su más brillante iluminación en el cielo de la tarde el 28 de abril, ¡exactamente en el centro de las líneas del trono! Jesús, que camina entre los siete, se presenta brillantemente como con una gran voz, diciendo, “¡Hecho está!” como el hermano John explicó en El tiempo no será más. Esto corresponde a cómo Jesús fue desde Su última cena con Sus discípulos a ir a Getsemaní antes de proclamar finalmente “¡Hecho está!” en la cruz.

Esa fatídica noche cuando Jesús lavó los pies de los discípulos, hizo una importante distinción:

Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos. (Juan 13:10)

Los discípulos habían sido lavados en el bautismo y Jesús dijo que estaban limpios; sólo Judas no estaba limpio. El lavado de los pies representaba la limpieza de los pecados (injusticia) que no conducen a la muerte. Estos también necesitan ser limpiados, pero cuando Jesús escribe Su ley en tu corazón, estás limpio. El diario caminar de la vida en esta tierra levanta un poco de polvo, y este polvo—por ejemplo, las ofensas o conflictos entre hermanos, que se aman a pesar de esos conflictos—también debe ser lavado en el perdón, pero tales no son pecados que conducen a la muerte. Sin embargo, Jesús puede evitar que caigas en el pecado que conduce a la muerte, y de presentarte sin mancha[16] del pecado que no conduce a la muerte.

En la última cena, Jesús instruyó a Sus discípulos para que hicieran entre ellos lo mismo que Él les hizo a ellos: lavarse los pies unos a otros en un acto de humildad (normalmente es la tarea del siervo humilde), mostrando el perdón que el cristiano tiene por cualquier ofensa de su hermano. No se trataba sólo de limpiar los pies polvorientos del camino, sino que Jesús quería que humildemente perdonaran esas ofensas diarias sin permitir que se propagaran y contaminaran el corazón. No quería que uno se sintiera superior a otro, porque todos tenían polvo en los pies.

Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. (Juan 13:14-15)

Al considerar su pequeña reunión de esa noche, nos recuerda que Dios comienza pequeño y con algunas de las personas más débiles. Sin embargo, de esas once personas que permanecieron con Jesús esa noche, ¿quién puede estimar la bendición otorgada a la humanidad cuando ellos, junto con su compañía de compañeros creyentes, recibieron la lluvia temprana y la distribuyeron a otros? De la misma manera hoy, el Señor ha derramado la lluvia tardía sobre un grupo similarmente pequeño, a través del cual el Señor tiene el propósito de iluminar toda la tierra. Para no inclinarse a “despreciar personas el día de las pequeñeces,”[17] el Señor dio esta señal para señalar al pequeño grupo de estudio que eligió para compartir Su luz con el mundo, para fortalecer la fe de los que creen, y como ejemplo de los pequeños grupos de estudio que tienen que formarse ahora en el tiempo de reunión.

Se trata de dar el pan y el vino del sacrificio de Cristo a otros. El cuerpo que fue quebrantado por ti y la sangre que fue derramada por ti necesita llegar a otros que están muriendo por el virus del pecado. Tal persona necesita una vacuna, no una vacuna contra el coronavirus, sino el poder de la Corona de Cristo para superar el pecado. Su sacrificio es el pan y el agua del alma.

Estos símbolos también representan Su último mensaje del cielo en Orión (el pan) donde se pueden ver las estrellas como la luz que brilla de Sus manos y pies perforados y la nebulosa como el agua y la sangre—un mar de cristal mezclado con fuego—que gotea de Su costado perforado.

Este es el pan y el agua espirituales que deben ser dados a todos los que buscan la salvación del Señor.

Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. (1 Corintios 11:26)

Sigue comiendo y bebiendo la Palabra, hasta que él venga.

¿Hasta cuándo, oh Señor?

Cuando Jesús declara “Hecho Está” y Su espíritu deja de contender con los impíos, todavía habita en Su pueblo que no lo ha rechazado. Sin embargo, eso no significa que Él ya los haya traído a toda la verdad. Muchos de los hijos de Dios estarán buscando con todo su corazón, porque se verán obligados a concluir, al ser testigos de la gran angustia en la tierra, que no lo han entendido todo correctamente. Creyeron que serían arrebatados y que escaparían de los tiempos difíciles, pero en cambio se encontrarán en un tiempo de angustia cual nunca fue.

¿Cómo responderías, si te das cuenta de que el arrebatamiento no ha llegado antes de la tribulación? ¿Estás preparado? ¿Tienes una fe que pueda soportar la decepción y las dificultades? Todo tu mundo podría ser trastornado, y tal vez ya lo ha estado para cuando leas esto.

Los tiempos de apuro y angustia que nos esperan [después de las líneas del trono del 27 al 29 de abril] requieren una fe capaz de soportar el cansancio, la demora y el hambre, una fe que no desmaye a pesar de las pruebas más duras [mediante la decepción]. El tiempo de gracia les es concedido a todos a fin de que se preparen para aquel momento [y cuando llegue el momento, ese tiempo de prueba habrá terminado]. Jacob prevaleció porque fue perseverante y resuelto. Su victoria es prueba evidente del poder de la oración importuna. Todos los que se aferren a las promesas de Dios como lo hizo él, y que sean tan sinceros como él lo fue, tendrán tan buen éxito como él. Los que no están dispuestos a negarse a sí mismos, a luchar desesperadamente ante Dios y a orar mucho y con empeño para obtener su bendición [la invitación a la cena de la boda], no lo conseguirán. ¡Cuán pocos cristianos saben lo que es luchar con Dios! ¡Cuán pocos son los que jamás suspiraron por Dios con ardor hasta tener como en tensión todas las facultades del alma! Cuando olas de indecible desesperación envuelven al suplicante, ¡cuán raro es verle atenerse con fe inquebrantable a las promesas de Dios! {CS 606.1}

¿Estás luchando con Dios y no lo dejaras ir antes de que te dé la bendición del entendimiento que buscas? A aquellos que están en esta situación, que las palabras de Jesús a Su discípulo les den consuelo.

Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. (Lucas 22:31-32)

También oramos por ti, para que tu fe no falle, aunque sea severamente probada, porque Dios tiene una obra para ti. El deseo de Satanás de separar a uno del buen trigo de Dios no tuvo éxito con Pedro, y él pudo alimentar a los corderos del Señor.[18] La cosecha de Dios y la obra que Su pueblo hará, una obra para fortalecer a sus hermanos, es el tema del próximo artículo de la hermana Yormary, que concluirá esta serie.

Todo el período de la mitad inferior del reloj (desde las líneas del trono de la izquierda comenzando el 19 de diciembre de 2019 hasta las líneas del trono de la derecha, el 27 de abril de 2020) fue un ejemplo de lo que vendrá en la mitad superior (del 27 de abril al 3 de septiembre de 2020). El esfuerzo involucrado en traer de vuelta los vasos sagrados de Babilonia para darles un uso práctico debe ser un ejemplo para los 144.000 vasos vivientes que deben obrar en la gran cosecha.

Ya ha comenzado el pequeño tiempo de angustia en la mitad inferior del reloj, como puede verse en la visible progresión del cambio en nuestro mundo como resultado del brote de coronavirus. Una cronología del coronavirus muestra que el virus apareció justo después de las líneas del trono del 19 de diciembre de 2019, luego los titulares anunciaron la transmisión del virus de humano a humano en el punto de Saiph el 20 de enero de 2020, que luego se propagó a Europa y al Viejo Mundo—con Italia, la sede de la bestia, como punto caliente—en el marco de tiempo que condujo a Rigel (3 de marzo), después del cual la crisis se expandió rápidamente, alcanzando el estado de pandemia a medida que aumentaban los casos en los EE.UU. y el Nuevo Mundo. Esta progresión forma el comienzo del cuadro de la imagen del ángel de Apocalipsis 10, que puso su pie derecho en el mar (Viejo Mundo) y su pie izquierdo en la tierra (Nuevo Mundo):

Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra; y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces. (Apocalipsis 10:2-3)

La temporada de angustia comienzaSin embargo, lo que viene después, comenzando en las líneas del trono de la derecha del 27 de abril de 2020 es el momento de la gran cosecha. Como la dotación que tuvo que ser recogida de las instituciones babilónicas y puesta al servicio, los 144.000 santos sin mancha deben aprender a cantar su cántico e ir a obrar de nuevo como vasos de la casa del Señor. Aquí es cuando los santos asediados deben “profetizar de nuevo” contra toda adversidad:

Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre. Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes. (Apocalipsis 10:10-11)

Mensaje tras dulce mensaje sobre el arrebatamiento es dado por muchos del pueblo de Dios hoy en día, y todo esto está en el orden de Dios. Pero si se hace evidente que el tiempo de la gran tribulación ha comenzado, sería de hecho una experiencia amarga cuando se asimila que el arrebatamiento no precedió a la tribulación como se esperaba. De hecho, aún queda una gran obra por hacer en circunstancias aún peores y bajo una mayor censura y burla que antes, con temores por todos lados. Sé fuerte, por lo tanto, y ten valor, sabiendo que Dios está contigo.

Una batalla espiritual está teniendo lugar, y Miguel, que no es otro que Jesucristo, victorioso en la batalla, ya está de pie por Su pueblo. Ya hemos hablado de cómo Dios se ha interpuesto proporcionando recursos para sostener a Su pueblo con pan y agua física y espiritual, y cómo Él proporcionó el Refugio como un hogar para los santos durante sus días restantes en este mundo. Esta interposición significa que ya estamos entrando en el tiempo del que habló Daniel, cuando dijo:

En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. (Daniel 12:1)

Aunque podemos ver evidencias por las cosas que suceden en el mundo a nuestro alrededor de que este tiempo de angustia está llegando, uno puede saber con certeza que ha llegado porque está marcado en la última ronda del reloj de Dios, que el hermano John explicó en su artículo final. El lenguaje del profeta Daniel puede verse gráficamente en el reloj, que tiene su “punto cero”, el comienzo y el final indicado por Saiph. Cuando la gran manecilla señalaba “aquel tiempo” (20 de enero de 2020) y marcaba así el comienzo de la última ronda del reloj, también señalaba los pies de Miguel mientras se levantaba para la liberación de Su pueblo.

El gran tiempo de angustia cual nunca fueMoviéndose en el sentido contrario a las agujas del reloj, después de los dos pies comienza el tiempo de angustia “cual nunca fue”, (indicado por todo el recorrido de la flecha roja). Cuando el tiempo vuelve a cerrar el círculo en “aquel tiempo” (Saiph) de nuevo, el tiempo terminará y los santos serán liberados para estar con el Señor, pero antes de que lleguemos al regocijo, la cosecha debe ser traída primero.

¿Serás tú un obrero en la cosecha final?

2.
Isaías 33:16 – éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras. 
3.
Este fue el tema del artículo anterior
4.
La presentación de Orión explica el plano de la sala del trono de Apocalipsis 4 y 5, como se ve en la constelación de Orión. 
6.
Apocalipsis 14:4 – Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero; 
11.
Esto se afirma varias veces en los libros de Moisés, por ejemplo, Levítico 27:25– Y todo lo que valorares será conforme al siclo del santuario; el siclo tiene veinte geras. 
12.
Para una explicación detallada, por favor ver El tiempo de angustia
13.
14.
Lamentaciones 3:22– Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. 
15.
Hebreos 10:25 – no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. 
16.
Judas 1:24 – Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, 
17.
Zacarías 4:10 (RVA 2015)– ¿Quién despreció el día de las pequeñeces? ¡Se alegrarán al ver la plomada en la mano de Zorobabel! (Aquellos siete ojos son los del SEÑOR que recorren toda la tierra). 
18.
Juan 21:15 – Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos.  
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